La llegada de Naya
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La llegada de Naya
La verdad, la história llega un poco tarde pero me hacía ilusión dejarla por escrito.
Parece mentira que dentro de poco vaya a hacer un año desde que supe que estaba embarazada (cosa que creo que supe en el mismo momento de la concepción, en el primer intento ) Llevaba muchos años tratando de convencer a mi marido, pero la mala situación económica le hacían negarse rotundamente. El 6 de enero del 2010, como regalo de reyes. cambió de idea sín siquiera avisarme. A partir de ahí tuve un embarazo maravilloso (dejando a parte que fuí de las que se engordan más de la cuenta...). Ni nausas, ni mareos. Solo algo de revolución hormonal durante el primer trimestre y pánico a que no saliera bien, pues era algo tan deseado que a día de hoy, aún no me creo que me haya pasado. Recuerdo que tenía muchas pesadillas con que no lograba amamantarla (curioso que después haya pasado lo que pasó).
Las semanas eran eternas y no paraba de tachar los días en el calendario hasta la próxima visita. A medida que se acercaba el día del parto me sentía más y más impaciente. Al revasarla, recuerdo que empecé a sentirme mal pués todo el mundo me hacía comentarios: que si el parto de la burra, que si eres la Bonny de padre de familia, bla bla. Tuve una falsa alarma y me dijeron que no me ilusionara, que aún tenía que borrar el cuello del útero. Mi ginecólogo me dió hora para las correas para el 13 de Octubre y me dijo que ése día me lo probocarían si no se había decidido . El día 12, a las 9 de la mañana, empecé a sentir mucha humedad. Me ilusioné pensando que había roto aguas, pero no era lo bastante. Pensé en ir al médico a asegurarme, pero entonces llamó mi madre para decirme que mi abuela había tenido un infarto, que iban a operarla y que mi padre había salido para Asturias a verla. Dos meses antes había perdido a mi abuela materna, así que ya no pude pensar en partos, solo en que se pusiera bien. Aún así, por la tarde, al ver que ya me había tenido que cambiar tres veces de ropa interior, me decidí a ir. Allí me dijeron que solo era flujo y que tenía el cuello del útero muy verde, que sería imposible que me pusiera de parto por mi cuenta. Así que volví a casa.
A las 9 de la noche me llamó mi madre: la operación había salido bien y mi abuela se encontraba estable. Justo en ese momento empecé a sentir unos retorcijones horribles. A cada uno iba corriendo al lababo y nada. Creí que me había intoxicado con la cena. Me pasé la noche llorando y retorciéndome. Al día siguiente tuve que llamar a mi marido para que me acompañara a las correas porqué a penas podía dar tres pasos sin que me diera un retorcijón. Al llegar a la habitación del hospital y quitarme la ropa, salí con la lagrimilla asomando y le pedí a la comadrona si antes de probocarme el parto me podían quitar el dolor de barriga, que no aguantaba. -¿No serán contracciones?- me dijo. Le dije que no, y lo conté lo del día anterior. Entonces volvió a comprobar lo de las aguas. Al parecer había fisurado la bolsa y solo daba positivo si tosia. Pero llevaba más de 24 horas con la bolsa rota, y las correas mostraron que los retorcijones no eran tal cosa... eran contracciones. Estaba de parto desde la noche anterior! Aún así, a pesar de haber dilatado 4 cm, seguía sin terminar de borrar el cuello por lo que me pusieron oxitocina y no se que más. Al poco, las contracciones se volvieron horribles, no había descanso entre una y otra. A las 4y media de la tarde me pusieron la epidural... la acepté porqué estaba mmmuy cansada, aunque ahora me arrepiento. La comadrona volvió a mirarme. Mi niña aún no había apoyado la cabecita. -si no la apoya dentro de poco tendremos que hacer cesaria - Creo que me puse blanca. Justo en ese momento llegó mi madre. Tras ella venía el ginecólogo, así que mi madre se llevó a mi marido a tomar un café. Entonces me miró y -huy! pero si ya está aqué! Vamos para el quirófano- la comadrona no se lo creía. Todo el hospital buscando a mi marido y yo ya había empezado a pujar. Aún así, como de milagro, llegó a tiempo y pudo verla nacer El resto ya lo sabeis, poca lactáncia, poco respeto del hospital, etc etc Pero mi niña, mi Naya, el amor de mi vida, ya estaba ahí, en mis brazos. Y yo ya era la mujer más feliz del mundo.
Parece mentira que dentro de poco vaya a hacer un año desde que supe que estaba embarazada (cosa que creo que supe en el mismo momento de la concepción, en el primer intento ) Llevaba muchos años tratando de convencer a mi marido, pero la mala situación económica le hacían negarse rotundamente. El 6 de enero del 2010, como regalo de reyes. cambió de idea sín siquiera avisarme. A partir de ahí tuve un embarazo maravilloso (dejando a parte que fuí de las que se engordan más de la cuenta...). Ni nausas, ni mareos. Solo algo de revolución hormonal durante el primer trimestre y pánico a que no saliera bien, pues era algo tan deseado que a día de hoy, aún no me creo que me haya pasado. Recuerdo que tenía muchas pesadillas con que no lograba amamantarla (curioso que después haya pasado lo que pasó).
Las semanas eran eternas y no paraba de tachar los días en el calendario hasta la próxima visita. A medida que se acercaba el día del parto me sentía más y más impaciente. Al revasarla, recuerdo que empecé a sentirme mal pués todo el mundo me hacía comentarios: que si el parto de la burra, que si eres la Bonny de padre de familia, bla bla. Tuve una falsa alarma y me dijeron que no me ilusionara, que aún tenía que borrar el cuello del útero. Mi ginecólogo me dió hora para las correas para el 13 de Octubre y me dijo que ése día me lo probocarían si no se había decidido . El día 12, a las 9 de la mañana, empecé a sentir mucha humedad. Me ilusioné pensando que había roto aguas, pero no era lo bastante. Pensé en ir al médico a asegurarme, pero entonces llamó mi madre para decirme que mi abuela había tenido un infarto, que iban a operarla y que mi padre había salido para Asturias a verla. Dos meses antes había perdido a mi abuela materna, así que ya no pude pensar en partos, solo en que se pusiera bien. Aún así, por la tarde, al ver que ya me había tenido que cambiar tres veces de ropa interior, me decidí a ir. Allí me dijeron que solo era flujo y que tenía el cuello del útero muy verde, que sería imposible que me pusiera de parto por mi cuenta. Así que volví a casa.
A las 9 de la noche me llamó mi madre: la operación había salido bien y mi abuela se encontraba estable. Justo en ese momento empecé a sentir unos retorcijones horribles. A cada uno iba corriendo al lababo y nada. Creí que me había intoxicado con la cena. Me pasé la noche llorando y retorciéndome. Al día siguiente tuve que llamar a mi marido para que me acompañara a las correas porqué a penas podía dar tres pasos sin que me diera un retorcijón. Al llegar a la habitación del hospital y quitarme la ropa, salí con la lagrimilla asomando y le pedí a la comadrona si antes de probocarme el parto me podían quitar el dolor de barriga, que no aguantaba. -¿No serán contracciones?- me dijo. Le dije que no, y lo conté lo del día anterior. Entonces volvió a comprobar lo de las aguas. Al parecer había fisurado la bolsa y solo daba positivo si tosia. Pero llevaba más de 24 horas con la bolsa rota, y las correas mostraron que los retorcijones no eran tal cosa... eran contracciones. Estaba de parto desde la noche anterior! Aún así, a pesar de haber dilatado 4 cm, seguía sin terminar de borrar el cuello por lo que me pusieron oxitocina y no se que más. Al poco, las contracciones se volvieron horribles, no había descanso entre una y otra. A las 4y media de la tarde me pusieron la epidural... la acepté porqué estaba mmmuy cansada, aunque ahora me arrepiento. La comadrona volvió a mirarme. Mi niña aún no había apoyado la cabecita. -si no la apoya dentro de poco tendremos que hacer cesaria - Creo que me puse blanca. Justo en ese momento llegó mi madre. Tras ella venía el ginecólogo, así que mi madre se llevó a mi marido a tomar un café. Entonces me miró y -huy! pero si ya está aqué! Vamos para el quirófano- la comadrona no se lo creía. Todo el hospital buscando a mi marido y yo ya había empezado a pujar. Aún así, como de milagro, llegó a tiempo y pudo verla nacer El resto ya lo sabeis, poca lactáncia, poco respeto del hospital, etc etc Pero mi niña, mi Naya, el amor de mi vida, ya estaba ahí, en mis brazos. Y yo ya era la mujer más feliz del mundo.
Thueris- Nivel 2
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Re: La llegada de Naya
Bueno, ya te lo he dicho en otro post, felicidades por esa hija tan guapísima que tienes. Al final, todo sufrimiento merece la pena. Ahora ya la tienes y la disfrutas, haz podido darle la tetita, que era tu sueño y ojalá se la puedas seguir dando durante muchos años más. Besos.
SAMAR- Nivel 5
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Re: La llegada de Naya
Gracias por compartir tu historia con nosotras. Me gustaría tener los retortijones como los tuyos, que vienen con premio jajajajaja
Besos de leche
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