Cosas de la globalización y otras cuestiones.

Al bajito mayor se le cayeron dos dientes hace algunas semanas. Cuando se le cayó el primero le recordé la historia del ratoncito Pérez y después le pregunté "¿Y sabes también quién te va a dejar algo a cambio de tu diente?"  "Claro, ¡el hada de los dientes!" exclamó inmediatamente.        "Sí, bueno y también Mari Teilatukoa." Trabajando unidos el Ratoncito Pérez, el Hada de los Dientes y Mari teilatukoa, le trajeron una moneda de chocolate, otra de verdad y un cuento pequeño porque estaba muy ilusionado y era su primer diente.

Cuando algunas semanas más tarde, cayó el segundo, le dejaron unos Lacasitos y unas monedas para su hucha (los trajo la abuela, así que no teníamos posibilidad de decidir). Al verlo algo sombrío, le pregunté si le había gustado el regalo que le habían traído el Ratoncito Pérez, el Hada de los Dientes y Mari teilatukoa. "Mari teilatukoa no me ha dejado nada porque sólo hay dos regalos".    "Bueno, es un regalo de los tres, ya sabes que la otra vez fue un regalo especial porque era tu primer diente y estabas muy ilusionado."

Con la llegada de la Navidad, además del árbol, que siempre ha sido tradición en nuestra casa, y unos Santas que desde el año pasado decoran nuestras ventanas y que compré porque a él le gustaron otros que vió en otra casa, también ha pedido calcetines navideños para decorar la casa y me ha recordado que en otros sitios el día de Navidad no trae los regalos Olentzero, sino Santa Claus ("ama, otros le llaman Papá Noel"), San Nicolás y en otros lugares... "mmm, otros". Es que lo de que una bruja traiga los regalos no le acaba de cuadrar.     

Un abrazo.

Medalidd,

sí que los he guardado pero no para convertirlos en joya ni nada parecido sino por una razón mucho más práctica: por si algún día se le cae algún diente mientras duerme o por si no lo encontramos (el primero se le cayó al suelo de repente, el segundo en cambio estuvo suelto mucho tiempo sin terminar de caer), porque el berrinche que montaría pensando que el Ratoncito Pérez y compañía quizá no le traigan nada si no hay diente, puede ser importante.   

Mi madre guardó todos nuestros dientes en pequeños frasquitos llenos de alcohol. Ya mayores, un día nos preguntó si nos los queríamos llevar a casa: mi hermana y yo nos miramos y exclamamos a la vez que, por favor, los tirara a la basura.

Yo no he guardado el cordón de los peques aunque sí las pinzas que lo sujetaban, aunque ya cuento con la posibilidad de que cuando les ofrezca sus recuerdos de la infancia, me contesten como hice yo con mi madre que, por favor, los tire a la basura.

Sí que quisiera guardar sus libros de cuentos y algunos de sus juguetes. A mí me ha hecho mucha ilusión leerle a mi hijo los mismos cuentos que leía yo de pequeña y también verles jugar con el único juguete que conservo yo de mi infancia (ser la hermana mayor de un par de "destrozones" es lo que tiene    ). He guardado todos los libros de mi infancia y mi hermano me ha regalado los suyos, pues él no sentía interés por conservarlos; mi hermana me ha prestado los suyos, así que con los que les hemos regalado, cuentan con una buena colección en casa.

Un abrazo.

¡Qué rico HH!   El bajito mayor cree en quien haga falta siempre que implique regalo.   

Un abrazo.

Gracias, Quima, necesidad obliga.      

Un abrazo.