Nuestra vida en un hospital

Patry & Andrea escribió:Nuri, lo siento, yo no puedo cambiar el titulo, a ver si alguna moderadora lo hace por ti!

Ayer te leia triste, apagada, decaida, y sin embargo hoy, irradias optimismo, fuerza, valentia. Esa es la Nuria que Simone necesita, tu has sonreido, ella ha sonreido. Tu has sonreido porque a ella le has visto mejor, y ella te ha devuelto esa sonrisa. Es la mejor noticia que podiamos tener hoy, no sabes cuantismo me alegro por vosotras. Estoy sonriendo contigo y con la pequeña Simone.

Un besazo.

Queridisima Nuria, leyendo esto

Después una gran caquita (como otras muchas) se desbordó y tuvimos que cambiar las sábanas. Siempre aprovecho ese momento en el que hay que coger a Simone en brazos, en precario equilibrio, para dejarla conmigo un tiempo indefinido. Tenéis que tener en cuenta que Simone ha sido una nena criada en brazos (porteada, acunada, amamantada, colechada a muchos ratos -no el cien por cien de su sueño tampoco-) que ahora no puede ser porteada, ni amamantada, ni colechada y sólo acunada por breves intervalos. Coger en brazos a Simone es una odisea pues está conectada a tantos cables y en todas las direcciones de su cuerpo que se hace cuando menos delicado pues el objetivo que cada uno no se salga de su sitio. Cuando la cojo en brazos lo disfrutamos enormemente. No podemos movernos ni cinco centímetros, con todo, de su cunita. Nada de paseos por la habitación.

Atenea escribió:Nuria, quizá es una burrada lo que te digo, pero como soy una convencida de las virtudes del método canguro y del poder del contacto físico, no puedo menos que decirlo: ¿no hay forma de que podáis practicarlo a pesar de todos sus cables? Lo digo porque recuerdo haber leído en un artículo sobre bebés prematuros a un profesional sanitario (no recuerdo si médico o enfermera) que decía que a los padres les daba miedo tomar en brazos a sus peques por temor a desconectar algún cable, pero que en realidad no había problema en hacerlo. No sé, si el método canguro es capaz de sacar adelante a bebés tan delicados como los prematuros, ¿por qué no a Simone?

Lady Eliza escribió:Querida Nuria!

Si es que no me equivoco, me encanta como escribes, me encanta como transmites sus emociones, sus frustraciones y como no, sus alegrías, sus logros, sus pasos hacia adelante!

Atenea escribió: Nuria, quizá es una burrada lo que te digo, pero como soy una convencida de las virtudes del método canguro y del poder del contacto físico, no puedo menos que decirlo: ¿no hay forma de que podáis practicarlo a pesar de todos sus cables? Lo digo porque recuerdo haber leído en un artículo sobre bebés prematuros a un profesional sanitario (no recuerdo si médico o enfermera) que decía que a los padres les daba miedo tomar en brazos a sus peques por temor a desconectar algún cable, pero que en realidad no había problema en hacerlo. No sé, si el método canguro es capaz de sacar adelante a bebés tan delicados como los prematuros, ¿por qué no a Simone?

JaIza escribió:

Atenea escribió: Nuria, quizá es una burrada lo que te digo, pero como soy una convencida de las virtudes del método canguro y del poder del contacto físico, no puedo menos que decirlo: ¿no hay forma de que podáis practicarlo a pesar de todos sus cables? Lo digo porque recuerdo haber leído en un artículo sobre bebés prematuros a un profesional sanitario (no recuerdo si médico o enfermera) que decía que a los padres les daba miedo tomar en brazos a sus peques por temor a desconectar algún cable, pero que en realidad no había problema en hacerlo. No sé, si el método canguro es capaz de sacar adelante a bebés tan delicados como los prematuros, ¿por qué no a Simone?

Me sumo a esta pregunta ¿por que no intentarlo?

odisea escribió:Esta mañana le estaba diciendo a una Simone, a la que una mirada más brillante y mejorada le ilumina el rostro, que nos encontramos en un no-lugar y un no-tiempo en el que nos encontramos temporalmente hasta que retomemos nuestra vida cotidiana habitual. No sabemos la duración de este paréntesis, sólo que es existe pero que es pasajero.

Después una gran caquita (como otras muchas) se desbordó y tuvimos que cambiar las sábanas. Siempre aprovecho ese momento en el que hay que coger a Simone en brazos, en precario equilibrio, para dejarla conmigo un tiempo indefinido. Tenéis que tener en cuenta que Simone ha sido una nena criada en brazos (porteada, acunada, amamantada, colechada a muchos ratos -no el cien por cien de su sueño tampoco-) que ahora no puede ser porteada, ni amamantada, ni colechada y sólo acunada por breves intervalos. Coger en brazos a Simone es una odisea pues está conectada a tantos cables y en todas las direcciones de su cuerpo que se hace cuando menos delicado pues el objetivo que cada uno no se salga de su sitio. Cuando la cojo en brazos lo disfrutamos enormemente. No podemos movernos ni cinco centímetros, con todo, de su cunita. Nada de paseos por la habitación.

En éstas estábamos cuando me he dado cuenta de que el diámetro de sus bracitos había disminuido muchísimo. Cuando nació bromeaba con ella "ángel mío, sólo te falta el tatuaje para ser un caminero". No era un insulto ni muchos menos. Era una broma nuestra. Ella tiene los brazos peluditos como mami y hermosotos y sanotos. Y en estas éstabamos (perdón por la repitición) cuando le empiezo a cantar (soy penosa cantando, advierto) "Para ser feliz quiero un camión, para ser feliz quiero un camión", canción de Loquillo que a este lado del charco nadie desconoce (por favor, poner el enlace a youtube para las del otro). Enconces ha ocurrido lo maravilloso, lo más precioso desde que caímos en picado, un momento único, un hito: ¡Simone ha vuelto a sonreir!!

Quería chillar. Chillaba de alegría por dentro. Y le repetía a Simone "¡Simone a vuelto a sonreír!, ¡Simone a vuelto a sonreir!, ¡Simone a vuelto a sonreír!". Era hora de ajetreo y no aparecía nadie por allí para decírselo. Deseaba compartirlo como fuera. Ha tardado tiempo en pasar alguien por el pasillo, pero cuando lo ha hecho le he espetado un ¡Simone ha vuelto a sonreir! A cada cual que entraba o salía o que pasaba por allí (auxiliar, enfermera, médico o personal de limpieza) le decía "¡Simone a vuelto a sonreír!" y todo el mundo me ofrecía una gran sonrisa por respuesta.

Y Simone sonreía largo. Cada sonrisa con esa boca abierta era un regalo para mí. El mejor regalo. El único que necesito.

Me he quedado con la duda de si ella ya sonríe porque yo me he empeñado en sacar esto adelante y estar feliz en el proceso o porque ella está mejor. ¿Qué ha sido antes?, ¿Simone ha sonreido porque yo esta mañana estaba super sonriente o yo estaba super sonriente porque ella había sonreido?

Y entonces le he dicho. No, Simone. Esto no es un no-lugar o un no-tiempo. No estamos fuera de nada ni de nadie. Ahora el hospital es nuestro espacio y nuestro tiempo. Obviamente preferimos estar en casa pero el tiempo que estemos aquí vamos a hacerlo nuestro. Vamos a reír, a llorar, a emocionarnos, a vivir, a compartir y a ser felices.

Besos!