El Viaje de Camino
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El Viaje de Camino
Miércoles, 3 de diciembre de 2014.
40+1 semanas.
Me siento tranquila; mi cuerpo está tranquilo, sin indicios que evidencien que Camino quiera nacer. Esa misma mañana me hago fotos de mi cuerpo; a pesar de seguir unida a mi pequeña, ya siento añoranza de nuestra etapa de embarazo que está a punto de finalizar.
Esa misma mañana, en la monitorización fetal, Camino está reactiva pero no hay atisbo alguno de contracciones; el ginecólogo me cita en una semana y hace aparecer el fantasma del parto provocado, en caso de que Camino no se decida a nacer de manera natural.
I
Por la tarde, J., yo y los perros damos un paseo de 2 horas y media, recorriendo unos 6 kilómetros a pesar del frío horroroso que hace. Me siento activa, bien, enérgica...
Esa misma noche, como una más de tantas durante varios meses, disfrutaba antes de disponerme a dormir de sentir a Camino vigorosamente, que a pesar de ser un bebé a término con espacio reducido, nos deja intuir partes de su cuerpillo a través de la piel de mi abdomen.
A la 1:00 a.m. duermo agotada del ajetreo del día, relajada, tranquila.
A la 1:30 a.m. me despierta un tremendo retortijón de tripas que me obliga a ir corriendo al baño. Pienso (convencida) que algo me ha sentado mal...
Pero al cabo de 10 minutos comienzo a identificar aquella sensación... dolorosa e intermitente que me parte en dos. Miro desde el baño el reloj de la mesita de Jesús, contabilizo... la intensidad de la molestia va y viene cada tres minutos, y momentos más tarde, allí, sentada en el baño, tratando de asearme, observo aquello que tanto me intrigaba y me inquietaba por si llegado el momento no lo reconociera: el tapón mucoso.
Las contracciones son ritmicas y se repiten, desde el inicio, cada tres minutos.
Finalmente me aseo y llamo a Jesús: "Estoy con contracciones, y parece que esto ya no para, pero quedate tranquilo, duerme hasta que yo te diga..."
Recordaba todo lo abordado en las clases de preparación al parto; cuanto esperar antes de salir corriendo, cuando acudir al hospital, qué ocurre mientras en mi cuerpo, qué hacer para aliviar el dolor... y trato de llevar a cabo alguna de las recomendaciones del matrón. Mientras hago algún ejercicio en la pelota de pilates, respiro hondo, identifico cada contracción, advierto la siguiente... Jesús, aún en la cama, comienza a inquietarse, y decide levantarse e irse preparando; él está deseando ir al hospital. Mientras yo lo freno, le pido que esperemos, que vivamos ese momento en la mayor intimidad posible. A las 4 de la mañana, las contracciones son muy intrensas, y su frecuencia cada dos minutos. Jesús ya se ha levantado y ha ido preparando todo lo que habíamos hablado días anteriores. Yo entre una contracción y otra, salgo a la calle y cargo la silla de ruedas de Jesús en el maleteto del coche, que precisamente ese día estaba fuera del coche (siempre llevamos una en el coche, pero casualmente aquella tarde hubo que sacarla para no recuerdo qué).
Los perros entran en el dormitorio, y detectan algo extraño en el ambiente. Nica no es capaz de mirarme a la cara, por mas que le tranquilizo y le digo que no pasa nada, que va a llegar Camino. Poncho, simplemente está inquieto y vomita en el pasillo. Trato de tranquilizarlos, pero es más que evidente que las contracciónes me abstraen y me llevan al límite de mis energías, y solo me permiten, a duras penas respirar tal como lo aprendí en las clases de yoga.
A las 5 siento que mis piernas pierden el control en cada contracción; estas se repiten cada minuto, y siento que ya es el momento de acudir al hospital, pese a que temo que allí me digan que aún es pronto, que si las primerizas tal y cual. A pesar de que yo siempre me he sentido muy bien tratada, resuenan en mi los malos comentarios de otras chicas que han dado a luz en el mismo hospital, y no puedo evitar acudir con ciertos prejuicios.
El trayecto en coche hasta el hospital, a 23 kms de nuestra casa, se me hace interminable, trayecto que he recorrido miles de veces, ya que la ciudad donde está también es mi lugar de trabajo habitualmente. Respiro jadeando, no puedo evitarlo, me ayuda a dejar fluir el dolor.
Llegamos al hospital. Todo en silencio, tranquilo, hace mucho frío, parece que se detiene el tiempo. Entre una contracción y otra, saco la silla de Jesús del maletero y se la acerco.
No sé cómo llego hasta la puerta de urgencias sola (Jesús se está acomodando en la silla, suele tardar un poco). Entro y me reciben celadores, me toman datos y me suben a paritorios, llega Jesús detras de mi. Muy al contrario de lo que yo imaginaba, agradecí que me facilitaran una silla de ruedas. Las contracciones no me dejan mantenerme de pie.
En paritorios me recibe enfermera y matrona, caras conocidas. "Hola, ¿Qué tal", preguntan amablemente. "Jodida pero CONTENTA", respondo...
El hospital estaba desconocido para mi; hacía unas horas, había estado en aquél mismo lugar, y el jaleo de las citas, los monitores, los partos y cesareas de urgencias etc. lo inundaba todo. Sin embargo, en aquél momento, la calma y el silencio lo convertían en un lugar incluso agradable.
Me acomodo en una habitación, se presenta la matrona que me atenderá. Me explica, me explora, todo en un ambiente muy tranquilo, muy dulces, respetando mi dolor, dejando recuperarme de cada contracción.
Dilatación de 3 cms, cuello de útero parcialmente borrado, fisura en la bolsa con pequeña pérdida de liquido limpio; todo parece ir bien. Me monitorizan, y me pide que aguante unos minutos con el monitor para poder comprobar que Camino está en perfecto estado y que está soportando el trabajo de parto. Después, me propone pasar el resto de la dilatación como yo prefiera, y me prepara la pelota de pilates, ya que le dije que en casa la usaba y que me resultó efectiva.
Jesús está allí conmigo en todo momento; me siento feliz, tres centimetros menos para conocer a Camino, y el latido de su corazón me parece música. Sigue la tanda de contracciones. La matrona vigila el monitor, y sin explicarme mucho, me dice que Camino va bien, pero que si no me importa, prefiere tenerme monitorizada de forma permanente; accedo, ya que siento que mis piernas no podrán sostenerme para nada, y prefiero quedarme en la cama sentada con las piernas en posición de sastre y las manos en mudra, respirando hondo.
La matrona es muy amable; charla con nosotros, le sorprende mi calma, incluso reimos cuando el comentario lo procede. Le explico que Camino es todo un reto, y que su llegada me llena de emoción, aunque sea intensa. Se sorprende cuando ve que en la penumbra, disfruto de una selección de música en el móvil, y que llevamos un espejo para poder observar el expulsivo, o una cámara de fotos para inmortalizar la llegada de nuestra pequeña. Se respira ilusión en aquella habitación, y mi calma me sorprende a mi misma.
Jesús se apoya sobre la pared y dormita; yo, respiro hondo en cada contracción, enviando bocanadas de oxígeno a mi hija, cuyo latido puedo escuchar cómo desciende en ritmo para recuperarse en cada remanso de paz que me deja el paso de la contracción. De fondo, se escucha el Vals dÁmelie, Las Grullas de Bruno Coulais y los Ecos de Enya.
Dan las 8 de la mañana y el cambio de turno. La matrona viene a despedirse, me felicita por recibir a mi hija con tanto amor a pesar del dolor, dice que le hubiera gustado acompañarme hasta el final, que pocas pacientes viven el nacimiento de sus hijos con tanta plenitud. Una vez más me explora para dejar su tarea conmigo finalizada y me presenta a la matrona que me acompañara a partir de ese momento.
6 cms, cuello del útero totalmente borrado, mi niña sigue estable, aún con bastante líquido.
Las contracciones se espacian en tiempo pero también se intensifican. La matrona nueva me anuncia que ya puede tocar a Camino, que ya casi está aquí, que queda la recta final del parto, lo más emocionante. No puedo evitar llorar, ya no se si de dolor o de emoción, o de ambas cosas. Admito en medio de aquél vendaval de sensaciones que me siento feliz, superada por el momento, por las espectativas.
Desde la ventana de la habitación veo amanecer, y puedo ver cómo los ténues rayos del sol de un frío día empieza a bañar tímidamente la dehesa helada. El paisaje me parece mágico, entre nieblas se observan los montes adyacentes cubiertos de encinas.
Comienzo a sentir que Camino desciende por el canal de parto; la siento presionando mi periné y pido a Jesús que llame a las matronas (no sé muy bien si debo dejarme llevar y pujar... ). Vienen varias matronas y un ginecólogo, a cada cual más amable. Me anuncian que pueden ver la cabecita de Camino; llegan otro ginecólogo de relativa confianza `por que ha seguido el proceso de la búsqueda de Camino y el embarazo de cerca, y decide acompañarnos en el resto del proceso.
Jesús está emocionado, lo noto en su cara, y me trae el espejo para que pueda ver la cabeza asomando por mi vagina. Puedo tocarla, y me siento abrumada de emoción.
La matrona me propone pujar de lado, probar posturas, y me explica con lujo de detalles cómo vana a abordar el expulsivo para velar por mi seguridad y la de mi pequeña.
Comienzo a pujar. Varias veces con cada contracción y bajo la supervisión de la matrona que me anima. Decidimos pujar en cuclillas (la cama permite esa posibilidad), ya que de lado los pujos no estaban siendo efectivos. CUando Camino está a punto de salir, me llevan al paritorio en la misma cama, (sin obligarme a cambiar de postura); lo hacen por seguridad, por disponer de medios si algo no fuera bien.
Me atienden varios ginecólogos, se ve que nuestro caso no pasaba desapercibido en el equipo de ginecología del hospital, y el hecho de que Camino tuviera Arteria Umbilical Única alertó al equipo.
Pujo con cada contracción; siento que los pujos no son enérgicos, que me quedo sin haliento, que Camino se resiste a atravesar mi periné. Me animan, me dicen que casi lo tengo, que tengo que empujar más fuerte...
Reconozco que me comienzo a sentir sin fuerzas, que me supera el dolor, que no puedo evitar gritar en cada pujo, que no estoy enviando suficiente energía a mi pequeña.
Sin embargo, llega un momento en que pienso que es una lucha entre el dolor y yo, y que yo tengo que vencer. Finalmente, casi sin saber de qué manera, sale mi pequeña...
Dan las 10:10 a.m. DEL 4 DE DICIEMBRE DE 2014, y entre palabras de haliento y felicitaciones me animan a traer yo misma al mundo a mi hija, que sean mis manos las primeras que mi pequeña tenga la oportunidad de sentir; la tomo entre mis manos y siento como su cuerpo abandona el mío para sentirla ahora, sobre mi abdomen y no dentro...
PUEDO VERLA...y me parece la criatura más preciosa del mundo, con sus ojillos abiertos de par en par, atentos, su carita mofletuda despierta, su cuerpito redondito y solo un pequeño llanto para anunciar su llegada. No lo podia creer, me parecía estar viviendo la historia de otra persona y no mi propia historia; aquella niña tan perfecta no podía ser mía, no me sentía merecedora de tal maravilla...
Camino reptó por mi abdomen, buscando mi pezón, supongo, pero se lo pasó de largo.
Disfruté enormemente del piel con piel, las dos húmedas en nuestros fluidos, aún unidas por el cordón umbilical, envueltas en una sabana. Su mirada se clavaba en mi y la mia en ella. Seguía pensando que aquello no era real, mientras Jesús me fotografiaba emocionado y llamaba a Camino.
Solo estuvo separada de mi los justo para pesarla, medirla y ponerle algo de ropa (hacía frío). Todo el tiempo estuvo en mis brazos, incluso mientras me daban los puntos de un pequeño desgarro en el periné (solo piel).
Desde aquél momento comencé a flotar; me hablaban de cosas, tales como la documentación para inscribirla, su libro sanitario, etc. pero mi nivel de atención era mínimo para todo eso; solo podía atender a mi tesoro, a la maravillosa sensación de tener a MI BEBE, MI ANSIADISIMA Y DESEADÍSIMA HIJA conmigo.
Camino ha llegado a este mundo a través de este intenso y maravilloso viaje para hacernos padres a Jesus y a mi. Por fin, nace nuestra niña, y con ella, una vida llena de proyectos e ilusiones.
BIENVENIDA, CAMINO.
40+1 semanas.
Me siento tranquila; mi cuerpo está tranquilo, sin indicios que evidencien que Camino quiera nacer. Esa misma mañana me hago fotos de mi cuerpo; a pesar de seguir unida a mi pequeña, ya siento añoranza de nuestra etapa de embarazo que está a punto de finalizar.
Esa misma mañana, en la monitorización fetal, Camino está reactiva pero no hay atisbo alguno de contracciones; el ginecólogo me cita en una semana y hace aparecer el fantasma del parto provocado, en caso de que Camino no se decida a nacer de manera natural.
I
Por la tarde, J., yo y los perros damos un paseo de 2 horas y media, recorriendo unos 6 kilómetros a pesar del frío horroroso que hace. Me siento activa, bien, enérgica...
Esa misma noche, como una más de tantas durante varios meses, disfrutaba antes de disponerme a dormir de sentir a Camino vigorosamente, que a pesar de ser un bebé a término con espacio reducido, nos deja intuir partes de su cuerpillo a través de la piel de mi abdomen.
A la 1:00 a.m. duermo agotada del ajetreo del día, relajada, tranquila.
A la 1:30 a.m. me despierta un tremendo retortijón de tripas que me obliga a ir corriendo al baño. Pienso (convencida) que algo me ha sentado mal...
Pero al cabo de 10 minutos comienzo a identificar aquella sensación... dolorosa e intermitente que me parte en dos. Miro desde el baño el reloj de la mesita de Jesús, contabilizo... la intensidad de la molestia va y viene cada tres minutos, y momentos más tarde, allí, sentada en el baño, tratando de asearme, observo aquello que tanto me intrigaba y me inquietaba por si llegado el momento no lo reconociera: el tapón mucoso.
Las contracciones son ritmicas y se repiten, desde el inicio, cada tres minutos.
Finalmente me aseo y llamo a Jesús: "Estoy con contracciones, y parece que esto ya no para, pero quedate tranquilo, duerme hasta que yo te diga..."
Recordaba todo lo abordado en las clases de preparación al parto; cuanto esperar antes de salir corriendo, cuando acudir al hospital, qué ocurre mientras en mi cuerpo, qué hacer para aliviar el dolor... y trato de llevar a cabo alguna de las recomendaciones del matrón. Mientras hago algún ejercicio en la pelota de pilates, respiro hondo, identifico cada contracción, advierto la siguiente... Jesús, aún en la cama, comienza a inquietarse, y decide levantarse e irse preparando; él está deseando ir al hospital. Mientras yo lo freno, le pido que esperemos, que vivamos ese momento en la mayor intimidad posible. A las 4 de la mañana, las contracciones son muy intrensas, y su frecuencia cada dos minutos. Jesús ya se ha levantado y ha ido preparando todo lo que habíamos hablado días anteriores. Yo entre una contracción y otra, salgo a la calle y cargo la silla de ruedas de Jesús en el maleteto del coche, que precisamente ese día estaba fuera del coche (siempre llevamos una en el coche, pero casualmente aquella tarde hubo que sacarla para no recuerdo qué).
Los perros entran en el dormitorio, y detectan algo extraño en el ambiente. Nica no es capaz de mirarme a la cara, por mas que le tranquilizo y le digo que no pasa nada, que va a llegar Camino. Poncho, simplemente está inquieto y vomita en el pasillo. Trato de tranquilizarlos, pero es más que evidente que las contracciónes me abstraen y me llevan al límite de mis energías, y solo me permiten, a duras penas respirar tal como lo aprendí en las clases de yoga.
A las 5 siento que mis piernas pierden el control en cada contracción; estas se repiten cada minuto, y siento que ya es el momento de acudir al hospital, pese a que temo que allí me digan que aún es pronto, que si las primerizas tal y cual. A pesar de que yo siempre me he sentido muy bien tratada, resuenan en mi los malos comentarios de otras chicas que han dado a luz en el mismo hospital, y no puedo evitar acudir con ciertos prejuicios.
El trayecto en coche hasta el hospital, a 23 kms de nuestra casa, se me hace interminable, trayecto que he recorrido miles de veces, ya que la ciudad donde está también es mi lugar de trabajo habitualmente. Respiro jadeando, no puedo evitarlo, me ayuda a dejar fluir el dolor.
Llegamos al hospital. Todo en silencio, tranquilo, hace mucho frío, parece que se detiene el tiempo. Entre una contracción y otra, saco la silla de Jesús del maletero y se la acerco.
No sé cómo llego hasta la puerta de urgencias sola (Jesús se está acomodando en la silla, suele tardar un poco). Entro y me reciben celadores, me toman datos y me suben a paritorios, llega Jesús detras de mi. Muy al contrario de lo que yo imaginaba, agradecí que me facilitaran una silla de ruedas. Las contracciones no me dejan mantenerme de pie.
En paritorios me recibe enfermera y matrona, caras conocidas. "Hola, ¿Qué tal", preguntan amablemente. "Jodida pero CONTENTA", respondo...
El hospital estaba desconocido para mi; hacía unas horas, había estado en aquél mismo lugar, y el jaleo de las citas, los monitores, los partos y cesareas de urgencias etc. lo inundaba todo. Sin embargo, en aquél momento, la calma y el silencio lo convertían en un lugar incluso agradable.
Me acomodo en una habitación, se presenta la matrona que me atenderá. Me explica, me explora, todo en un ambiente muy tranquilo, muy dulces, respetando mi dolor, dejando recuperarme de cada contracción.
Dilatación de 3 cms, cuello de útero parcialmente borrado, fisura en la bolsa con pequeña pérdida de liquido limpio; todo parece ir bien. Me monitorizan, y me pide que aguante unos minutos con el monitor para poder comprobar que Camino está en perfecto estado y que está soportando el trabajo de parto. Después, me propone pasar el resto de la dilatación como yo prefiera, y me prepara la pelota de pilates, ya que le dije que en casa la usaba y que me resultó efectiva.
Jesús está allí conmigo en todo momento; me siento feliz, tres centimetros menos para conocer a Camino, y el latido de su corazón me parece música. Sigue la tanda de contracciones. La matrona vigila el monitor, y sin explicarme mucho, me dice que Camino va bien, pero que si no me importa, prefiere tenerme monitorizada de forma permanente; accedo, ya que siento que mis piernas no podrán sostenerme para nada, y prefiero quedarme en la cama sentada con las piernas en posición de sastre y las manos en mudra, respirando hondo.
La matrona es muy amable; charla con nosotros, le sorprende mi calma, incluso reimos cuando el comentario lo procede. Le explico que Camino es todo un reto, y que su llegada me llena de emoción, aunque sea intensa. Se sorprende cuando ve que en la penumbra, disfruto de una selección de música en el móvil, y que llevamos un espejo para poder observar el expulsivo, o una cámara de fotos para inmortalizar la llegada de nuestra pequeña. Se respira ilusión en aquella habitación, y mi calma me sorprende a mi misma.
Jesús se apoya sobre la pared y dormita; yo, respiro hondo en cada contracción, enviando bocanadas de oxígeno a mi hija, cuyo latido puedo escuchar cómo desciende en ritmo para recuperarse en cada remanso de paz que me deja el paso de la contracción. De fondo, se escucha el Vals dÁmelie, Las Grullas de Bruno Coulais y los Ecos de Enya.
Dan las 8 de la mañana y el cambio de turno. La matrona viene a despedirse, me felicita por recibir a mi hija con tanto amor a pesar del dolor, dice que le hubiera gustado acompañarme hasta el final, que pocas pacientes viven el nacimiento de sus hijos con tanta plenitud. Una vez más me explora para dejar su tarea conmigo finalizada y me presenta a la matrona que me acompañara a partir de ese momento.
6 cms, cuello del útero totalmente borrado, mi niña sigue estable, aún con bastante líquido.
Las contracciones se espacian en tiempo pero también se intensifican. La matrona nueva me anuncia que ya puede tocar a Camino, que ya casi está aquí, que queda la recta final del parto, lo más emocionante. No puedo evitar llorar, ya no se si de dolor o de emoción, o de ambas cosas. Admito en medio de aquél vendaval de sensaciones que me siento feliz, superada por el momento, por las espectativas.
Desde la ventana de la habitación veo amanecer, y puedo ver cómo los ténues rayos del sol de un frío día empieza a bañar tímidamente la dehesa helada. El paisaje me parece mágico, entre nieblas se observan los montes adyacentes cubiertos de encinas.
Comienzo a sentir que Camino desciende por el canal de parto; la siento presionando mi periné y pido a Jesús que llame a las matronas (no sé muy bien si debo dejarme llevar y pujar... ). Vienen varias matronas y un ginecólogo, a cada cual más amable. Me anuncian que pueden ver la cabecita de Camino; llegan otro ginecólogo de relativa confianza `por que ha seguido el proceso de la búsqueda de Camino y el embarazo de cerca, y decide acompañarnos en el resto del proceso.
Jesús está emocionado, lo noto en su cara, y me trae el espejo para que pueda ver la cabeza asomando por mi vagina. Puedo tocarla, y me siento abrumada de emoción.
La matrona me propone pujar de lado, probar posturas, y me explica con lujo de detalles cómo vana a abordar el expulsivo para velar por mi seguridad y la de mi pequeña.
Comienzo a pujar. Varias veces con cada contracción y bajo la supervisión de la matrona que me anima. Decidimos pujar en cuclillas (la cama permite esa posibilidad), ya que de lado los pujos no estaban siendo efectivos. CUando Camino está a punto de salir, me llevan al paritorio en la misma cama, (sin obligarme a cambiar de postura); lo hacen por seguridad, por disponer de medios si algo no fuera bien.
Me atienden varios ginecólogos, se ve que nuestro caso no pasaba desapercibido en el equipo de ginecología del hospital, y el hecho de que Camino tuviera Arteria Umbilical Única alertó al equipo.
Pujo con cada contracción; siento que los pujos no son enérgicos, que me quedo sin haliento, que Camino se resiste a atravesar mi periné. Me animan, me dicen que casi lo tengo, que tengo que empujar más fuerte...
Reconozco que me comienzo a sentir sin fuerzas, que me supera el dolor, que no puedo evitar gritar en cada pujo, que no estoy enviando suficiente energía a mi pequeña.
Sin embargo, llega un momento en que pienso que es una lucha entre el dolor y yo, y que yo tengo que vencer. Finalmente, casi sin saber de qué manera, sale mi pequeña...
Dan las 10:10 a.m. DEL 4 DE DICIEMBRE DE 2014, y entre palabras de haliento y felicitaciones me animan a traer yo misma al mundo a mi hija, que sean mis manos las primeras que mi pequeña tenga la oportunidad de sentir; la tomo entre mis manos y siento como su cuerpo abandona el mío para sentirla ahora, sobre mi abdomen y no dentro...
PUEDO VERLA...y me parece la criatura más preciosa del mundo, con sus ojillos abiertos de par en par, atentos, su carita mofletuda despierta, su cuerpito redondito y solo un pequeño llanto para anunciar su llegada. No lo podia creer, me parecía estar viviendo la historia de otra persona y no mi propia historia; aquella niña tan perfecta no podía ser mía, no me sentía merecedora de tal maravilla...
Camino reptó por mi abdomen, buscando mi pezón, supongo, pero se lo pasó de largo.
Disfruté enormemente del piel con piel, las dos húmedas en nuestros fluidos, aún unidas por el cordón umbilical, envueltas en una sabana. Su mirada se clavaba en mi y la mia en ella. Seguía pensando que aquello no era real, mientras Jesús me fotografiaba emocionado y llamaba a Camino.
Solo estuvo separada de mi los justo para pesarla, medirla y ponerle algo de ropa (hacía frío). Todo el tiempo estuvo en mis brazos, incluso mientras me daban los puntos de un pequeño desgarro en el periné (solo piel).
Desde aquél momento comencé a flotar; me hablaban de cosas, tales como la documentación para inscribirla, su libro sanitario, etc. pero mi nivel de atención era mínimo para todo eso; solo podía atender a mi tesoro, a la maravillosa sensación de tener a MI BEBE, MI ANSIADISIMA Y DESEADÍSIMA HIJA conmigo.
Camino ha llegado a este mundo a través de este intenso y maravilloso viaje para hacernos padres a Jesus y a mi. Por fin, nace nuestra niña, y con ella, una vida llena de proyectos e ilusiones.
BIENVENIDA, CAMINO.
Última edición por septentrionis el Lun 22 Dic 2014, 02:24, editado 1 vez
septentrionis- Nivel 2
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Re: El Viaje de Camino
Enhorabuena!!!!
Un bebe tan deseado y querido.....es el principio del camino......ahora a disfrutarlo.....es lo mejor del mundo.....
Muchísimas felicidades, a los tres ...que ya sois una preciosa familia.
Un bebe tan deseado y querido.....es el principio del camino......ahora a disfrutarlo.....es lo mejor del mundo.....
Muchísimas felicidades, a los tres ...que ya sois una preciosa familia.
bluemoon- Nivel 2
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Re: El Viaje de Camino
Qué bonito! Qué bien vivido y que bien llevado!, por lo visto ibas como si lo hicieras cada día
Felicidades por esa seguridad, por ese amor y por esa princesa!
Felicidades por esa seguridad, por ese amor y por esa princesa!
Sakura- Nivel 5
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Re: El Viaje de Camino
Acabo de editar para corregir ciertos errores.
Añado que el documento de plan de parto se quedó en la mochila de Jesus, preparado para entregarlo, pero no hizo falta en absoluto. Recibí un trato muy superior a lo esperado, se cumplieron mis espectativas sobradamente, y todo salio a pedir de boca.
También añado que Camino nació con 2.760 g 33 cm de perímetro cefálico, y 46 con de largo. Es un bebé pequeñito, y eso facilitó la tarea. Es una niña sana, y la AUU no ha tenido ninguna consecuencia, al menos observable.
El siguiente capitulo lo desarrollarse en el apartado de lactancia, pues esta fue otro reto, ( cuando debería ser algo que implemente fluye...)
Añado que el documento de plan de parto se quedó en la mochila de Jesus, preparado para entregarlo, pero no hizo falta en absoluto. Recibí un trato muy superior a lo esperado, se cumplieron mis espectativas sobradamente, y todo salio a pedir de boca.
También añado que Camino nació con 2.760 g 33 cm de perímetro cefálico, y 46 con de largo. Es un bebé pequeñito, y eso facilitó la tarea. Es una niña sana, y la AUU no ha tenido ninguna consecuencia, al menos observable.
El siguiente capitulo lo desarrollarse en el apartado de lactancia, pues esta fue otro reto, ( cuando debería ser algo que implemente fluye...)
septentrionis- Nivel 2
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Re: El Viaje de Camino
Mi plan de parto también se quedó en la mochila, pero mi problema fue haberme desconcentrado y no volver a encauzar mi mente... El plan de parto, en mi caso, no habría hecho diferencia
Sakura- Nivel 5
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Re: El Viaje de Camino
Qué lujazo de parto, Guada, da gusto leerlo. Me alegro un montón. Yo tengo pendiente contaros de Juan con un poco más de detalle, a ver si saco algo de tiempo. Me alegro de la calma, del trato, de vuestra felicidad... Mis partos han sido uno de cada manera, y va un mundo de diferencia.
Un besazo:
Isabel
Un besazo:
Isabel
Bird- Nivel 4
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Re: El Viaje de Camino
ay guadaaaaaaaaaaaa
q no puedes escribir asiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
tengo la lágrima colgando del ojo!!!!!!!!!
felicidades. disfrutar mucho.
q no puedes escribir asiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
tengo la lágrima colgando del ojo!!!!!!!!!
felicidades. disfrutar mucho.
SMQM- Nivel 2
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Re: El Viaje de Camino
Qué bonito... qué emocionante momento. Enhorabuena por ese parto tan maravilloso. Y por tu bebé!!!!
un abrazo grande!
un abrazo grande!
H2O- Nivel Experto
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Ciudad : el mundo
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Re: El Viaje de Camino
Sin palabras... Se me salen las lagrimitas de la felicidad absoluta
StrawberryFields- Nivel 2
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Re: El Viaje de Camino
ohhhh que bonito! Ahora a disfrutar cada momento!
Thueris- Nivel 2
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Ciudad : sabadell
Edad : 41
Puntos : 6121
Fecha de inscripción : 02/11/2010
Re: El Viaje de Camino
Felicidades por un parto tan maravilloso!
Ahora a disfrutar de todas las etapas con vuestra hija.
Besos.
Ahora a disfrutar de todas las etapas con vuestra hija.
Besos.
acanawy- Nivel 1
- Cantidad de envíos : 325
Fecha de nacimiento : 09/10/1975
Ciudad : A Coruña
Edad : 49
Puntos : 5380
Fecha de inscripción : 09/02/2011
Re: El Viaje de Camino
que bonito Guada, me emociono tanto con las historias de partos y me una entra una morriñaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa..............quiero otro bebe!!!!
Gracias por compartir con nosotros este momento tan maravilloso de tu vida, un abrazo para los tres, sois unos campeones.
Gracias por compartir con nosotros este momento tan maravilloso de tu vida, un abrazo para los tres, sois unos campeones.
Quima- Nivel 2
- Cantidad de envíos : 701
Fecha de nacimiento : 28/09/1975
Ciudad : Barcelona
Edad : 49
Puntos : 4935
Fecha de inscripción : 31/08/2013
Re: El Viaje de Camino
precioso relato ahora a disfrutar de tu milagrito ahora empieza una aventura maravillosa
mamigallega- Nivel 0
- Cantidad de envíos : 37
Fecha de nacimiento : 25/11/1974
Ciudad : coruña
Edad : 49
Puntos : 3749
Fecha de inscripción : 02/10/2014
Re: El Viaje de Camino
Guada lamento llegar tan tarde a felicitarte, este mes ha sido agotador y caí en la cuenta de que Camino había nacido por el post de desahogo.
Es bellísimo lo que vivieron y cómo lo relatas. Qué desafío parir a una distancia tan grande de casa, implica conocerse muy bien para salir en el momento justo. Con Laura, si hubiera vivido a 23km de donde nació, hubiera nacido en el auto. Con mi primer hijo, un viaje tan largo quizás me hubiera salvado de la cesarea, hubiera llegado más "a punto".
En fin, qué belleza, me remonta al nacimiento de Laura también. Vienen muchos momentos inolvidables y espero que pronto puedan estar solitos para descansar y disfrutarlos. Un gran abrazo, Romina
Es bellísimo lo que vivieron y cómo lo relatas. Qué desafío parir a una distancia tan grande de casa, implica conocerse muy bien para salir en el momento justo. Con Laura, si hubiera vivido a 23km de donde nació, hubiera nacido en el auto. Con mi primer hijo, un viaje tan largo quizás me hubiera salvado de la cesarea, hubiera llegado más "a punto".
En fin, qué belleza, me remonta al nacimiento de Laura también. Vienen muchos momentos inolvidables y espero que pronto puedan estar solitos para descansar y disfrutarlos. Un gran abrazo, Romina
Alfonsina- Nivel Experto
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Re: El Viaje de Camino
Caray Guada, me he emocionado al leerte...
Muchas felicidades!!!!
Un abrazo
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Glòria- Nivel 1
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Re: El Viaje de Camino
Que emoción Guada! Que parto tan emotivo, que viaje, cuanto amor en cada palabra. Me alegró tanto por ti, por Camino, por este viaje que acabáis de empezar. Felicidades valiente. Un abrazo grande!
EEE- Nivel 1
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Re: El Viaje de Camino
Me emocionaste mucho con tu parto me hace confirmar aún más que mi inne-cesárea fue culpa de una mala asesoría médica. Mi hija pesó 2900 gr y me tenían asustada con que era muy pequeña en la semana 40.
Me alegra muchísimo que tu parto haya sido así y me parece que así como mi historia es un testimonio de como la intervención médica puede dañarnos ese momento tan precioso, tu historia muestra que las cosas se pueden hacer de la manera más natural pero con supervisión médica lo que nos da una tranquilidad extra por si algo pasara.
Bienvenida Camino!
Un abrazo para las dos
Me alegra muchísimo que tu parto haya sido así y me parece que así como mi historia es un testimonio de como la intervención médica puede dañarnos ese momento tan precioso, tu historia muestra que las cosas se pueden hacer de la manera más natural pero con supervisión médica lo que nos da una tranquilidad extra por si algo pasara.
Bienvenida Camino!
Un abrazo para las dos
Invitado- Invitado
Re: El Viaje de Camino
Precioso, maravilloso ¡merecido! un parto inolvidable para una pareja única.
Muchas felicidades y que disfrutes muchísimo de Camino
Muchas felicidades y que disfrutes muchísimo de Camino
Invitado- Invitado
Re: El Viaje de Camino
Gracias, chicas!
He tardado en aparecer por que tengo una niña súper demandante... no me deja dpenas tiempo libre. Hoy estoy haciendo un esfuerzo para responder por aquí.
Aun sigo recordando nuestro parto como algo mágico. Y mi parto también fue llamativo para la matrona que nos atendió al llegar; después me he enterado de que esta chica es pareja de mi Matron de centro de salud, y ambos llevan a cabo proyectos de investigación cualitativa; pues han decidido hacer uno atendiendo a la experiencia de nuestro embarazo, desde la búsqueda del mismo hasta el momento del parto. Ya os contare cuando tenga más detalles!
He tardado en aparecer por que tengo una niña súper demandante... no me deja dpenas tiempo libre. Hoy estoy haciendo un esfuerzo para responder por aquí.
Aun sigo recordando nuestro parto como algo mágico. Y mi parto también fue llamativo para la matrona que nos atendió al llegar; después me he enterado de que esta chica es pareja de mi Matron de centro de salud, y ambos llevan a cabo proyectos de investigación cualitativa; pues han decidido hacer uno atendiendo a la experiencia de nuestro embarazo, desde la búsqueda del mismo hasta el momento del parto. Ya os contare cuando tenga más detalles!
septentrionis- Nivel 2
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Re: El Viaje de Camino
Me interesa, Guada
Sakura- Nivel 5
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Re: El Viaje de Camino
¡PRECIOSO! Muchas felicidades para ti, tu J. y la pequeña Camino. Me he emocionado leyendo su llegada snif.
Ney- Nivel 0
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