El poder del calostro
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El poder del calostro
El poder del calostro
Descubre cómo esta leche precoz beneficia y protege a tu hijo —quizás el más importante alimento que tomará en su vida— al tiempo que satisface todas sus necesidades nutritivas
por PRISACOM, S.A. | imagen: WWW.SHUTTERSTOCK.COM | DOMINGO 2 DE MAYO DE 2010
"Oro líquido". Así es como también se conoce al calostro, el fluido amarillento y espeso que produce el pecho materno en los primeros días de vida del recién nacido y que, aunque se segregue en pequeñas cantidades, satisface todas sus necesidades nutritivas. Este precursor de la leche comienza a gotear tras el parto (antes el pecho produce una sustancia llamada precalostro), al expulsar la placenta. Es, entonces, cuando el cuerpo de la madre inicia una revolución hormonal que favorece la producción de esta leche inimitable por sus mágicas propiedades.
El calostro es más precoz cuanto antes se inicie el amamantamiento, por eso es tan importante poner al recién nacido en contacto con su madre, piel con piel, en la sala de partos, y favorecer la búsqueda del pezón en la primera hora de vida. Incluso la madre que no desea amamantar debería intentar que su hijo no se pierda este primer alimento, el más importante que tomará en su vida.
UN ALIMENTO MUY ESPECIAL
El calostro es perfecto para el recién nacido porque se asemeja a las sustancias nutritivas que recibía en el útero, a través del cordón umbilical. Su aparato digestivo está acostumbrado a ellas y no le cuesta demasiado asimilarlas.
"Diferente a la leche definitiva. No sólo su aspecto es distinto a la leche de transición y a la leche madura, también lo es su composición. Tiene menos contenido calórico y una menor cantidad de azúcares y grasas, mientras que su contenido en proteínas es muy superior. El calostro, además, es más espeso y pegajoso y contiene más minerales y vitaminas liposolubles que la leche madura. También es rico en factores de crecimiento que estimulan la maduración del aparato digestivo y tiene un contenido muy elevado de factores defensivos, que protegen al recién nacido de los gérmenes ambientales y favorecen la maduración de su sistema inmunológico.
-Minidosis de gran calidad.
El amamantamiento precoz es lo que favorece la salida del calostro, que se produce en pequeñísimas cantidades, entre 2 ml y 20 ml por toma. Pero es suficiente para el bebé recién nacido, ahora que sus órganos son inmaduros, en especial los riñones, y no pueden asimilar grandes cantidades de líquidos. Por eso, en los primeros días de vida hay que ofrecerle el pecho frecuentemente, de ocho a diez veces al día. El principal estímulo para la producción de leche es la succión del pezón, así que cuantas más veces se le ofrezca el pecho al niño, olvidando el reloj y los horarios rígidos, mucho mejor.
"Muy efectivo. El recién nacido llega al mundo con el intestino virgen de gérmenes, lo que le hace muy vulnerable a las bacterias. El calostro, rico en inmunoglobulinas y en otras sustancias defensivas, le protege de los virus e infecciones. Y, además, estimula la mucosa intestinal, que preserva al organismo de la penetración de microorganismos para los que el bebé no tiene defensas.
CÓMO PROTEGE AL RECIÉN NACIDO
Además de aportar muchos nutrientes en pocas gotas, el calostro acondiciona el intestino del recién nacido para que pueda digerir mejor y también le defiende de varias formas:
"Desarrolla su sistema inmunológico. La virtud de este alimento es que transmite al bebé los anticuerpos que la madre ha ido formando como respuesta a las enfermedades a lo largo de su vida. Estos anticuerpos no crean una inmunidad permanente, pero sí le protegen hasta que madura su sistema inmunitario, hacia los tres añitos. El calostro es, sobre todo rico, en inmunoglobulina IgA, que defiende al bebé de las bacterias. Y esto es muy importante al principio, porque el niño no producirá por sí mismo esta sustancia hasta la cuarta o sexta semanas de vida.
"Contribuye a prevenir las alergias. Las paredes intestinales del recién nacido permiten que las proteínas de la leche pasen a la circulación sanguínea. Y, cuando dichas proteínas provienen del calostro, no existe ninguna posibilidad de que sensibilicen al bebé y le predispongan a contraer alergias en el futuro. Conviene no olvidar, sin embargo, que para crear y conseguir mantener esta barrera frente a las alergias, después del calostro hay que continuar alimentando al pequeño con leche madura.
"Tiene propiedades laxantes. El tránsito del calostro limpia el tubo digestivo y facilita la expulsión del meconio, las heces acumuladas en el intestino del bebé, que forman una masa oscura, espesa y viscosa. De esta manera disminuyen las probabilidades de que padezca ictericia (color amarillento de la piel por la dificultad para metabolizar la bilirrubina) y su aparato digestivo queda preparado para realizar sus nuevas funciones.
"Ayuda más a los prematuros. El calostro es un alimento que resulta especialmente bueno para los prematuros, ya que estos bebés son inmaduros y se encuentran más expuestos a complicaciones. De hecho, el calostro que produce la mamá de un bebé prematuro es diferente: tiene un alto contenido en nitrógeno, menos lactosa, más colesterol y más ácidos grasos; eso lo hace perfecto para el desarrollo de estos bebés. Es verdad que a veces la madre, por diversas circunstancias, no puede dar de mamar directamente a su hijo prematuro, pero las Unidades Neonatales de los hospitales suelen ofrecer facilidades para la extracción de esta leche y su conservación (el calostro puede conservarse a temperatura ambiente durante 12 horas). Así las pequeñas cantidades de calostro pueden administrarse al bebé prematuro por sonda, en vaso o con cuchara.
Así se transforma la leche materna
Este alimento es un líquido vivo, que varía su composición a lo largo de la toma (más fluido y nutritivo al empezar, más graso y saciante al final) y que también cambia a medida que pasan las semanas, del mismo modo que lo hacen las necesidades del bebé.
Primero, el calostro. Comienza a producirse en la semana 16 de embarazo. En el tercer trimestre el pecho crece aún más debido al agrandamiento de las células que producirán la leche y también a la distensión que ocasiona la acumulación de calostro. El pezón empieza a segregarlo, en pequeña cantidad, después del parto.
La leche de transición. A los tres o cuatro días del nacimiento, el bebé empieza a crecer mucho y sus exigencias nutritivas también van en aumento. El calostro ya no es suficiente, y por eso se va modificando desde el día cuatro hasta el día 15 después del parto, enriqueciéndose en grasas y cambiando hacia un color blanco, más transparente y aguado. Es lo que se llama leche de transición, el paso del calostro a la leche definitiva. Es una leche rica en azúcares y grasas, que sacia y engorda al bebé, pero con menos proteínas que el calostro.
La leche madura. Aparece a los 15 días del parto. Es blanca y más consistente, contiene los nutrientes que el bebé requiere para su desarrollo y también le proporciona anticuerpos, aunque no tantos como el calostro. Tiene más grasa y glúcidos que éste y menos proteínas y sales.
Para empezar...
Cuerpo y MenteDOMINGO 2 DE MAYO DE 2010
- En lo posible, trate de empezar a amamantar a su bebé durante la hora siguiente al nacimiento.
- El calostro sale muy lentamente del pezón, lo que permite al niño ir aprendiendo la técnica de succionar, respirar y tragar.
- Aunque el bebé no se agarre bien al pecho, el hecho de empezar pronto le ayudará a hacerse a la idea y adquirir práctica.
© PRISACOM, S.A./HACHETTE FILIPACCHI. Derechos de El Universal.
Descubre cómo esta leche precoz beneficia y protege a tu hijo —quizás el más importante alimento que tomará en su vida— al tiempo que satisface todas sus necesidades nutritivas
por PRISACOM, S.A. | imagen: WWW.SHUTTERSTOCK.COM | DOMINGO 2 DE MAYO DE 2010
"Oro líquido". Así es como también se conoce al calostro, el fluido amarillento y espeso que produce el pecho materno en los primeros días de vida del recién nacido y que, aunque se segregue en pequeñas cantidades, satisface todas sus necesidades nutritivas. Este precursor de la leche comienza a gotear tras el parto (antes el pecho produce una sustancia llamada precalostro), al expulsar la placenta. Es, entonces, cuando el cuerpo de la madre inicia una revolución hormonal que favorece la producción de esta leche inimitable por sus mágicas propiedades.
El calostro es más precoz cuanto antes se inicie el amamantamiento, por eso es tan importante poner al recién nacido en contacto con su madre, piel con piel, en la sala de partos, y favorecer la búsqueda del pezón en la primera hora de vida. Incluso la madre que no desea amamantar debería intentar que su hijo no se pierda este primer alimento, el más importante que tomará en su vida.
UN ALIMENTO MUY ESPECIAL
El calostro es perfecto para el recién nacido porque se asemeja a las sustancias nutritivas que recibía en el útero, a través del cordón umbilical. Su aparato digestivo está acostumbrado a ellas y no le cuesta demasiado asimilarlas.
"Diferente a la leche definitiva. No sólo su aspecto es distinto a la leche de transición y a la leche madura, también lo es su composición. Tiene menos contenido calórico y una menor cantidad de azúcares y grasas, mientras que su contenido en proteínas es muy superior. El calostro, además, es más espeso y pegajoso y contiene más minerales y vitaminas liposolubles que la leche madura. También es rico en factores de crecimiento que estimulan la maduración del aparato digestivo y tiene un contenido muy elevado de factores defensivos, que protegen al recién nacido de los gérmenes ambientales y favorecen la maduración de su sistema inmunológico.
-Minidosis de gran calidad.
El amamantamiento precoz es lo que favorece la salida del calostro, que se produce en pequeñísimas cantidades, entre 2 ml y 20 ml por toma. Pero es suficiente para el bebé recién nacido, ahora que sus órganos son inmaduros, en especial los riñones, y no pueden asimilar grandes cantidades de líquidos. Por eso, en los primeros días de vida hay que ofrecerle el pecho frecuentemente, de ocho a diez veces al día. El principal estímulo para la producción de leche es la succión del pezón, así que cuantas más veces se le ofrezca el pecho al niño, olvidando el reloj y los horarios rígidos, mucho mejor.
"Muy efectivo. El recién nacido llega al mundo con el intestino virgen de gérmenes, lo que le hace muy vulnerable a las bacterias. El calostro, rico en inmunoglobulinas y en otras sustancias defensivas, le protege de los virus e infecciones. Y, además, estimula la mucosa intestinal, que preserva al organismo de la penetración de microorganismos para los que el bebé no tiene defensas.
CÓMO PROTEGE AL RECIÉN NACIDO
Además de aportar muchos nutrientes en pocas gotas, el calostro acondiciona el intestino del recién nacido para que pueda digerir mejor y también le defiende de varias formas:
"Desarrolla su sistema inmunológico. La virtud de este alimento es que transmite al bebé los anticuerpos que la madre ha ido formando como respuesta a las enfermedades a lo largo de su vida. Estos anticuerpos no crean una inmunidad permanente, pero sí le protegen hasta que madura su sistema inmunitario, hacia los tres añitos. El calostro es, sobre todo rico, en inmunoglobulina IgA, que defiende al bebé de las bacterias. Y esto es muy importante al principio, porque el niño no producirá por sí mismo esta sustancia hasta la cuarta o sexta semanas de vida.
"Contribuye a prevenir las alergias. Las paredes intestinales del recién nacido permiten que las proteínas de la leche pasen a la circulación sanguínea. Y, cuando dichas proteínas provienen del calostro, no existe ninguna posibilidad de que sensibilicen al bebé y le predispongan a contraer alergias en el futuro. Conviene no olvidar, sin embargo, que para crear y conseguir mantener esta barrera frente a las alergias, después del calostro hay que continuar alimentando al pequeño con leche madura.
"Tiene propiedades laxantes. El tránsito del calostro limpia el tubo digestivo y facilita la expulsión del meconio, las heces acumuladas en el intestino del bebé, que forman una masa oscura, espesa y viscosa. De esta manera disminuyen las probabilidades de que padezca ictericia (color amarillento de la piel por la dificultad para metabolizar la bilirrubina) y su aparato digestivo queda preparado para realizar sus nuevas funciones.
"Ayuda más a los prematuros. El calostro es un alimento que resulta especialmente bueno para los prematuros, ya que estos bebés son inmaduros y se encuentran más expuestos a complicaciones. De hecho, el calostro que produce la mamá de un bebé prematuro es diferente: tiene un alto contenido en nitrógeno, menos lactosa, más colesterol y más ácidos grasos; eso lo hace perfecto para el desarrollo de estos bebés. Es verdad que a veces la madre, por diversas circunstancias, no puede dar de mamar directamente a su hijo prematuro, pero las Unidades Neonatales de los hospitales suelen ofrecer facilidades para la extracción de esta leche y su conservación (el calostro puede conservarse a temperatura ambiente durante 12 horas). Así las pequeñas cantidades de calostro pueden administrarse al bebé prematuro por sonda, en vaso o con cuchara.
Así se transforma la leche materna
Este alimento es un líquido vivo, que varía su composición a lo largo de la toma (más fluido y nutritivo al empezar, más graso y saciante al final) y que también cambia a medida que pasan las semanas, del mismo modo que lo hacen las necesidades del bebé.
Primero, el calostro. Comienza a producirse en la semana 16 de embarazo. En el tercer trimestre el pecho crece aún más debido al agrandamiento de las células que producirán la leche y también a la distensión que ocasiona la acumulación de calostro. El pezón empieza a segregarlo, en pequeña cantidad, después del parto.
La leche de transición. A los tres o cuatro días del nacimiento, el bebé empieza a crecer mucho y sus exigencias nutritivas también van en aumento. El calostro ya no es suficiente, y por eso se va modificando desde el día cuatro hasta el día 15 después del parto, enriqueciéndose en grasas y cambiando hacia un color blanco, más transparente y aguado. Es lo que se llama leche de transición, el paso del calostro a la leche definitiva. Es una leche rica en azúcares y grasas, que sacia y engorda al bebé, pero con menos proteínas que el calostro.
La leche madura. Aparece a los 15 días del parto. Es blanca y más consistente, contiene los nutrientes que el bebé requiere para su desarrollo y también le proporciona anticuerpos, aunque no tantos como el calostro. Tiene más grasa y glúcidos que éste y menos proteínas y sales.
Para empezar...
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- En lo posible, trate de empezar a amamantar a su bebé durante la hora siguiente al nacimiento.
- El calostro sale muy lentamente del pezón, lo que permite al niño ir aprendiendo la técnica de succionar, respirar y tragar.
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