El inmenso valor de un cuento inventado

Hola chicas, yo por aqui abriendo un tema nuevo, uff, que de tiempo hace que no charlo aqui con vosotras de nuestras cosas, es que realmente no tengo tiempo ni para mirarme a la cara.

Pues bien, algunas ya sabeis que el tema hermanita mayor-versus hermanita menor no lo estamos llevando nada bien. Victoria le tiene muchos celos a Andrea, es un bebé demandante y requiere mucha atención, rasco tiempo de bajo las piedras para encontrar tiempos en exclusiva para Victoria, pero entre los estudios, la casa y ambas niñas reconozco que me resulta difícil.

El momento "cuento" se ha convertido para Victoria y para mi en un tiempo de encuentro, de exclusividad, de rutina diaria que nos hace bien a ambas. Siempre suelo leerle de los cuentos que tiene en casa, cuando puedo y tengo tiempo le saco libros de la biblioteca para tener un abanico más amplio del que tirar, y reconozco que desde pequeñaja a Victoria siempre le han encantado los cuentos.

Problema, que yo me aburro de leerle una y otra vez los mismos cuentos, ella tiene sus favoritos y me obliga a leerlos una noche tras otra y tras otra y ufff, y hasta el infinito y más allá   

Así que ahora hemos tomado la moda de que una vez a la semana toca un "cuento inventado" y le encantan, ha tenido un gran éxito, y un desahogo para mi, y una forma de explayar mi imaginación.       

El primero que le conté fue hace bastante, como dos meses atrás, y ella todavía lo recuerda, trataba de un bebé al que su madre se empeñaba en darle el biberón y el bebé decía que no con la cabeza, hacía una pedorreta y decía, "no, prrrrr, teta"     vamos, que imaginación le eché muy poca, era el primero y me faltaba práctica       

Anoche volvió a tocar un cuento inventado, encima Victoria está malita, un virus que la tiene con dolor de cuerpo, malestar y un poco apagadilla. Así que anoche me explayé de lo lindo   , le conté el cuento de una niña que quería ser princesa, una niña que le decía a sus padres todas las noches que quería ser princesa, pero que sus padres siempre le contestaban que para ser princesa se necesita mucho dinero porque llevan vestidos muy caros y joyas costosas, y que ellos no tenían dinero y que por eso la niña no podía ser una princesa.

Pues Alessandra, que así se llamaba la niña soñaba y soñaba que quería ser princesa, vivir en un castillo enorme, tener preciosos vestidos, joyas maravillosas y coronas espectaculares. Una noche la niña le dijo a su madre que quería ser princesa y su madre volvió a decirle que no tenían dinero, pero que si ella quería podía ser una princesa en su imaginación. Le montaron en su cuarto una casita de cartón del tamaño justo para que Alessandra pudiera entrar dentro, y su mamá le dijo que se imaginara que todas las joyas de plástico que había en la casita y que su disfraz de princesa eran de verdad, de princesa, y que cuando estuviera dentro de la casita podría soñar en ser una princesa "de mentira".

Alessandra quedó muy conforme y una noche se puso a jugar en su casita y allí mismo se quedó dormida sin ni siquiera llegar a su cama. De repente esa casita de cartón comenzó a crecer, las paredes se convirtieron en muros de piedra, con grandes ventanas, techos muy altos, almenas y torres, y enormes lámparas en el techo.

Alessandra no se lo podía creer y decidió que si aquello era realmente un sueño quería aprovechar al máximo de aquel castillo, ya que al despertar pensaba que la magia desaparecería.

En el castillo había sirvientes, pero todos estaban en sus quehaceres, Alessandra se aburría y les ordenó a todos:" hoy no quiero que me sirvais, sólo quiero que jugueis conmigo ", los sirvientes se lo tomaron como un rato de vacaciones y se pusieron a jugar al escondite. Cuando terminaron informaron a la princesa que esa noche había un baile real en el castillo y que debía subir a su cuarto y ponerse sus mejores galas.

Alessandra estaba preocupada porque no sabía bailar, pero se moría de ganas de subir a su cuarto y ver esos vestidos, las joyas, los zapatos,....

5 doncellas subieron con ella para ayudarla (todo esto lo resumo, porque a Victoria se lo conté megachachi fantástico, haciendo aspavientos y con un diálogo alucinante       )Al final las doncellas ayudaron a la niña a ponerse maravillosa y bajó al salón del baile. Al entrar ella estaba muy nerviosa, la música paró y todos la miraron porque realmente era una princesa, muy bonita, muy arreglada, muy fantástica.

Su padre estaba a su lado y le dijo que no se preocupara por no saber bailar, que iba a hacer el primer baile con él y que como llevaba un vestido tan largo no se le veían los zapatos y no importaba que no moviera bien los pies.

Terminado el baile con su padre ella sólo quería sentarse, le dolían los pies con esos zapatos estupendos y carísimos, estaba cansada del peso del vestido. Alessandra estaba empezando a pensar que eso de ser princesa no era tan fantástico como ella pensaba.

Su padre le dijo que no podía sentarse, que había niños príncipes en el baile y que ella debía bailar con al menos alguno de ellos. Conoció así al príncipe David, que bailó con ella y la llevó estupendamente para que los demás no notaran que ella no sabía bailar. David tenía 6 años y Alessandra 5, ella le dijo que le sirviera una bebida y él aceptó, estuvieron hablando un buen rato y David le contó que él no jugaba casi nunca, que al ser un príncipe tenía muchas obligaciones, que tenía clases de dicción, clases de baile, de idiomas y un montón de compromisos que apenas le permitían jugar.

Alessandra estaba cada vez más descontenta con la vida de princesa, quería ser una niña princesa, pero no le gustaba la idea de tener que estudiar tanto y no tener tiempo para jugar, eso no le gustaba nada de nada.

Llegó la noche y las doncellas ayudaron a la niña a quitarse aquel aparatoso vestido, acabó hasta el moño de aquella corona, de aquel peinado, de aquel vestido y de aquellos zapatos que tanto daño le hicieron, se lavó la cara y se metió en la cama deseando que la magia desapareciera aquella noche y despertara en su casita de muñecas, allá en su humilde cuarto y sin tantas riquezas.

Osea, conclusión, cuento con moraleja, inventado y que mata dos pájaros de un tiro, bueno, mata un millón porque desarrollan la imaginación de Victoria, la mía, le enseñan cosas, lecciones de la vida, es súper entretenido y tras el cuento 30seg de teta y calló frita        

Espero que os halla gustado, voy al lío, que tengo la casa empantanada de enrredos   

Besitos lácteos al cuadrado y perdón por lo largo que es esto

Cris, ¡qué bonita idea!.

Una cosa te digo: vételos apuntando, que cualquier día Victoria te pide que lo repitas, y con el memorión que gastan los niños modernos, como para fallar....

Me parece un momento precioso para compartir con tu hija mayor (tomo nota).

Mi chico se inventó una nana eterna para cantarle a Manuel cuando era pequeño, que siempre le ha gustado mucho y de vez en cuando todavía la pide, es como una cosita de los dos, de las primeras que compartieron, cuando la teta dejó sitio para más cosas.

Ahora le cuenta cosas de historia (Marco Polo, la ruta de la seda, porqué los castillos tiene forma de estrella, cosas así, yo me quedo boba oyéndole y viéndolos a los dos juntos, y aprendo: es una experiencia total ;P), como si fuesen cuentos, o Los 12 trabajos de Hércules (que yo desconocía, aunque ahora creo que la versión que conozco es un poco edulcorada...) y le gustan mucho.

Yo soy más sosota para eso, lo reconozco. Pienso que la santa infalibilidad y la santa versatilidad de la teta me volvieron comodona, y en parte por eso no desarrollé más recursos. O que soy de por mí más siesa, no sé.

Tienes un mérito, con las dos, los estudios y toda la pesca, tener humor para eso...

Eres una campeona.

Besos:

Isabel

Atenea escribió:

y cuando tengas una cierta cantidad, prueba a enviarlos a alguna editorial, que contando cuentos a su peque empezó la autora de HP.

Creo que no tengo talento para tanto, a lo mejor para cuenta cuentos en bibliotecas delante de niños sí, pero escribir, nooo, que soy de ciencias, no de letras