Mi nuevo comienzo, los problemas siguen

Ay Raquel!!

Apaga el ordenador y olvídate un poco de ese hombre desquiciado. Disfruta mucho estos días, lo mereces, carga las pilas.

Te mando un abrazo enorme.

Bueno, ya he vuelto.

La estancia en Tenerife fue agradable, mucho más tranquila de lo que yo hubiera querido, con apenas dos días de excursiones, pero es que con las cuatro chicas es difícil andar de acá para allá, y a la primera de cambio me decían que tenían calor y querían playa, más playa y solo playa.

Los viajes en sí una odisea, toda una aventura de superación. No sabéis lo que fue verse en estaciones de metro y tren con las maletas y las niñas, pero no perdí ninguna (ni maleta ni niña). Todo una discusión continua: "que si quiero una coca-cola, que me aburro, que me doy la vuelta y me pierdo y mi madre me busca mientras mira las pantallas a ver en que vía para el tren, que yo tengo hambre y quiero un bocata de esos de 6 euros, mamá que me dice que no, que si hace calor, que si hace frío, que si cuando sale el avión, que si agarra esa niña que se nos pierde, que si cuidado con la escalera mecánica, que si ya me he cansado de la maleta y ahora la llevas tú, que si morro tiene la otra que no lleva nada... y así 27 horas para ir y otras 27 para volver.

Pero mereció la pena. Era algo que tenía muchas ganas de hacer. Una promesa que le hice a Bea hace años y que con Juanma no pude cumplir. ¡Y lo conseguí!

Yo he podido desconectar casi por completo. A pesar de la pelea continua ha sido algo relajante, tanto que hoy me cuesta volver al curro y asimilar que los días de no preocupación han terminado.

Mi isla sigue tan bonita como siempre, salvo porque algún desalmado ha querido quemarla y ha perdido gran parte de sus contrastes. Espero que se recupere pronto, aunque mucha de su vegetación no volverá a ser la misma.

A mi amigo Carlos y su mujer también los encontré muy bien. Acuciados por la crisis, como todos, pero bien. Más jóvenes incluso que en mi anterior visita.

Gema y Bea alucinaron con las olas de Benijo y Candelaria. A Alba le gustaba más la playa de Los Cristianos, y yo sigo flipando con la isla entera. Nuria, la pobre, se pasó los 9 días soñando con la vuelta porque el novio se quedó en Alcázar, pero en fin, las cosas del amor...

Conclusión, que como siempre, al irme, le dije a mi isla: "Hasta pronto. Algún día vendré para quedarme."

Tenerife es una pasada, nosotros tuvimos la suerte de ir como novios hace un montón de años, con un coche de alquiler y recorrer muchas zonas y nos encantó, nos encantó el norte y nos agradó mucho el sur y sus contrastes.

Un día volverás, ya lo verás, por nosotros viviríamos allí todo el año, que pena que no salga trabajo para esa zona, jiii.

Pues me alegro del viaje, porque a pesar de sonar agobiante cuentas que lo pasaste muy bien . Nosotros también queremos volver a visitar Tenerife, algún día, algún día...

Yo voy por mi novena visita, si no recuerdo mal. Y he pensado muy seriamente en estos últimos meses en dar un giro a mi vida y no ir a jubilarme, como siempre he pensado que haría, si no a vivir desde ya. Lástima que las cosas estén allí realmente mal, peor que aquí si me apuras.

En fin, que si llego a vieja me mudaré a Candelaria.