Taller del cuerpo: crítica social y reflexión

Bueno, me acabo de leer (no sin esfuerzo, hay términos y descripciones complejas) el artículo del punto 6, el de "La sexualidad es como las lenguas. Todos podemos aprender varias" Tengo mi vocación frustrada de psicóloga-sexóloga y todas sabéis que el tema del sexo para mí es muy interesante y no me causa pudor tratarlo  Sobre todo, como hayáis participado en chats del foro conmigo   

Pero me he dado cuenta de que el artículo no habla de sexo, no habla principalmente de todas las posibilidades que existen y de todo lo que podemos probar, descubrir...sino de algo muy profundo, muy mental y a la vez muy biológico, de unos sentimientos abiertos y a la vez de una lucha por romper estereotipos, por romper moldes, por ser transgresora...por demostrar que vivimos anclados a unas normas sociales, a unas expectativas familiares y sociales, porque tenemos una clausura de nuestra identidad y sexualidad que aceptamos con total normalidad y hasta quien sabe si con agrado.

El titular ya dice mucho de la persona a quien se entrevista: "No es hombre, ni mujer, ni heterosexual, ni homosexual, ni transexual, dice. Brillante filósofa y ensayista, relata su viaje de niña bien de Burgos a icono del movimiento transgénero".

Desde luego, es una persona que puede parecer desde fuera que no tiene las ideas claras, porque no se define...pero justamente el hecho de rechazar cualquier sustantivo que le/la pueda definir, el hecho de no permitir que la etiqueten, demuestra que tiene las ideas más claras que cualquiera de nosotras. Es decir, sabe lo que no quiere ser, lo que no quiere que la consideren, porque no se siente identificada con ninguna de esas etiquetas que se le intentan colgar.

Por ejemplo, yo me considero mujer. En el aspecto biológico, porque mis cromosomas son XX y porque tengo un cuerpo prototipo de mujer (redondeado, grandes pechos, cadera curvada), femenino...y porque he gestado, he parido, he amamantado...y en el aspecto psicológico, porque me siento mujer, porque quiero ser mujer, porque rechazo ser hombre o buscar cualquier parecido físico o mental con ese género.

No me considero heterosexual ni homosexual ni bisexual. Considero que durante años fui hetero al completo, a partir de cierta edad me autodefinía como hetero a nivel sentimental y bisexual a nivel sexual (sólo sentía que podía enamorarme de hombres, pero sentía atracción física hacia ambos sexos, aunque esa opción no la llevara a la práctica) y en este momento si me tengo que poner una etiqueta de cara a la galería y a la sociedad, no me complicaría y diría "sí, soy lesbiana"...

...pero lo cierto es que se me hace raro decir esto porque tampoco me considero tal. Sí, me enamoré de una mujer (con la que hoy hace dos años y medio que estoy oficialmente) y antes de eso sentí una fuerte atracción sexual en la distancia hacia ella... esto segundo no me sorprendió tanto aunque nunca me hubiera imaginado que me podría suceder con 500 km. de separación geográfica y ni de lejos con esa intensidad; pero para lo primero, para ser consciente de que había amor, de que había un sentimiento, necesité meses, necesité acabar de confirmarlo ya en persona porque temía admitir algo así, era algo para lo que no estaba preparada. Mis esquemas se rompieron por completo.

Pero luego vi (y asumí) que el tema es que yo me había enamorado de alguien, de que mi corazón llevaba vacío más tiempo del que yo creía (no fui consciente hasta que empezó mi actual relación) y que era irrelevante que se tratara de un hombre o una mujer... era amor en su máxima expresión y un sentimiento que no podía ni quería controlar. Y, qué curioso, la persona hacia quien tenía todos esos sentimientos era una mujer; era la primera vez que me sucedía y era sorprendente, pero era amor, puro y legítimo.

Y esto tal vez sería un problema para alguien que sintiera amor hacia una persona (que tuviera un sentimiento a nivel estrictamente emocional) pero que después en absoluto sintiera atracción sexual hacia el género de la persona de la que se había enamorado. O no, porque hay parejas que no necesitan sexo. Yo sí que sentía esa atracción y además de un modo desmedido e incontrolable (pudisteis ver en uno de los chats famosos cómo me desinhibí de un modo irreconocible, incluso en mí) y ya en la distancia disfrutamos a nuestra manera y con nuestros medios de un gran disfrute sexual conjunto...pero en la presencia, desde el primer día (28 de agosto de 2011) que hacía pocas horas que nos habíamos conocido en persona, hubo una revolución hormonal y una gran complicidad y explosión sexual a nivel físico.

Y ahora, en modo de miscelánea, me gustaría reflexionar sobre algunas de las frases de la persona a quien se entrevista:

"Iba a un colegio de monjas, pero nunca tuve problema por ser distinta. Cuando me decían qué quería ser de mayor, respondía: hombre. Me veía como hombre porque ellos tenían acceso a las cosas que quería hacer: astronauta o médico. Nunca lo viví como vergonzoso ni traumático, era algo a lo que creía tener derecho. De cría, hasta tenía una hucha para hacerme un cambio de sexo."

En mi opinión, en este momento era un deseo que iba más allá de una cuestión hormonal, de un tema de identidad sexual... Simplemente anhelaba tener acceso a una serie de poderes, de profesiones, de libertades, etc. que en su entorno, en su vida, en ese momento de los años 80...estaba restringido a las mujeres. No parece que en ese momento no se sintiera mujer y sí que se sintiera hombre, sino que deseaba ser hombre para no tener tantas limitaciones.

Y esto guardaría relación con otra de sus declaraciones:

"hay que dar armas a las mujeres, puesto que los hombres están armados"

Es consciente de la superioridad masculina (ojo, a nivel social); de cómo las mujeres en algunos contextos seguimos sutilmente en un segundo plano...y ella pretende dar armas y posibilidad de luchar a las mujeres para igualar su situación con los hombres. Quiere romper todo aquello que le fue inculcado desde su nacimiento, en una familia clásica y de ideas muy convencionales.

"la testosterona te pone a mil. si fuera libre, sería el viagra para mujeres"

Estuvo administrándose testosterona en gel durante casi un año y él/ella considera que "Es una droga sexual. Si fuera de venta libre, sería el Viagra para biomujeres. Te pone a mil. Pero empecé a tomarla por un elemento de experimentación, de transgresión, casi una orgía hormonal". Exactamente no sé qué buscaba con ello, ya que no llevó a cabo el proceso de cambio de sexo quirúrgico. ¿Sentir como se siente un hombre? ¿Mejorar su vida sexual? ¿Llevar la contraria a la naturaleza?

Sea como sea, le funcionó (y de hecho, ese producto se comercializa y se ha tratado el tema en programas de salud en televisión para mejorar la líbido) ya que lo equipara con la Viagra.

De hecho, la sexualidad es muy comparable a las lenguas. Aprender otra sexualidad es como aprender otra lengua. Y todo el mundo puede hablar las que quiera. Sólo hay que aprenderlas, igual que la sexualidad. Cualquiera puede aprender las prácticas de la heterosexualidad, de la homosexualidad, del masoquismo...

Completamente de acuerdo. A mí nadie me enseñó a hacer el amor con una mujer (bueno, tenía el típico maestro: las películas porno, pero cuando hay amor no es buen maestro) pero aprendí desde el primer minuto, logré la satisfacción desde el primer día y también supe satisfacer a la otra parte desde el primer momento. Y habrá personas que decidan probar nuevas prácticas y seguro que aprenderán, poco a poco y experimentando, sin necesidad de que les sea inculcada ninguna información teórica. El cuerpo es sabio, las hormonas son muy pizpiretas y espabiladas y el instinto hace el resto.

Hay una sexualidad que constituye tu suelo de adoctrinamiento. Aquella que has aprendido a reconocer como natural. Pero en cuanto aprendes una segunda lengua sabes que hay más, que incluso puedes abandonar la primera lengua que hablaste sin mayor problema. Yo he estado años sin hablar español y lo hago bien, ¿no?.

Doy fe de ello. Yo he abandonado la primera lengua y no la echo de menos en absoluto, no la he necesitado desde el momento en que hablé otro idioma  

follamos fuera de vuestras restricciones. Un placer que no conoceréis

Las restricciones inhiben, la libertad deshinibe. El poder entregar tu cuerpo a alguien que no te limita, que habla contigo pormenorizadamente de cualquier tema sexual, que te cuenta sus experiencias previas y escucha las tuyas, que tiene total confianza en decirte lo que le gusta y lo que no, y señalarte el punto exacto que le causa placer... es increíble. Un placer ilimitado y sin fecha de caducidad.

Pudo decir con una gran sonrisa que el placer que yo he sentido con una persona de mi mismo sexo, con mi novia, con quien tengo claro que es el amor de mi vida.... no lo había sentido jamás. Es lógico que alguien que tiene un cuerpo físico igual que el tuyo, que conoce a la perfección...sepa despertar cada milímetro de tu piel como si fuera la suya propia.

No sé qué más puedo reflexionar sobre el artículo, porque algunos temas son políticos y no proceden en este foro, y otros temas son de medicina estética o tratan un tema complejo: el del régimen farmacopornográfico.

No he sabido exponer el tema de un modo antropológico o científico, me ha resultado más fácil abrir las puertas de mi corazón y de mi cuerpo y extrapolar la entrevista a mi caso particular, lo que creo que también forma parte de la lista de pretensiones de este taller.

Me ha parecido muy interesante el artículo, aunque no consiga ponerme del todo en la piel de la persona entrevistada, pero sí que la respeto profundamente y creo que la revolución que propone podría dar grandes frutos.

Espero vuestras aportaciones a este artículo, a la percepción y experiencia propia que he aportado en este mensaje o a cualquiera de las otras ofertas temáticas del taller.

Un abrazo.

Bueno, me acabo de leer (no sin esfuerzo, hay términos y descripciones complejas) el artículo del punto 6, el de "La sexualidad es como las lenguas. Todos podemos aprender varias" ;)Tengo mi vocación frustrada de psicóloga-sexóloga y todas sabéis que el tema del sexo para mí es muy interesante y no me causa pudor tratarlo  Sobre todo, como hayáis participado en chats del foro conmigo   

Pero me he dado cuenta de que el artículo no habla de sexo, no habla principalmente de todas las posibilidades que existen y de todo lo que podemos probar, descubrir...sino de algo muy profundo, muy mental y a la vez muy biológico, de unos sentimientos abiertos y a la vez de una lucha por romper estereotipos, por romper moldes, por ser transgresores...por demostrar que vivimos anclados a unas normas sociales, a unas expectativas familiares y sociales, porque tenemos una clausura de nuestra identidad y sexualidad que aceptamos con total normalidad y hasta quien sabe si con agrado.

El titular ya dice mucho de la persona a quien se entrevista: "No es hombre, ni mujer, ni heterosexual, ni homosexual, ni transexual, dice. Brillante filósofa y ensayista, relata su viaje de niña bien de Burgos a icono del movimiento transgénero".

Desde luego, es una persona que puede parecer desde fuera que no tiene las ideas claras, porque no se define...pero justamente el hecho de rechazar cualquier sustantivo que le/la pueda definir, el hecho de no permitir que la etiqueten, demuestra que tiene las ideas más claras que cualquiera de nosotras. Es decir, sabe lo que no quiere ser, lo que no quiere que le/la consideren, porque no se siente identificado/a con ninguna de esas etiquetas que se le intentan colgar.

Admito que me cuesta dirigirme de un modo de doble género hacia esta persona, no me digáis por qué, tiendo a mencionarle/la de un modo femenino. Y luego tengo que editar mi texto para que no sea así.

Particularmente, yo me considero mujer. En el aspecto biológico, porque mis cromosomas son XX y porque tengo un cuerpo prototipo de mujer (redondeado, grandes pechos, cadera curvada), femenino...y porque he menstruado, he gestado, he parido, he amamantado...y en el aspecto psicológico, porque me siento mujer, porque quiero ser mujer, porque rechazo ser hombre o buscar cualquier parecido físico o mental con ese género.

No me considero heterosexual ni homosexual ni bisexual. Considero que durante años fui hetero al completo, a partir de cierta edad me autodefinía como hetero a nivel sentimental y bisexual a nivel sexual (sólo sentía que podía enamorarme de hombres, pero sentía atracción física hacia ambos sexos, aunque esa opción no la llevara a la práctica) y en este momento si me tengo que poner una etiqueta de cara a la galería y a la sociedad, no me complicaría y diría "sí, soy lesbiana"...

...pero lo cierto es que se me hace raro decir esto porque tampoco me considero tal. Sí, me enamoré de una mujer (con la que hoy hace dos años y medio que estoy oficialmente) y antes de eso sentí una fuerte atracción sexual en la distancia hacia ella... esto segundo no me sorprendió tanto aunque nunca me hubiera imaginado que me podría suceder con 500 km. de separación geográfica y ni de lejos con esa intensidad; pero para lo primero, para ser consciente de que había amor, de que había un sentimiento, necesité meses, necesité acabar de confirmarlo ya en persona porque temía admitir algo así, era algo para lo que no estaba preparada. Mis esquemas se rompieron por completo.

Pero luego vi (y asumí) que el tema es que yo me había enamorado de alguien, de que mi corazón llevaba vacío más tiempo del que yo creía (no fui consciente hasta que empezó mi actual relación) y que era irrelevante que se tratara de un hombre o una mujer... era amor en su máxima expresión y un sentimiento que no podía ni quería controlar. Y, qué curioso, la persona hacia quien tenía todos esos sentimientos era una mujer; era la primera vez que me sucedía y era sorprendente, pero era amor, puro y legítimo.

Y esto tal vez sería un problema para alguien que sintiera amor hacia una persona (que tuviera un sentimiento a nivel estrictamente emocional) pero que después en absoluto sintiera atracción sexual hacia el género de la persona de la que se había enamorado. O no, porque hay parejas que no necesitan sexo. Yo sí que sentía esa atracción y además de un modo desmedido e incontrolable (pudisteis ver en uno de los chats famosos cómo me desinhibí de un modo irreconocible, incluso en mí) y ya en la distancia disfrutamos a nuestra manera y con nuestros medios de un gran disfrute sexual conjunto...pero en la presencia, desde el primer día (28 de agosto de 2011) que hacía pocas horas que nos habíamos conocido en persona, hubo una revolución hormonal y una gran complicidad y explosión sexual a nivel físico.

Y ahora, en modo de miscelánea, me gustaría reflexionar sobre algunas de las frases de la persona a quien se entrevista:

"Iba a un colegio de monjas, pero nunca tuve problema por ser distinta. Cuando me decían qué quería ser de mayor, respondía: hombre. Me veía como hombre porque ellos tenían acceso a las cosas que quería hacer: astronauta o médico. Nunca lo viví como vergonzoso ni traumático, era algo a lo que creía tener derecho. De cría, hasta tenía una hucha para hacerme un cambio de sexo."

En mi opinión, en este momento era un deseo que iba más allá de una cuestión hormonal, de un tema de identidad sexual... Simplemente anhelaba tener acceso a una serie de poderes, de profesiones, de libertades, etc. que en su entorno, en su vida, en ese momento de los años 80...estaba restringido a las mujeres. No parece que en ese momento no se sintiera mujer y sí que se sintiera hombre, sino que deseaba ser hombre para no tener tantas limitaciones.

Y esto guardaría relación con otra de sus declaraciones:

"hay que dar armas a las mujeres, puesto que los hombres están armados"

Es consciente de la superioridad masculina (ojo, a nivel social); de cómo las mujeres en algunos contextos seguimos sutilmente en un segundo plano...y ella pretende dar armas y posibilidad de luchar a las mujeres para igualar su situación con los hombres. Quiere romper todo aquello que le fue inculcado desde su nacimiento, en una familia clásica y de ideas muy convencionales.

"la testosterona te pone a mil. si fuera libre, sería el viagra para mujeres"

Estuvo administrándose testosterona en gel durante casi un año y él/ella considera que "Es una droga sexual. Si fuera de venta libre, sería el Viagra para biomujeres. Te pone a mil. Pero empecé a tomarla por un elemento de experimentación, de transgresión, casi una orgía hormonal". Exactamente no sé qué buscaba con ello, ya que no llevó a cabo el proceso de cambio de sexo quirúrgico. ¿Sentir como se siente un hombre? ¿Mejorar su vida sexual? ¿Llevar la contraria a la naturaleza?

Sea como sea, le funcionó (y de hecho, ese producto se comercializa y se ha tratado el tema en programas de salud en televisión para mejorar la líbido) ya que lo equipara con la Viagra.

De hecho, la sexualidad es muy comparable a las lenguas. Aprender otra sexualidad es como aprender otra lengua. Y todo el mundo puede hablar las que quiera. Sólo hay que aprenderlas, igual que la sexualidad. Cualquiera puede aprender las prácticas de la heterosexualidad, de la homosexualidad, del masoquismo...

Completamente de acuerdo. A mí nadie me enseñó a hacer el amor con una mujer (bueno, tenía el típico maestro: las películas porno, pero cuando hay amor no es buen maestro) pero aprendí desde el primer minuto, logré la satisfacción desde el primer día y también supe satisfacer a la otra parte desde el primer momento. Y habrá personas que decidan probar nuevas prácticas y seguro que aprenderán, poco a poco y experimentando, sin necesidad de que les sea inculcada ninguna información teórica. El cuerpo es sabio, las hormonas son muy pizpiretas y espabiladas y el instinto hace el resto.

Hay una sexualidad que constituye tu suelo de adoctrinamiento. Aquella que has aprendido a reconocer como natural. Pero en cuanto aprendes una segunda lengua sabes que hay más, que incluso puedes abandonar la primera lengua que hablaste sin mayor problema. Yo he estado años sin hablar español y lo hago bien, ¿no?.

Doy fe de ello. Yo he abandonado la primera lengua y no la echo de menos en absoluto, no la he necesitado desde el momento en que hablé otro idioma  

follamos fuera de vuestras restricciones. Un placer que no conoceréis

Las restricciones inhiben, la libertad deshinibe. El poder entregar tu cuerpo a alguien que no te limita, que habla contigo pormenorizadamente de cualquier tema sexual, que te cuenta sus experiencias previas y escucha las tuyas, que tiene total confianza en decirte lo que le gusta y lo que no, y señalarte el punto exacto que le causa placer... es increíble. Un placer ilimitado y sin fecha de caducidad.

Pudo decir con una gran sonrisa que el placer que yo he sentido con una persona de mi mismo sexo, con mi novia, con quien tengo claro que es el amor de mi vida.... no lo había sentido jamás. Es lógico que alguien que tiene un cuerpo físico igual que el tuyo, que conoce a la perfección...sepa despertar cada milímetro de tu piel como si fuera la suya propia.

No sé qué más puedo reflexionar sobre el artículo, porque algunos temas son políticos y no proceden en este foro, y otros temas son de medicina estética o tratan un tema complejo: el del régimen farmacopornográfico.

No he sabido exponer el tema de un modo antropológico o científico, me ha resultado más fácil abrir las puertas de mi corazón y de mi cuerpo y extrapolar la entrevista a mi caso particular, lo que creo que también forma parte de la lista de pretensiones de este taller.

Me ha parecido muy interesante el artículo, aunque no consiga ponerme del todo en la piel de la persona entrevistada, pero sí que la respeto profundamente y creo que la revolución que propone podría dar grandes frutos.

Espero vuestras aportaciones a este artículo, a la percepción y experiencia propia que he aportado en este mensaje o a cualquiera de las otras ofertas temáticas del taller.

Un abrazo.

Bird on the wire: hace meses oí en televisión hablar sobre asexualidad y admito que me costó entender que existiera tanta gente con nulo interés en el sexo, aunque lo respete.

Tal vez al igual que hace décadas había quienes no entendían que una persona se pudiera enamorar de alguien de su mismo sexo y no lo consideraban natural, a mí me cuesta (y supongo que en este aspecto mis ideas son obsoletas y debo evolucionar) pensar en que haya personas que sin una ideología y labor religiosa de por medio renuncien al sexo. Porque al menos los curas, las monjas, los obispos renuncian acatando unas normas de su congregación, no por decisión propia, no porque sus cuerpos no tengan impulsos sexuales (que claro que los tienen).

Me cuesta entenderlo porque eso significa estar renunciando a una de las necesidades fisiológicas principales del ser humano. No tan importante como respirar, comer, beber, dormir...pero sí casi básica en la naturaleza animal, ya que permite la reproducción de la especie y mantiene la homeostasis. Existe la llamada Pirámide de Maslow, que consiste en una jerarquía de las necesidades humanas. Es una teoría psicológica propuesta por Abraham Maslow en su obra "Una teoría sobre la motivación humana"


No se trata de una cuestión de gustos (me gustan los hombres, me gustan las mujeres, no me gustan los champiñones, me encanta el arroz con pollo) sino de algo que para mí es inherente al ser humano. La sexualidad existe, en distintos modos, en casi todas las etapas de nuestra vida.

Personalmente, soy incapaz de renunciar al sexo. Aún convaleciente de una intervención quirúrgica como estoy ahora no he podido renunciar del todo al sexo, he necesitado estimulación (sólo externa), he sentido excitación sexual mucho antes de finalizar la cuarentena. El cambio hormonal de la menopausia quirúrgica me ha causado insomnio, me ha causado sofocos, pero no me ha reducido la líbido. Y sí, puedo entender que haya personas que ni aún teniendo a su lado a la pareja ideal, consiga sentir toda la atracción y necesidad sexual que se espera de ella. Y puedo entender que haya personas que tengan al sexo en su lista de últimas prioridades o que no muestren prácticamente interés. Y hasta que renuncien al sexo por un tiempo. Todos somos dueños de nuestros cuerpos pero víctimas de sus sensaciones, sentimientos, de sus hormonas y experiencias previas, tabúes...

Vale, esto lo entiendo, respeto y considero que si una persona es feliz renunciando al sexo y su vida sigue siendo completamente normal, es perfecto. Lo que no comprendo son las aspiraciones e ilusiones de algunas de las tribus que existen dentro de la filosofía de la asexualidad:

La asexualidad empezó a popularizarse y hacerse visible en Japón a mediados de la década del año 2000, hasta el punto de crear una nueva tribu urbana o grupo social, el de los soshokukei danshi (chicos herbívoros). Eran jóvenes y adolescentes con un nulo interés por el sexo y el mundo laboral  –la mayoría no trabaja–, que viven en casa de sus padres, se alimentan de cereales con leche y dedican su tiempo a ver Internet, ondularse y teñirse el pelo y pulir sus uñas. Una apatía sexual que conlleva bajos índices de natalidad con consecuencias económicas e industriales.

Que no trabajen, que su día a día sea internet y cuidar parte de su estética...me parece patológico y triste. Porque hablamos de adolescentes y de jóvenes.

No hablamos de un drag queen que el fin de semana (o todas las noches) se pone sus plataformas, pelucas, etc. pero tiene relaciones sociales, se alimenta correctamente, sale con sus amigos y tiene un trabajo adicional al de sus actuaciones. Vi en un programa de televisión que no recuerdo ahora si hacía referencia a los soshokukei danshi o a otro tribu japonesa... (puede que a otra) pero me sorprendió y entristeció que alguno de esos chicos y chicas ni siquiera salía de casa en todo el día. Hacían la compra por Internet y su vida consistía en estar sentado, chateando y comiendo. Algunos tenían 16 años y otros 30.

Esta parte del artículo también me parece relevante:

Según AVEN, uno de los mayores problemas de los asexuales es encontrar pareja porque, aunque prescindan del sexo, sí necesitan afecto o la necesidad de compartir la vida con alguien y no es fácil acceder al amor sin estar dispuesto a poner toda la carne, o alguna, en el asador. El premio gordo sería encontrar una media naranja también asexual, aunque para los menos afortunados la solución pasa por tener relaciones –como quien va al dentista–, para satisfacer al otro, o dar con una pareja altamente comprensiva y tolerante.

Claro, se puede prescindir del sexo, pero no del afecto y la compañía de alguien a tu lado, alguien que te abrace por las noches y con quien amanezcas por la mañana. Y es evidente que las personas manifiestamente asexuales van a tener más difícil encontrar una pareja que los comprenda, pero se merecen conseguirlo.

Creo, chesereturns, que el tema depilación, si las chicas se animan, puede dar para un interesante debate.

Parecía que empezabas contando mi historia, porque a la misma edad, a los 14 años, mi madre me llevó por primera vez a una esteticista a que me depilara con cera caliente. Qué tortura madre del amor hermoso...aunque yo estaba deseando verme las piernas y axilas sin pelos, porque hasta la fecha mi madre lo único que hacía era decolorarme el vello y llegado a un cierto punto eso no servía de nada.

También me llevó allí antes de que me fuera al viaje de fin de curso, a Suances. Para que pudiera ir en pantalón corto, convivir con mi compañera de cuarto sin que ésta me confundiera con el Yeti y estas cosas.

Pero tiempo después se desentendió del tema y yo me pasé a la cuchilla (mala idea, el vello salía en dos días, pinchaba y era grueso) hasta los 18 años más o menos que me compré a mí misma como regalo la Epilady esa que comentas. Para mí fue un furor porque en cualquier momento del día, en el sofá, en la cama o tirada en el suelo bajo la luz de la ventana, yo me iba quitando "las lanas" que me iban saliendo     y sin esperar a que crecieran, oiga. Con que asomaran un poquito era suficiente, no como con la cera. Pero había zonas en las que no soportaba la dichosa maquineja y tenía que hacerla con cuchilla.

A los veintitantos años probé la depilación láser en algunas zonas de mi cuerpo y si no me hice todas las sesiones que hubieran sido necesarias para hacer desaparecer todo el vello que me molesta, fue por economía y porque más o menos algunas zonas que más me incordiaban a nivel estético dejaron de hacerlo con pocas y aisladas sesiones. Personalmente, recomiendo este tipo de depilación, porque de verdad funciona.

Ahora mismo el vello de las piernas lo tengo muy controlado y me salen pelitos aislados que son muy fáciles de quitar con la cuchilla o una pinza. Y eso me da mucha tranquilidad y comodidad, sobre todo cuando llega el buen tiempo y el calor.

Mi penúltima sesión de láser fue en agosto de 2011, para conocer a cierta señorita que ahora comparte mi vida, jeje. Me hice ingles brasileñas (ya las había hecho tiempo atrás con buenos resultados) y la última fue justo antes de la intervención quirúrgica, en enero de este año; me hice la línea alba (desde el ombligo hasta el pubis) para luego no estar sufriendo con las grapas, la inflamación, etc. ya que la zona del abdomen últimamente me estaba dando un poco de guerra. Y luego me hice las ingles caribeñas (vamos, que arrasé con todo atisbo de vello) en casa, con ayuda de Eva. Y me sentí muy cómoda en el hospital, con el tema de sondarme, de ponerme el catéter, de entrar a quirófano... y de que allí estuve los primeros cinco días de cintura para abajo desnuda y los médicos y enfermeras me controlaban varias veces la sonda, la distensión abdominal, las grapas...

Hay quien no necesita depilarse, hay quien lo necesita pero no quiere. Personalmente, desde muy pequeña y antes de que llegaran algunas modas de mujer de poco vello y antes de que la cultura hiciera mella en mí... a mí ya no me gustaba ver a la gente con pelo en el cuerpo   Mi padre tiene en el pecho y en la espalda, bastante y rizado, y ya cuando de peque me acurrucaba a él pensaba que sería mejor que no tuviera nada de vello (y faltaba mucho para que se impusiera la moda de depilación masculina y llegaran los primeros metrosexuales). Siempre me ha gustado que las mujeres tuvieran las piernas, las axilas, el abdomen, etc. libres de pelo, como algo estético y con la sensación (en ocasiones equivocada) de que es más higiénico. Sé que el vello puede ayudar a proteger contra infecciones pero a la vez creo que en algunas zonas a veces hay que extremar la higiene en caso de tener un (perdón por lo basta de la expresión) un matojo de pelos y que la ducha diaria no basta.

En fin, es mi opinión. A mí no me gusta el vello y me encanta la piel suave que hay en un cuerpo depilado. A nivel estético y a nivel sexual  para qué negarlo. Pero respeto a quienes optéis por no depilaros nunca y salir a la calle o ir a la playa así, sin pudor. No deja de ser algo cultural o de gustos o incluso de principios.

Otro estereotipo, porque ya me diréis en que mejora o empeora nuestra vida tener o no tener pelos en el cuerpo

A ver, en según qué zonas como las axilas, yo veo higiénico no tener vello (personalmente no me espero al verano para quitarlo, yo lo depilo todo el año) para que no se concentre sudor. En zonas más íntimas pues para según qué actos orales se agradece que la zona esté perfectamente depilada (tanto si eres el activo como el pasivo ;)porque en el primer caso no hay obstáculos jajaja y en el segundo la sensibilidad aumenta muchísimo). Y luego si estás con la regla es mucho más fácil mantener la zona higienizada.

El resto del cuerpo ya es pura estética o simplemente que disfrutes con la suavidad de la piel propia o ajena. A mí no me gusta ver a una mujer con pelos en las piernas o en las axilas o en el bigote, es una cuestión de gusto y opinión.