3. El nacimiento de Beatriz.

EL NACIMIENTO DE BEATRIZ:

Después de que naciera Gema las diferencias entre su padre y yo se fueron haciendo cada día más grandes y la situación llegó a ser insostenible. Con mucho pesar, pensando que rompía una familia, decidí separarme de él y centrarme en mi trabajo y mis hijas. Dos afortunados errores. Me mudé a Alcázar de San Juan y no se rompió un familia, si no que mis hijas encontraron los fines de semana el padre al que no veían casi nunca, porque, según dijo, a quien no quería ver era a mí y por eso no estaba nunca en casa. Y tampoco me quedé sola, pasó lo que suele pasar, y chica encuentra chico, chico conoce niñas, chico acepta vivir todos juntos,... Y claro, chico también quiere niños. Yo encantada, ya nada más nacer Gema pensé que aquello lo tenía que repetir, así que manos a la obra y al cabo de un año estaba otra vez embarazada.
Esta vez no esperé a estarlo, ya antes dije lo de “hijos los que quieras, pero al hospital no voy”. Le conté mis experiencias anteriores, hablamos mucho de las posibilidades, comentamos nuestros puntos y quedó claro que ir a Acuario estaba un poco fuera de nuestras posibilidades. Ya no éramos tres, si no cuatro y Beatriz tenía que nacer en Mayo, cuando aún hay colegio, y no parecía prudente que con 8 y 6 años faltasen tanto tiempo. Las opciones se redujeron a una: parir en casa.

Localicé a Montse Catalá, la ginecóloga que me había atendido (haciendo las fotos) en el parto de Gema y me habló de un Matrón en Albacete que acababa de iniciar su andadura de los partos en casa de la mano de Juanjo Juanas. Pedro nos invitó a conocele en su casa de Albacete y allá que fuimos. Juanma expuso sus dudas. Pedro fue mi sincero: llevaba casi 20 años atendiendo partos en hospitales, pero en casa sólo había atendido uno, con Juanjo, que estaba dispuesto a acompañarle si era necesario. También conocía a Montse y ella le tranquilizó, le dijo que con migo no iba atener problemas porque me había desenvuelto muy bien con Gema y creía que esta vez sería igual. Y así fue como decidimos entre todos embarcarnos en esta aventura. Para mí el primero en casa, como siempre quise, para Pedro el segundo que atendía así y para Juanma, lleno de miedos el pobre, el primero de todo.

Como siempre se acercaba la fecha probable de parto y yo ya investigaba por la mañanas a ver cuando se notaba algún cambio. Salía de cuentas el viernes 20 de mayo y seguía llendo a trabajar todos los días. El jueves, mientras instalaban el motor para el riego empecé a notar contracciones y le dije al mayoral “No se si no pariremos hoy”, pero no. Llegué a casa y lo conté. Juanma se puso muy nervioso, preguntando “¿Qué hacemos? ¿Llamamos a Pedro? ¿Cómo estás?” y yo decía: “Tranquilo, espera, ya lo iremos viendo”. Me acosté y no pasó nada. Lo vi como un día de descanso en el que aprovechamos para pegarnos una buena mariscada los cuatro juntos y pasar una tarde muy agradable. Por la noche vino una de las de parto. “Jo!”, pensé “con el sueño que tengo.” Y me fui a la cama. Pasé toda la noche mirando el reloj del despertador. Las contracciones venían cada hora, eran soportables, pero eran de parto, sin dudas. Por fín me levanté sobre las siete de la mañana del sábado (40+1 y sábado). Fui al baño, a ver cómo iba la cosa y entonces llamé a Pedro. Había empezado a dilatar. Cuando llegó ya estaba de algo más de cuatro centímetros. Empezamos a preparar la casa, apartando la mesa y colocando alfombras y empapadores en el suelo del salón. Juanma bajó a Hacer la compra porque estábamos pelados, y mi hermana llegó con la cámara. Pedro tenía un don especial para pillarme siempre con la cara comprimida. “Siempre me pillas en el peor momento” le dije, y el me contestó “No, en los más intensos”. Tenía razón. El dolor iba aumentando y recordé lo bien que se me dio en la bañera, así que la llenamos de agua y me metí. Con lo pequeño que es mi baño y cuanta gente cabía ese día. Pedro, sentado sobre la taza nos miraba, las niñas iban y venían y Juanma alternaba las visitas al baño con la colocación de la nevera. Mi hermana cámara en mano, haciendo una foto por aquí y otra por allí.
Pero la bañera era demasiado pequeña, así que tuve que salir y empezar a buscar postura. Teníamos una silla de partos. Lo intenté y fue imposible. ¡Que cosa más incómoda!. Luego en cuclillas, pero con la tripa parecía una peonza y me caía hacia los lados. Me levanté, me agaché, me volví a levantar. Recordaba a una de mis gatas cuando paría, probando antes todos los rincones de la casa. Finalmente Juanma vino a sentarse cerca de mí. A gatas me apoyé en él y así fue como empezó el expulsivo. Nuria y Gema se asomaban sin pudor diciendo “ya la veo!” “ya sale” y mi hermana, también sin pudor, hacía fotos que pocas veces enseñaré. Yo contestaba “No, aún le falta”, pero Nuria y Gema insistían a coro “que sí, que ya sale!”. Hasta que la bolsa se rompió, salio un poco de líquido muy claro y luego su cabeza se instaló en mi vagina. Esta vez si creí que me iba a desgarrar y lo dije. Pedro, detrás de mi, me tranquilizó “No, tranquila, todo va bien”. Y otra vez con mi mano derecha dejé que su cabeza fuera saliendo poco a poco. Juanma sonrió. La niña estuvo así un poquito, hasta la siguiente contracción, y con ella el cuerpo se deslizó hacia fuera. Una mano Pedro y otra yo la cogimos y él me la pasó. Me senté con ella, él se retiró un momento y es la foto que podéis ver. De nuevo sin prisa esperamos que el cordón dejara de latir.
Entonces vino el momento de más miedo para mí. Había que cortarlo y Pedro le ofreció a Juanma que lo hiciera él. Yo tenía un ruguño de toalla encima de mi tripa que no me dejaba ver, y veía la mano temblorosa de Juanma aún no repuesto debajo de la toalla blandiendo unas tijeras. Temí que me cortara a mí en la pierna en lugar del cordón, pero por suerte no pasó. La placenta salió por si sola.
Recogimos, pusimos la mesa y mientras la niña mamaba por primera vez, Juanma nos hizo la comida. Nunca olvidaré el menú: coliflor y merluza rebozada. Y después una pequeña siesta, antes de que el resto de la familia llenara la casa con la visita oficial.
Quedó muy claro: nos habíamos ahorrado los viajes, las maletas, el alta, estábamos en casa. Y nuestra hija había nacido en el mejor lugar, rodeada de todos los que la quieren. Pedro se quedó hasta tarde, para comprobar el volumen de la hemorragia y mi tensión. Volvió a los dos días, para comprobar el buen estado de las dos y a las dos semanas, como hacen en cualquier centro de salud. Todo estupendo.

Que genial y maravillosa historia.Que suerte tener tanto apoyo y de nuevo, que valiente eres!!

Ahora solo falta el 4º parto!!

Besos.

Ha sido precioso de verdad, espero la cuarta entrega de este culebrón tan chulo

Ay que emocionante!!! me tienes todo el día pendiente del foro para leer tus historias, además las cuentas tan bien que parece que estuvieramos allí.

y mi hermana, también sin pudor, hacía fotos que pocas veces enseñaré.

Leyendo pensaba si alguna vez pondrias alguna foto pero leyendo esto ya me queda claro que no va a haber suerte, sé que es un momento muy íntimo, pero que sepas que me quedo con las ganas

Y ya solo nos queda uno Por ahora...... o irás a buscar el niño?

Gracias por vuestros comentarios. De verdad que me alagan. Pero ahora estoy demasiado cansada, sólo he entrado un momento a ver si había algo nuevo. Mañana si no pasa nada, os contaré elúltimo (por ahora, ha dicho Juanma esta noche)
Y quizá alguna foto.

Hays que ilusion,que relato mas bonito, que ilusion me hace que hayas podido disfrutar tu parto y ir quitando espinitas, del primero , enhorabuena campeona, yo no me cansare de decirlo en serio.


Encima eres de albacete, con lo cual algun dia te conocere en persona, y ese dia no esta muy lejano, que todas mis chicas viven lejillos, y siempre me da mucha envidia lo de las quedadas, encima sabia en el momento que empeze a leerte, que el matron que te atendio en los partos, imaginaba que habia sido pedro, estaba deseando confirmarlo, ufff, me tenias intrigada, a el lo conozco de las charlas de dameteta, pero por desgracia lo conoci cuando ya habia dado a luz a idaira, si no lo mismo me habria animado, en serio, eres el segundo parto en casa de pedro, con lo cual el te recordara tambien con mucho cariño como a todas sus parturientas, me dejas que ponga tu relato en nuestro foro de la asocciacion, se que a muchas les hara ilusion leerte, Un beso guapa.

Jo, eso no se hace, ¿tenemos que esperar a mañana para la cuarta entrega? , en fin, me resignaré y esperaré , si tú esperaste 9 meses para ese precioso parto seguro que yo puedo esperar una noche ¿verdad?

Que parto mas maravilloso y con la participación de tus otras dos hijas, tu marido, hermana, que mas se puede pedir.... me emociona mucho leer tus historias y ya mismo busco el parto de tu última hija.
Eres una mujer muy pero muy valiente, te felicito por ello.
Un abrazo.

Enhorabuena otra vez por tus partos...

Las historias son preciosas. Y además, tienes una gran capacidad de transmisión! Escribes estupendamente, y por eso, y por las historias (claro), tus mensajes llegan mucho!

me encanto tu relato !!! muy emocionante

Precioso! A Ivo se lo planteé, pero lo de hacerlo en casa, caca. Al menos sabe tooodo lo que NO quiero. Empezaré yo la lucha en contra de la vía lo primero... Luego ya le toca a él todo lo demás, yo estaré muy ocupada conectando con el bebé y con mi cuerpo.

Voy a leer el siguiente (vaya como engancha esto, con todo lo que tengo que hacer pos casa! XD)