El parto más fácil del mundo...
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mami-de-Breixo-y-Martina
Blanca B
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El parto más fácil del mundo...
Aunque ya casi dos años de aquello, lo recuerdo como si fuera ayer... Tuve el parto más rápido, más fácil y más bonito que se pudiera soñar...
Y claro, no puedo evitar contároslo, ahora que tengo un ratito....
Me había preparado bastante, había leído mucho y había hecho todo lo que estaba en mi mano para mejorar mis condiciones de cara al parto (ejercicios de Kegel, masaje del periné con rosa mosqueta, andar mucho, nadar mucho...). Iba muy tranquila y segura.
Quería un parto lo más natural posible (sin oxitocina, ni epidural, ni episiotomía, si era posible). Y en la seguridad social, pues siempre he creído que la seguridad social está para los cosas importantes (y además, me correspondía la Maternidad de Odonell, que es una maternidad de referencia en Madrid. Y con instalaciones recién renovadas).
Había tenido un embarazo buenísimo, y lo único que me daba cierto reparo es que Alba venía muy grande (¿por dónde iba a salir semejante cabezota?! pensaba yo).
Las últimas dos semanas antes del parto, tuve muchas contracciones de Braxton-Hicks que, supongo, fueron preparando el cuello del útero. unos diez días antes, ya tenía 2-3 cm de dilatación (me exploraba mi matrona periódicamente).
El día en que salía de cuentas, no tenía ningún síntoma de parto. Pero nosotros ya no podíamos más con la espera. Teníamos unas ganas de verle la carita a Alba! Total, que Ángel, como había hecho durante todo el embarazo, se dirigió a la barriga, y le habló. Esta vez le dijo: "Alba, cariño, ya va siendo hora de salir. Papá y mamá tienen muchas ganas de verte"... No sé si será casualidad o no, pero así fue... A las 3-4 h de ésto (a las 10.40 pm, me acuerdo perfectamente), según me iba a la cama, me empezó un dolor en los riñones. Como no sabía muy bien si sería una contracción o qué, seguí acostada. Pero miré el reloj. A los 10 min, repitió el dolor (muy llevadero). Me levanté, pero aún no le dije nada a Ángel. A las 11.00 pm, en punto, una tercera contracción. A partir de ahí, cada 5 min, muy muy regulares, y cada vez más intensas. Ahí ya avisé a Ángel, y al ver el ritmo tan constante y frecuente, le dije que mejor nos fuéramos preparando. Entre que nos preparábamos y tal, pasó una hora. Y las contracciones seguían cada 5 min, como un reloj. Nos fuimos a urgencias.
Ingresé sobre las 12 pm. Estuve en monitores hasta la 1, más o menos. Las contracciones seguía muy regulares, y cada vez más intensas. Aunque seguía con sólo mis 2-3 cm de dilatación, como la dinámica de parto era muy buena, me pasaron al paritorio (en esta maternidad, la sala de dilatación y el paritorio es la misma estancia, por lo que es muy cómodo). Además, las instalaciones son muy amplias, confortables y agradables. Pedí que no me pusieran oxitocina, si la dinámica de contracciones seguía siendo buena, y avise´de que, en principio, no quería epidural (quería esperar a ver cómo iban las cosas, y a que el parto progresara un poco más). Les comenté, además, de que me gustaría que intentaran ahorrarse la episiotomía, y de que había estado preparando el periné. Me dijeron que lo intentarían, según cómo fuera el parto.
Me pusieron una vía en el brazo, por si acaso, pero sin medicación. Me rompieron la bolsa para monitorizar a Alba, cuando ya estaba tumbada en la cama. Por entonces, las contracciones eran ya bastante intensas, y dolorosas, pero aún soportables.
Recuerdo que siempre había pensado (por lo que había leído) que la mejor forma de llevar la espera era andando. Pero lo cierto es que, una vez tumbada, las contracciones eran tan fuertes que no podía moverme. No podía ni hablar. Ángel me hablaba (me preguntaba que qué tal, me daba masajes en los riñones), y sólo una vez alcancé a decirle: "no puedo hablar". Las contracciones eran cada vez más seguidas, por lo que apenas tenía tiempo entre contracción y contracción para respirar, intentar relajarme y recuperarme para la siguiente. Me tumbaba de medio lado, en posición fetal, o boca arriba, porque el peso de la barriga debía comprimir algún nervio de la espalda y me "anestesiaba" la zona de riñones un poco (una epidural "natural", pensé después).
Cada cierto tiempo venían a ver cómo progresaba la dilatación.
En un momento dado, cuando ya había dilatado 5-6 cm, recuerdo que me dolía tanto, que le dije a Ángel que avisara al anestesista, que ahora sí quería la epidural (ya no me preocupaba que pudiera interferir en el desarrollo del parto). Me daba miedo la fase del expulsivo. Creí que sería mucho más dolorosa que las contracciones (no sé, me imaginaba el cabezón de Alba pasando por el canal de parto y pensaba ¡qué dolor!). Avisó, y antes de que llegara el anestesista, vino otra matrona a echarme un último vistazo y dijo: "pero si ya se le ve el pelo!" (y así era, según me dijo Ángel). O sea, que ya estaba en completa, por lo que no tenía sentido la anestesia.
Entre tanto, sentí como si me hubiera hecho caca... y un poco avergonzada, le dije a Ángel que avisara, porque tenía esa sensación (y pensaba yo, pobre Alba, si sale ahora, menudo recibimiento!) Cuanso vino la matrona, me miró y dijo que no me preocupara, que no había ningún "regalito". Que probablemente era que la niña ya había superado el paso de la pelvis, y había rotado, y la opresión sobre el instestino me había producido esa sensación (¡Qué alivio!). Eso me tranquilizó mucho (aunque no estaba tampoco nerviosa, pero como sabía que ese era uno de los puntos críticos del parto, el saber que ya lo habíamos superado, me animó un montón).
Entonces ya prepararon la cama para el expulsivo, y entonces vino la ginecóloga (hasta entonces no había pasado, pues todo había ido bien). Era una chica jovencita (como el resto del equipo), acompañada de otra ginecóloga más mayor. La primera fue la que actuó, bajo la supervisión de la segunda (eso también me animó más aún, porque significaba que las cosas venían fáciles. Si hubiera habido complicaciones, no hubieran dejado a cargo a una persona poco experimentada). Les volví a insistir con el tema de la episiotomía. Me dijeron que lo intentarían, según como vieran que se comportaba el periné.
Por aquel entonces, yo tenía unas tremendas ganas de empujar. Me fueron indicando cuándo y cómo empujar. Al no tener epidural, la sensibilidad era máxima, y mis ganas de que la niña saliera cuanto antes y bien, me hiceron poner toda la carne en el asador. En un par de empujones, estaba fuera. Como los pujos, además, fueron controlados según las indicaciones de la ginecóloga, la cabeza salió muy despacito, por lo que el periné pudo ir dilatándose poco a poco.
Finalmente ya estaba fuera! La pusieron sobre mi, toda ensangrentada, aún unida por el cordón. Y yo recuerdo que en ese momento, estaba tenía tal "chute" de adrenalina y oxitocina, que estaba como ida. Supongo que es parte del proceso natural del cuerpo, para aguantar mejor el dolor. Te dopa de hormonas, para superar mejor el momento. Hasta tal punto estaba ida, que cuando vi a la niña, tuve una sensación de extrañeza, como de: "¿dónde estoy? ¿esta quién es? ¿de qué va esto?". Hasta que no pasaron unos minutos, y "volví en mi", no reaccioné y fui consciente de la situación. Mientras tanto, en una mesita al lado de mi cama, prepararon a Alba, y se la dieron a Ángel. En ningún momento la perdí de vista. Pasó esos primeros minutos en brazos de su padre, mientras a mi me acaban de preparar (expulsaba la placenta, recogían la sangre del cordón para donarla, me limpiaban y me daban un puntillo interno, por un minidesgarro que tuve). Se puso a llorar, pero enseguida su padre empezó a hablarla (como había hecho durante todo el embarazo) y se ve que reconoció su voz, porque al instante, se calmó.
En cuanto yo estuve lista, me la trajeron y la puse al pecho. Se agarró como una ventosa. Entonces, nos dejaron a los 3 solos en el paritorio. Eran las 3.45 am. Apenas habían pasado 5 h desde la primera contracción.
Qué os voy a contar de la sensación al tenerla en brazos. Indescriptible, un momento mágico.
Allí estuvimos los 3, tranquilos, en intimidad, al menos, 2 h.
Después nos subieron a la habitación. Como premio, me dijeron, por haberme "portado tan bien"me daban una habitación individual! (La mayoría son dobles).
En ningún momento perdí de vista a Alba, no se separó de mi ni un momento. Todo el mérito de un parto tan bueno, en mi opinón, fue de ella. Ella supo en qué momento preciso tenía que salir (nunca sabré si las palabras de su padre animándola la ayudaron a decidirse!), supo buscar el camino correcto, sin atascarse, y sin hacerme daño. Y una vez fuera, supo agarrarse al pecho, para subsistir y tirar para adelante.
Mi recuperación fue instantánea: entre que el parto fue brevísimo, el dolor soportable, sin anestesia y sin puntos, al poco rato ya me podía levantar de la cama sin apenas dolores. Todo ello, lógicamente contribuyó muy mucho a una mejor atención de la nena. Cuando nos dieron el alta, nos fuimos a casa dando un paseo (unos 30-45 min), pues es lo que me pedía el cuerpo, respirar aire fresco!.
La atención por parte del personal del hospital fue en todo momento exquisita. Respetuosos, profesionales, atentos y discretos.
Por eso, un tiempo después escribí una carta de agradecimiento. En estos momentos en que tiene a culpabilizarse tanto al cuerpo médico de la excesiva medicalización en los partos, me vi en la obligación de romper una lanza por el equipo que me atendió y su buen hacer. Para que os hagáis una idea de lo poco acostumbrados que deben de estar a recibir felicitaciones por su trabajo... ¡¡¡me hiceron llegar 2 cartas de contestación a la mía de agradecimiento!!!) (o sea, por un agradecimiento, 2 me devolvieron a mi).
Lo cierto es que las cosas vinieron fáciles. Como os decía, creo que la mayor parte del mérito fue de Alba, pero supongo que también yo (y Ángel, con sus masajes en los riñones y sus palabras de aliento), tuvimos una actitud positiva que ayudó.
Por eso, procuro transmitir a todas aquellas mujeres que conozco que están próximas a parir una visión positiva de la experiencia. Creo que la preparación de la madre, su actitud, su serenidad, su conocimiento de cómo se van a ir desarrollando los acontecimientos, y su falta de miedo ante el parto, ayudan mucho. En mi caso, el equipo médico fue mero espectador del momento que estuvimos viviendo intensamente mi hija, mi marido y yo.
Por todo ello, estoy muy agradecida y muy satisfecha. Ojalá todas las mujeres pudieran compartir una experiencia tan bonita como la mía.
Si habéis sido capaces de llegar hasta el final.... ¡enhorabuena!. Cuando me pongo, tiendo a enrollarme mucho muchísimo! Pero es que me encanta recordarlo...
Edito para añadir que la enanita "sólo" pesó 3,8 kg...
Visto lo visto, el próximo se me cae al suelo...
Y claro, no puedo evitar contároslo, ahora que tengo un ratito....
Me había preparado bastante, había leído mucho y había hecho todo lo que estaba en mi mano para mejorar mis condiciones de cara al parto (ejercicios de Kegel, masaje del periné con rosa mosqueta, andar mucho, nadar mucho...). Iba muy tranquila y segura.
Quería un parto lo más natural posible (sin oxitocina, ni epidural, ni episiotomía, si era posible). Y en la seguridad social, pues siempre he creído que la seguridad social está para los cosas importantes (y además, me correspondía la Maternidad de Odonell, que es una maternidad de referencia en Madrid. Y con instalaciones recién renovadas).
Había tenido un embarazo buenísimo, y lo único que me daba cierto reparo es que Alba venía muy grande (¿por dónde iba a salir semejante cabezota?! pensaba yo).
Las últimas dos semanas antes del parto, tuve muchas contracciones de Braxton-Hicks que, supongo, fueron preparando el cuello del útero. unos diez días antes, ya tenía 2-3 cm de dilatación (me exploraba mi matrona periódicamente).
El día en que salía de cuentas, no tenía ningún síntoma de parto. Pero nosotros ya no podíamos más con la espera. Teníamos unas ganas de verle la carita a Alba! Total, que Ángel, como había hecho durante todo el embarazo, se dirigió a la barriga, y le habló. Esta vez le dijo: "Alba, cariño, ya va siendo hora de salir. Papá y mamá tienen muchas ganas de verte"... No sé si será casualidad o no, pero así fue... A las 3-4 h de ésto (a las 10.40 pm, me acuerdo perfectamente), según me iba a la cama, me empezó un dolor en los riñones. Como no sabía muy bien si sería una contracción o qué, seguí acostada. Pero miré el reloj. A los 10 min, repitió el dolor (muy llevadero). Me levanté, pero aún no le dije nada a Ángel. A las 11.00 pm, en punto, una tercera contracción. A partir de ahí, cada 5 min, muy muy regulares, y cada vez más intensas. Ahí ya avisé a Ángel, y al ver el ritmo tan constante y frecuente, le dije que mejor nos fuéramos preparando. Entre que nos preparábamos y tal, pasó una hora. Y las contracciones seguían cada 5 min, como un reloj. Nos fuimos a urgencias.
Ingresé sobre las 12 pm. Estuve en monitores hasta la 1, más o menos. Las contracciones seguía muy regulares, y cada vez más intensas. Aunque seguía con sólo mis 2-3 cm de dilatación, como la dinámica de parto era muy buena, me pasaron al paritorio (en esta maternidad, la sala de dilatación y el paritorio es la misma estancia, por lo que es muy cómodo). Además, las instalaciones son muy amplias, confortables y agradables. Pedí que no me pusieran oxitocina, si la dinámica de contracciones seguía siendo buena, y avise´de que, en principio, no quería epidural (quería esperar a ver cómo iban las cosas, y a que el parto progresara un poco más). Les comenté, además, de que me gustaría que intentaran ahorrarse la episiotomía, y de que había estado preparando el periné. Me dijeron que lo intentarían, según cómo fuera el parto.
Me pusieron una vía en el brazo, por si acaso, pero sin medicación. Me rompieron la bolsa para monitorizar a Alba, cuando ya estaba tumbada en la cama. Por entonces, las contracciones eran ya bastante intensas, y dolorosas, pero aún soportables.
Recuerdo que siempre había pensado (por lo que había leído) que la mejor forma de llevar la espera era andando. Pero lo cierto es que, una vez tumbada, las contracciones eran tan fuertes que no podía moverme. No podía ni hablar. Ángel me hablaba (me preguntaba que qué tal, me daba masajes en los riñones), y sólo una vez alcancé a decirle: "no puedo hablar". Las contracciones eran cada vez más seguidas, por lo que apenas tenía tiempo entre contracción y contracción para respirar, intentar relajarme y recuperarme para la siguiente. Me tumbaba de medio lado, en posición fetal, o boca arriba, porque el peso de la barriga debía comprimir algún nervio de la espalda y me "anestesiaba" la zona de riñones un poco (una epidural "natural", pensé después).
Cada cierto tiempo venían a ver cómo progresaba la dilatación.
En un momento dado, cuando ya había dilatado 5-6 cm, recuerdo que me dolía tanto, que le dije a Ángel que avisara al anestesista, que ahora sí quería la epidural (ya no me preocupaba que pudiera interferir en el desarrollo del parto). Me daba miedo la fase del expulsivo. Creí que sería mucho más dolorosa que las contracciones (no sé, me imaginaba el cabezón de Alba pasando por el canal de parto y pensaba ¡qué dolor!). Avisó, y antes de que llegara el anestesista, vino otra matrona a echarme un último vistazo y dijo: "pero si ya se le ve el pelo!" (y así era, según me dijo Ángel). O sea, que ya estaba en completa, por lo que no tenía sentido la anestesia.
Entre tanto, sentí como si me hubiera hecho caca... y un poco avergonzada, le dije a Ángel que avisara, porque tenía esa sensación (y pensaba yo, pobre Alba, si sale ahora, menudo recibimiento!) Cuanso vino la matrona, me miró y dijo que no me preocupara, que no había ningún "regalito". Que probablemente era que la niña ya había superado el paso de la pelvis, y había rotado, y la opresión sobre el instestino me había producido esa sensación (¡Qué alivio!). Eso me tranquilizó mucho (aunque no estaba tampoco nerviosa, pero como sabía que ese era uno de los puntos críticos del parto, el saber que ya lo habíamos superado, me animó un montón).
Entonces ya prepararon la cama para el expulsivo, y entonces vino la ginecóloga (hasta entonces no había pasado, pues todo había ido bien). Era una chica jovencita (como el resto del equipo), acompañada de otra ginecóloga más mayor. La primera fue la que actuó, bajo la supervisión de la segunda (eso también me animó más aún, porque significaba que las cosas venían fáciles. Si hubiera habido complicaciones, no hubieran dejado a cargo a una persona poco experimentada). Les volví a insistir con el tema de la episiotomía. Me dijeron que lo intentarían, según como vieran que se comportaba el periné.
Por aquel entonces, yo tenía unas tremendas ganas de empujar. Me fueron indicando cuándo y cómo empujar. Al no tener epidural, la sensibilidad era máxima, y mis ganas de que la niña saliera cuanto antes y bien, me hiceron poner toda la carne en el asador. En un par de empujones, estaba fuera. Como los pujos, además, fueron controlados según las indicaciones de la ginecóloga, la cabeza salió muy despacito, por lo que el periné pudo ir dilatándose poco a poco.
Finalmente ya estaba fuera! La pusieron sobre mi, toda ensangrentada, aún unida por el cordón. Y yo recuerdo que en ese momento, estaba tenía tal "chute" de adrenalina y oxitocina, que estaba como ida. Supongo que es parte del proceso natural del cuerpo, para aguantar mejor el dolor. Te dopa de hormonas, para superar mejor el momento. Hasta tal punto estaba ida, que cuando vi a la niña, tuve una sensación de extrañeza, como de: "¿dónde estoy? ¿esta quién es? ¿de qué va esto?". Hasta que no pasaron unos minutos, y "volví en mi", no reaccioné y fui consciente de la situación. Mientras tanto, en una mesita al lado de mi cama, prepararon a Alba, y se la dieron a Ángel. En ningún momento la perdí de vista. Pasó esos primeros minutos en brazos de su padre, mientras a mi me acaban de preparar (expulsaba la placenta, recogían la sangre del cordón para donarla, me limpiaban y me daban un puntillo interno, por un minidesgarro que tuve). Se puso a llorar, pero enseguida su padre empezó a hablarla (como había hecho durante todo el embarazo) y se ve que reconoció su voz, porque al instante, se calmó.
En cuanto yo estuve lista, me la trajeron y la puse al pecho. Se agarró como una ventosa. Entonces, nos dejaron a los 3 solos en el paritorio. Eran las 3.45 am. Apenas habían pasado 5 h desde la primera contracción.
Qué os voy a contar de la sensación al tenerla en brazos. Indescriptible, un momento mágico.
Allí estuvimos los 3, tranquilos, en intimidad, al menos, 2 h.
Después nos subieron a la habitación. Como premio, me dijeron, por haberme "portado tan bien"me daban una habitación individual! (La mayoría son dobles).
En ningún momento perdí de vista a Alba, no se separó de mi ni un momento. Todo el mérito de un parto tan bueno, en mi opinón, fue de ella. Ella supo en qué momento preciso tenía que salir (nunca sabré si las palabras de su padre animándola la ayudaron a decidirse!), supo buscar el camino correcto, sin atascarse, y sin hacerme daño. Y una vez fuera, supo agarrarse al pecho, para subsistir y tirar para adelante.
Mi recuperación fue instantánea: entre que el parto fue brevísimo, el dolor soportable, sin anestesia y sin puntos, al poco rato ya me podía levantar de la cama sin apenas dolores. Todo ello, lógicamente contribuyó muy mucho a una mejor atención de la nena. Cuando nos dieron el alta, nos fuimos a casa dando un paseo (unos 30-45 min), pues es lo que me pedía el cuerpo, respirar aire fresco!.
La atención por parte del personal del hospital fue en todo momento exquisita. Respetuosos, profesionales, atentos y discretos.
Por eso, un tiempo después escribí una carta de agradecimiento. En estos momentos en que tiene a culpabilizarse tanto al cuerpo médico de la excesiva medicalización en los partos, me vi en la obligación de romper una lanza por el equipo que me atendió y su buen hacer. Para que os hagáis una idea de lo poco acostumbrados que deben de estar a recibir felicitaciones por su trabajo... ¡¡¡me hiceron llegar 2 cartas de contestación a la mía de agradecimiento!!!) (o sea, por un agradecimiento, 2 me devolvieron a mi).
Lo cierto es que las cosas vinieron fáciles. Como os decía, creo que la mayor parte del mérito fue de Alba, pero supongo que también yo (y Ángel, con sus masajes en los riñones y sus palabras de aliento), tuvimos una actitud positiva que ayudó.
Por eso, procuro transmitir a todas aquellas mujeres que conozco que están próximas a parir una visión positiva de la experiencia. Creo que la preparación de la madre, su actitud, su serenidad, su conocimiento de cómo se van a ir desarrollando los acontecimientos, y su falta de miedo ante el parto, ayudan mucho. En mi caso, el equipo médico fue mero espectador del momento que estuvimos viviendo intensamente mi hija, mi marido y yo.
Por todo ello, estoy muy agradecida y muy satisfecha. Ojalá todas las mujeres pudieran compartir una experiencia tan bonita como la mía.
Si habéis sido capaces de llegar hasta el final.... ¡enhorabuena!. Cuando me pongo, tiendo a enrollarme mucho muchísimo! Pero es que me encanta recordarlo...
Edito para añadir que la enanita "sólo" pesó 3,8 kg...
Visto lo visto, el próximo se me cae al suelo...
Última edición por Blanca B el Miér 22 Jul 2009, 14:57, editado 1 vez
Blanca B- Nivel 5
- Cantidad de envíos : 2129
Fecha de nacimiento : 18/07/1975
Ciudad : Madrid
Edad : 49
Puntos : 8148
Fecha de inscripción : 02/12/2008
Re: El parto más fácil del mundo...
Blanca, me ha encantado leerlo, el relato de la llegada al mundo de una nueva vida, con palabras de una mamá orgullosa.
Que bonito, de verdad !
Un beso.
Silvia.
Que bonito, de verdad !
Un beso.
Silvia.
Invitado- Invitado
Re: El parto más fácil del mundo...
Que bonita experiencia y única. Me parece importante que las primerizas te lean. Porque con un primero también nos asustan muchas cosas y lo que cuentas es todo muy placentero y hace pensar que es posible que salga todo 10 puntos.
¡Felicitaciones a los 3!
¡Felicitaciones a los 3!
Invitado- Invitado
Re: El parto más fácil del mundo...
Pues si que fue cortito Yo ni te cuento cuanto tiempo estuve de parto.( con decirte que cuando lo conté aqui le puse de título "el parto de la burra" )
Me has logrado emocionar. El momento en el que ves a tu hijo por primera vez en tan especial que es indiscriptible.
Besos de leche
Me has logrado emocionar. El momento en el que ves a tu hijo por primera vez en tan especial que es indiscriptible.
Besos de leche
Re: El parto más fácil del mundo...
Hola Blanca
Tenía un ratillo libre y me he metido en este foro"historias de partos" justamente cuando hoy hace 1 año del mío y también he contado cómo me fue. Y bueno, me he encontrado con tu historia. Me ha encantado leerlo... Enhorabuena por lo bien que te fue y por tener la suerte de tener un parto tan respetado.
besos
Tenía un ratillo libre y me he metido en este foro"historias de partos" justamente cuando hoy hace 1 año del mío y también he contado cómo me fue. Y bueno, me he encontrado con tu historia. Me ha encantado leerlo... Enhorabuena por lo bien que te fue y por tener la suerte de tener un parto tan respetado.
besos
H2O- Nivel Experto
- Cantidad de envíos : 5099
Fecha de nacimiento : 27/10/1975
Ciudad : el mundo
Edad : 49
Puntos : 11218
Fecha de inscripción : 20/09/2009
Re: El parto más fácil del mundo...
De verdad que el día del parto es sino el más, uno de los días más importantes de nuestra vida, es una experiencia maravillosa, mística, es cierto que el dolor se olvida, hay tantas emociones, tan intensas...
Gaia- Nivel 2
- Cantidad de envíos : 921
Fecha de nacimiento : 02/12/1978
Ciudad : Mediterránea
Edad : 45
Puntos : 6537
Fecha de inscripción : 27/11/2009
Re: El parto más fácil del mundo...
Edito para añadir que la enanita "sólo" pesó 3,8 kg...
Visto lo visto, el próximo se me cae al suelo...
Mejor así, ¿no? Enhorabuena por tu parto, ojalá mi pequeñín hubiera podido nacer así.
Un abrazo.
Un abrazo.
Atenea- Nivel 5
- Cantidad de envíos : 3374
Fecha de nacimiento : 29/06/1970
Ciudad : Ática
Edad : 54
Puntos : 8994
Fecha de inscripción : 21/12/2009
Re: El parto más fácil del mundo...
Vaya chica que lo he vivido contigo, que emocionante esos recuerdos. Yo tambien recuerdo cuando nacio Andrea Celeste, como si fuera hoy mismo.
besos
besos
Invitado- Invitado
Re: El parto más fácil del mundo...
Ay qué emoción. Casi, casi me haces llorar. ¡Viva esa experiencia positiva y ese recuerdo maravilloso!! Varias de mis compañeras de preparación y otras amigas me hablaron en términos negativos de su parto. Algo que yo nunca entendí. Es una cuestión de actitud, casi diría yo vital, hacia la vida. Bien por esa actitud positiva y ese amor, tanto amor.
Chapó!!
nuria
Chapó!!
nuria
odisea- Nivel 5
- Cantidad de envíos : 4185
Fecha de nacimiento : 29/10/1975
Ciudad : Itaca
Edad : 49
Puntos : 10019
Fecha de inscripción : 03/08/2009
Re: El parto más fácil del mundo...
Qué bonito Blanca!, pues si hija, prepárate para que el segundo venga rápido,
A mi me pasó igual que a ti: Jon nació súper rápido en el hospital y en el 2º parto la nena salió disparada literalmente..nació en casa sin que me diera tiempo de llegar al hospital...
Muchos besos y gracias por compartir el nacimiento de Alba.
A mi me pasó igual que a ti: Jon nació súper rápido en el hospital y en el 2º parto la nena salió disparada literalmente..nació en casa sin que me diera tiempo de llegar al hospital...
Muchos besos y gracias por compartir el nacimiento de Alba.
Invitado- Invitado
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