Insulta, que algo queda (Carlos González)
4 participantes
Página 1 de 1.
Insulta, que algo queda (Carlos González)
Muchos adultos, al hablar sobre niños, recurren al estereotipo, al insulto y a la descalificación sistemática. Ello se hace muchas veces en tono jocoso, casi «cariñoso» («el monstruito», «los pequeños tiranos», «son unos trastos»), pero el daño está hecho: se transmite a los padres la idea de que sus hijos están en su contra y no merecen respeto como personas. Veamos algunos ejemplos concretos:
“Nada más rozar las sábanas, el granujilla empieza a gimotear.”
El «granujilla» tiene diez meses, pero su conducta se considera no sólo meditada y consciente, sino moralmente reprobable.
La elección de las palabras no es casual: el bebé no empieza a gemir («quejarse con voz lastimera», según el diccionario), ni mucho menos a llorar («derramar lágrimas por algún dolor físico o moral»), sino a gimotear («gemir, quejarse o llorar sin causa justificada»). ¿Quién ha dicho que no tiene motivo?
Veamos otros insultos:
“Los niños pequeños son negativos, muestran poco sentido común y una completa falta de respeto por los derechos de los demás.”
¿Cree que exagero? ¿No le parece que esta frase sea tan insultante? Sustituya «niños pequeños» por «negros» o por «mujeres» y dígame qué le parece ahora.
“El diez por ciento de los niños estudiados eran pequeños terroristas.”
Ésta es una acusación muy grave. Sustituya «niños» por «sindicalistas», «catalanes», «clientes», «funcionarios» o cualquier otro término referido a personas adultas y podría recibir una demanda por difamación.
“Hacen que sus madres se sientan inferiores. Los niños pequeños tienen una capacidad increíble para desmoralizar a sus madres. Muchos actúan como completos ángeles cuando están al cuidado de otros, reservando su lado demoníaco exclusivamente para sus padres.”
¡Vaya descubrimiento! Sin necesidad de insultos y exageraciones como «demoníaco», lo cierto es que todos nos comportamos mejor con desconocidos que con familiares. Usted soporta de sus compañeros de trabajo, y no digamos de sus jefes, desaires que provocarían una discusión con su cónyuge.
Nos quejamos menos de la comida en un restaurante que en casa (y, cuando comemos en casa de un amigo, jamás nos quejamos de la comida). Usted, padre lector, ¿dónde se hacía mejor la cama, dónde barría y fregaba sin rechistar, dónde obedecía al instante y sonriendo: en casa o en la mili? ¿Significa eso que quería o respetaba más a su sargento que a su madre?
Claro que no, simplemente le tenía más miedo. En España ha habido muchas más huelgas y manifestaciones bajo el gobierno socialista que en tiempos de Franco. ¿Significa eso que los obreros estaban más contentos con Franco? Es un hecho que no protestamos más cuando somos más desgraciados, sino cuando tenemos más esperanzas de que nuestras protestas sirvan de algo. Protestamos más cuando nos sentimos aceptados y queridos. Como afirma Bowlby:
“Debido a los vínculos emocionales que unen al hijo con sus padres y a éstos con el hijo, los niños se comportan siempre de un modo más pueril con sus padres que con otras personas (...)
Esto es incluso cierto en el mundo de las aves. Los pinzones jóvenes, que son ya suficientemente capaces de alimentarse por sí solos, a veces comienzan a solicitar alimento de un modo infantil cuando ven a sus padres.”
El mismo Freud no se quedaba corto con sus descalificaciones:
“Un exceso de ternura materna quizá sea perjudicial para el niño por acelerar su madurez sexual, acostumbrarle mal y hacerle incapaz, en posteriores épocas de su vida, de renunciar temporalmente al amor o contentarse con una pequeña parte de él. Los niños que demuestran ser insaciables en su demanda de ternura materna presentan con ello uno de los más claros síntomas de futura nerviosidad. Por otra parte, los padres neurópatas son, en general, los más inclinados a una ternura sin medida, despertando así en sus hijos, antes que nadie y por sus caricias, la disposición a posteriores enfermedades neuróticas.”
Y es que de insultar a los niños a insultar a los padres sólo va un paso, y si usted trata a sus hijos con ternura, es un neurópata. «No», dirá el lector, «Freud sólo llama neurópatas a los que muestran una ternura sin medida, no a los que muestran una ternura normal». De acuerdo, pero, ¿qué es una ternura sin medida? Para muchos, en nuestra sociedad, tomar en brazos a un niño que llora ya es excesiva ternura. No es Freud el único, ni mucho menos, que ridiculiza a los padres que tratan con «excesiva ternura» a sus hijos:
“Sacarle de la cama cuando debe dormir no es mostrar ternura, sino estúpida ignorancia.”
Veamos cómo describe el Dr. Green su método de dejar llorar a los niños para enseñarles a dormir:
“Déjenlo llorar cinco minutos si son ustedes normales, diez minutos si son duros, dos minutos si son delicados y un minuto si son muy frágiles. La duración del llanto depende de la tolerancia de los padres y de cuan genuinamente agitado se ponga el niño.”
Es decir, que los padres que no quieren dejar llorar a su hijo son delicados, frágiles e incluso faltos de tolerancia (¡intolerantes!); pues en una increíble corrupción del lenguaje, «tolerancia» significa ahora la capacidad para oír llorar a tu propio hijo sin hacerle ni puñetero caso. Incluso admitiendo que dejar llorar a los niños fuera moralmente aceptable (¡cosa que no admito en absoluto!), ¿no parecería más lógico adaptar la duración del llanto a la resistencia del niño y no a la de los padres? (Deje llorar cinco minutos al niño normal, dos al delicado, uno al frágil... ) Pero, claro, al Dr. Green no le preocupa lo que pueda sufrir un niño de meses, sino lo que pueda sufrir un adulto de veinte o treinta años.
(Dr. Carlos González)
“Nada más rozar las sábanas, el granujilla empieza a gimotear.”
El «granujilla» tiene diez meses, pero su conducta se considera no sólo meditada y consciente, sino moralmente reprobable.
La elección de las palabras no es casual: el bebé no empieza a gemir («quejarse con voz lastimera», según el diccionario), ni mucho menos a llorar («derramar lágrimas por algún dolor físico o moral»), sino a gimotear («gemir, quejarse o llorar sin causa justificada»). ¿Quién ha dicho que no tiene motivo?
Veamos otros insultos:
“Los niños pequeños son negativos, muestran poco sentido común y una completa falta de respeto por los derechos de los demás.”
¿Cree que exagero? ¿No le parece que esta frase sea tan insultante? Sustituya «niños pequeños» por «negros» o por «mujeres» y dígame qué le parece ahora.
“El diez por ciento de los niños estudiados eran pequeños terroristas.”
Ésta es una acusación muy grave. Sustituya «niños» por «sindicalistas», «catalanes», «clientes», «funcionarios» o cualquier otro término referido a personas adultas y podría recibir una demanda por difamación.
“Hacen que sus madres se sientan inferiores. Los niños pequeños tienen una capacidad increíble para desmoralizar a sus madres. Muchos actúan como completos ángeles cuando están al cuidado de otros, reservando su lado demoníaco exclusivamente para sus padres.”
¡Vaya descubrimiento! Sin necesidad de insultos y exageraciones como «demoníaco», lo cierto es que todos nos comportamos mejor con desconocidos que con familiares. Usted soporta de sus compañeros de trabajo, y no digamos de sus jefes, desaires que provocarían una discusión con su cónyuge.
Nos quejamos menos de la comida en un restaurante que en casa (y, cuando comemos en casa de un amigo, jamás nos quejamos de la comida). Usted, padre lector, ¿dónde se hacía mejor la cama, dónde barría y fregaba sin rechistar, dónde obedecía al instante y sonriendo: en casa o en la mili? ¿Significa eso que quería o respetaba más a su sargento que a su madre?
Claro que no, simplemente le tenía más miedo. En España ha habido muchas más huelgas y manifestaciones bajo el gobierno socialista que en tiempos de Franco. ¿Significa eso que los obreros estaban más contentos con Franco? Es un hecho que no protestamos más cuando somos más desgraciados, sino cuando tenemos más esperanzas de que nuestras protestas sirvan de algo. Protestamos más cuando nos sentimos aceptados y queridos. Como afirma Bowlby:
“Debido a los vínculos emocionales que unen al hijo con sus padres y a éstos con el hijo, los niños se comportan siempre de un modo más pueril con sus padres que con otras personas (...)
Esto es incluso cierto en el mundo de las aves. Los pinzones jóvenes, que son ya suficientemente capaces de alimentarse por sí solos, a veces comienzan a solicitar alimento de un modo infantil cuando ven a sus padres.”
El mismo Freud no se quedaba corto con sus descalificaciones:
“Un exceso de ternura materna quizá sea perjudicial para el niño por acelerar su madurez sexual, acostumbrarle mal y hacerle incapaz, en posteriores épocas de su vida, de renunciar temporalmente al amor o contentarse con una pequeña parte de él. Los niños que demuestran ser insaciables en su demanda de ternura materna presentan con ello uno de los más claros síntomas de futura nerviosidad. Por otra parte, los padres neurópatas son, en general, los más inclinados a una ternura sin medida, despertando así en sus hijos, antes que nadie y por sus caricias, la disposición a posteriores enfermedades neuróticas.”
Y es que de insultar a los niños a insultar a los padres sólo va un paso, y si usted trata a sus hijos con ternura, es un neurópata. «No», dirá el lector, «Freud sólo llama neurópatas a los que muestran una ternura sin medida, no a los que muestran una ternura normal». De acuerdo, pero, ¿qué es una ternura sin medida? Para muchos, en nuestra sociedad, tomar en brazos a un niño que llora ya es excesiva ternura. No es Freud el único, ni mucho menos, que ridiculiza a los padres que tratan con «excesiva ternura» a sus hijos:
“Sacarle de la cama cuando debe dormir no es mostrar ternura, sino estúpida ignorancia.”
Veamos cómo describe el Dr. Green su método de dejar llorar a los niños para enseñarles a dormir:
“Déjenlo llorar cinco minutos si son ustedes normales, diez minutos si son duros, dos minutos si son delicados y un minuto si son muy frágiles. La duración del llanto depende de la tolerancia de los padres y de cuan genuinamente agitado se ponga el niño.”
Es decir, que los padres que no quieren dejar llorar a su hijo son delicados, frágiles e incluso faltos de tolerancia (¡intolerantes!); pues en una increíble corrupción del lenguaje, «tolerancia» significa ahora la capacidad para oír llorar a tu propio hijo sin hacerle ni puñetero caso. Incluso admitiendo que dejar llorar a los niños fuera moralmente aceptable (¡cosa que no admito en absoluto!), ¿no parecería más lógico adaptar la duración del llanto a la resistencia del niño y no a la de los padres? (Deje llorar cinco minutos al niño normal, dos al delicado, uno al frágil... ) Pero, claro, al Dr. Green no le preocupa lo que pueda sufrir un niño de meses, sino lo que pueda sufrir un adulto de veinte o treinta años.
(Dr. Carlos González)
Re: Insulta, que algo queda (Carlos González)
Típica conversación en el super, calle, parque, etc.:
- Uy qué majo el nene. ¿Es bueno?
- Claro. Todos los nenes son buenos. Si te refieres a si es tranquilo o no, pues no mucho. Afortunadamente es un niño inquieto. Pero bueno, por supuesto que es bueno.
- Bueno, todos los nenes buenos no son. Algunos son verdaderos demonios.
Fin de la conversación más o menos.
Esta "conversación" la he tenido muuuchas veces. La palabra demonio es intercambiable habitualmente por malo, aunque hay quien tiene más inventiva y siempre discurre algo peor.
Besos,
nuri
- Uy qué majo el nene. ¿Es bueno?
- Claro. Todos los nenes son buenos. Si te refieres a si es tranquilo o no, pues no mucho. Afortunadamente es un niño inquieto. Pero bueno, por supuesto que es bueno.
- Bueno, todos los nenes buenos no son. Algunos son verdaderos demonios.
Fin de la conversación más o menos.
Esta "conversación" la he tenido muuuchas veces. La palabra demonio es intercambiable habitualmente por malo, aunque hay quien tiene más inventiva y siempre discurre algo peor.
Besos,
nuri
odisea- Nivel 5
- Cantidad de envíos : 4185
Fecha de nacimiento : 29/10/1975
Ciudad : Itaca
Edad : 48
Puntos : 9819
Fecha de inscripción : 03/08/2009
Re: Insulta, que algo queda (Carlos González)
Esta conversación la tuvo mi madre con una conocida que tiene un bebe de la misma edad que mi Paula.
¿Que tal duerme paula? a lo que mi madre contesta que muy mal que lleva un mes muy chungo, pero que yo no me alboroto que soy la que esta con ella.
A lo que ella le dice. - Pues tendrá que hacerle el estivill, nosotros se lo hemos hecho al nuestro y mano de santo .
Mi madre le contesta. - Mi hija no le hace eso a la niña.
Ya tuerce la cara diciendo que eso no es nada que son dos noches malas.
Y mi madre le repite, que no que mi hija no le hace eso a la niña.
Ella ya mas molesta le dice que es un metodo bueno y muy rapido.
A lo que mi madre le dice, ¿bueno para quien?
Ella dice que para todos que todos duermen mejor incluido el niño.
Y mi madre le repite, pues mi hija te aseguro que no le hace eso a Paula.
Ella le dice, que si no lo hace ahora no tendrá mas remedio que hacerlo despues que será peor.
Y mi madre le dice que a mi Jose Javier que tiene 4 años no le hemos hecho ningun metodo de nada, solo paciencia y que con 4 años tiene un sueño precioso, que casi nunca se despierta y no suele tener pesadillas ni nada.
Ella insiste, pues no entiendo porque no puede hacerlo a la niña si eso no es nada.
Mira, le dice mi madre, cuando veas a mi hija se lo preguntas, verás que bien te explica ella porque no le hace eso a la niña.
A todo esto me la he encontrado varias veces y no solo no me ha preguntado sino que la he notado algo tiesa conmigo.
Nada, no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Ole por mi madre que es un sol.
¿Que tal duerme paula? a lo que mi madre contesta que muy mal que lleva un mes muy chungo, pero que yo no me alboroto que soy la que esta con ella.
A lo que ella le dice. - Pues tendrá que hacerle el estivill, nosotros se lo hemos hecho al nuestro y mano de santo .
Mi madre le contesta. - Mi hija no le hace eso a la niña.
Ya tuerce la cara diciendo que eso no es nada que son dos noches malas.
Y mi madre le repite, que no que mi hija no le hace eso a la niña.
Ella ya mas molesta le dice que es un metodo bueno y muy rapido.
A lo que mi madre le dice, ¿bueno para quien?
Ella dice que para todos que todos duermen mejor incluido el niño.
Y mi madre le repite, pues mi hija te aseguro que no le hace eso a Paula.
Ella le dice, que si no lo hace ahora no tendrá mas remedio que hacerlo despues que será peor.
Y mi madre le dice que a mi Jose Javier que tiene 4 años no le hemos hecho ningun metodo de nada, solo paciencia y que con 4 años tiene un sueño precioso, que casi nunca se despierta y no suele tener pesadillas ni nada.
Ella insiste, pues no entiendo porque no puede hacerlo a la niña si eso no es nada.
Mira, le dice mi madre, cuando veas a mi hija se lo preguntas, verás que bien te explica ella porque no le hace eso a la niña.
A todo esto me la he encontrado varias veces y no solo no me ha preguntado sino que la he notado algo tiesa conmigo.
Nada, no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Ole por mi madre que es un sol.
Invitado- Invitado
Re: Insulta, que algo queda (Carlos González)
silviajp escribió:Esta conversación la tuvo mi madre con una conocida que tiene un bebe de la misma edad que mi Paula.
¿Que tal duerme paula? a lo que mi madre contesta que muy mal que lleva un mes muy chungo, pero que yo no me alboroto que soy la que esta con ella.
A lo que ella le dice. - Pues tendrá que hacerle el estivill, nosotros se lo hemos hecho al nuestro y mano de santo .
Mi madre le contesta. - Mi hija no le hace eso a la niña.
Ya tuerce la cara diciendo que eso no es nada que son dos noches malas.
Y mi madre le repite, que no que mi hija no le hace eso a la niña.
Ella ya mas molesta le dice que es un metodo bueno y muy rapido.
A lo que mi madre le dice, ¿bueno para quien?
Ella dice que para todos que todos duermen mejor incluido el niño.
Y mi madre le repite, pues mi hija te aseguro que no le hace eso a Paula.
Ella le dice, que si no lo hace ahora no tendrá mas remedio que hacerlo despues que será peor.
Y mi madre le dice que a mi Jose Javier que tiene 4 años no le hemos hecho ningun metodo de nada, solo paciencia y que con 4 años tiene un sueño precioso, que casi nunca se despierta y no suele tener pesadillas ni nada.
Ella insiste, pues no entiendo porque no puede hacerlo a la niña si eso no es nada.
Mira, le dice mi madre, cuando veas a mi hija se lo preguntas, verás que bien te explica ella porque no le hace eso a la niña.
A todo esto me la he encontrado varias veces y no solo no me ha preguntado sino que la he notado algo tiesa conmigo.
Nada, no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Ole por mi madre que es un sol.
Genial la perseverancia de tu madre al responderle !!
Invitado- Invitado
Re: Insulta, que algo queda (Carlos González)
Claro que se quedan con algo: yo a mi hermana pequeña cuando era chiquitina la llamaba cariñosamente "gordi" y ni se me ocurrió que eso pudiera causarle algún problema; tuve que dejar de hacerlo porque creía que estaba gorda...
El que se pica...
Yo misma tuve esa conversacion hace un par de días... Como con eso no puedo, también respondí que buenos son todos, unos más movidos, otros más tranquilos, pero tuve que repetirlo dos veces, hasta que se dió por enterada y farfulló un "claro, claro..."
Un abrazo.
silviajp escribió:
A todo esto me la he encontrado varias veces y no solo no me ha preguntado sino que la he notado algo tiesa conmigo.
El que se pica...
odisea escribió:Típica conversación en el super, calle, parque, etc.:
- Uy qué majo el nene. ¿Es bueno?
- Claro. Todos los nenes son buenos. Si te refieres a si es tranquilo o no, pues no mucho. Afortunadamente es un niño inquieto. Pero bueno, por supuesto que es bueno.
- Bueno, todos los nenes buenos no son. Algunos son verdaderos demonios.
Fin de la conversación más o menos.
Esta "conversación" la he tenido muuuchas veces. La palabra demonio es intercambiable habitualmente por malo, aunque hay quien tiene más inventiva y siempre discurre algo peor.
Yo misma tuve esa conversacion hace un par de días... Como con eso no puedo, también respondí que buenos son todos, unos más movidos, otros más tranquilos, pero tuve que repetirlo dos veces, hasta que se dió por enterada y farfulló un "claro, claro..."
Un abrazo.
Atenea- Nivel 5
- Cantidad de envíos : 3374
Fecha de nacimiento : 29/06/1970
Ciudad : Ática
Edad : 53
Puntos : 8794
Fecha de inscripción : 21/12/2009
Re: Insulta, que algo queda (Carlos González)
Atenea, yo también insisto un par de veces, pero últimamente ya es que hasta paso porque me oigo a mí misma como disco rayado... Y es que está tan extendido, y duele decirlo, insistir en lo malos que son los algunos niños... (sobre todo si no comen, no duermen y no están lo suficientemente tranquilos como para dejar llevar a los adultos su vida en paz, que, al fin y al cabo, suele ser el criterio para determinar lo diabólico o no del nene en cuestión).pero tuve que repetirlo dos veces, hasta que se dió por enterada y farfulló un "claro, claro..."
Así que a partir de ahora voy a zanjar la conversación diciendo: "todos los nenes son buenos. Ya funcionaria mejor esta sociedad si el mundo de los adultos fuese la mitad de bueno y de inocente pero el doble de diabólico que el de los niños". A ver que se atreven a contestar. Mantendré informada
Besos!
n.
odisea- Nivel 5
- Cantidad de envíos : 4185
Fecha de nacimiento : 29/10/1975
Ciudad : Itaca
Edad : 48
Puntos : 9819
Fecha de inscripción : 03/08/2009
Re: Insulta, que algo queda (Carlos González)
Es algo muy habitual. El niño bueno es sinonimo del niño tranquilo, dormilón y comilón.
Si es un niño activo y movido, entonces es catalogado como malo...yo no logro entenderlo y mira que he tenido conversaciones de esas...pues nada, que no lo entiendo...seré yo que soy corta de miras porque a ver ¿qué tiene que ver la gimnasia con la magnesia??
Si es un niño activo y movido, entonces es catalogado como malo...yo no logro entenderlo y mira que he tenido conversaciones de esas...pues nada, que no lo entiendo...seré yo que soy corta de miras porque a ver ¿qué tiene que ver la gimnasia con la magnesia??
Invitado- Invitado
Temas similares
» Yolanda González y Carlos González Alcoy en Septiembre
» Carlos Gonzalez y Yolanda Gonzalez en Castro Urdiales
» Mi matrona lee a Carlos González
» Poesía del Dr. Carlos González
» Mi niño no me come, Dr. Carlos González
» Carlos Gonzalez y Yolanda Gonzalez en Castro Urdiales
» Mi matrona lee a Carlos González
» Poesía del Dr. Carlos González
» Mi niño no me come, Dr. Carlos González
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
|
|