Reportaje de "El Mundo: Madres vacas

Estimado Señor Director:

Mi nombre es Désirée Sanz. Hace un año tuve el honor y la satisfacción de que mi historia sobre lactancia prolongada y lactancia en tándem apareciera publicada en El Mundo, en un reportaje maravilloso, altamente emocional a la vez que educativo y nunca tendré suficientes palabras de agradecimiento para Yaiza Perera, que fue quien me entrevistó.

Pero hoy me siento disgustada, frustrada e ingratamente sorprendida cuando veo que otra periodista, Carmen Machado, no se ha molestado lo suficiente en trasladar correctamente las recomendaciones actuales de la OMS (el hecho de cambiar un verbo, modifica el significado de la frase sustancialmente y la recomendación pasa a ser un imperativo), en investigar más allá de sus propios prejuicios, y ha hecho una redacción amarillista de lo que es el regreso a la cultura de la lactancia. Un regreso que, de por sí, no debería existir, porque lo normal es que nunca nos hubiéramos ido a otra cultura.

Comparar a una mujer con una vaca me parece igual que comparar a un hombre con un cerdo. ¿Por qué hace la comparativa entre un animal y una persona, con el único fin de descalificar? Porque me parece maravilloso comparar cualidades positivas de los animales con las de los humanos, pero nunca utilizar una asociación que lleve inherentes connotaciones negativas.

La frase de que algunas feministas ven detrás de las campañas a favor de la lactancia una manera de alejar a las mujeres del mercado laboral, me ha parecido realmente surrealista. Pero ya no sólo eso sino que, ¿acaso la mujer que amamanta no puede trabajar? Porque somos muchas las que tras las dieciséis semanas de baja laboral, hemos regresado con normalidad a nuestras obligaciones empresariales, sin que la lactancia materna ni el rendimiento en nuestro trabajo se vieran afectados. Es cuestión de planificación, de utilizar (si se desea) un extractor de leche y sobre todo de algo tan fácil como decir "Yo quiero y puedo".

La periodista cita situaciones que, según ella, dificultad mucho la lactancia...y en realidad no tiene por que ser así, con la información y ayuda necesaria. ¿Y qué decir tiene el comentario de que amamantar deja en manos de la mujer, de forma exclusiva, la responsabilidad de la crianza? ¿Acaso criar a un hijo es sólo darle su ración de leche diaria? Yo creo que un padre y una madre tienen muchísimas otras tareas: bañar al bebé, tenerlo en brazos, consolar su llanto, jugar con él, sacarlo a pasear, proporcionarle educación, llevarlo al pediatra, vestirlo, cambiarle el pañal...Y, por cierto, cuando el bebé pasa su etapa de lactancia en exclusiva, necesita papillas y más adelante alimentos sólidos. El padre puede encargarse de ello durante años.

Por cuestiones de espacio, me es imposible comentar cada frase del artículo, pero no quería dejar de mostrar mi indignación y tristeza por haber ofrecido una imagen en portada tan poco acertada y denigrante. Y un contenido que quitará las ganas de amamantar a cientos de lectoras.

Sin otro particular, reciba un cordial saludo.

Désirée Sanz Rite