¿Taller de cuerpo? Reportaje.

Todos los comentarios son muy interesantes. Diría que esto ¡ya es un taller del cuerpo en toda regla! Me falta leer la entrevista que ha puesto Isabel. También me faltan horas de sueño y me sobra cansancio acumulado. También me falta mucha ropa por plegar (que no todo es pensar jj). Y también tengo muchas ganas de actualizar nuestra Biblioteca Nómada a la que quiero añadir cuatro libros (más el de Quima) (perdón por la cuña publicitaria). Por todo ello, no comento hoy vuestros comentarios, aunque les tengo a todos ellos muchas ganas. Sinceramente esto es lo que buscaba con el taller del cuerpo: reflexionar críticamente sobre el modelo social imperante sobre nuestro cuerpo y sobre la influencia que tiene sobre nosotras, mujeres, especialmente y sacar a la luz nuestras propias experiencias corporales que nos empoderan o nos machacan (algún día pondremos encima de la mesa el concepto de "itinerario corporal" que me parece una herramienta brutal de autoconocimiento). Y ha surgido algo sobre lo que yo en principio no pensé (porque sólo me centré en la mujer), la influencia de nuestras actitudes hacia nuestro cuerpo en nuestros hijos. Buff, fundamental para nosotras e importantísimo.

Os ruego me aviséis si se me va la pinza con el lenguaje y tono antropológico.

Seguimos. Esto no va a parar tan fácilmente aunque, Isabel, no quisiera interferir en tu estudio. Siempre se puede dejar en stand-by y retomarlo más adelante con permiso de la comunidad.

Besos!

Nuria, era broma, me esta gustando mucho.

Yo ahora estoy muy conforme, en mi caso soy delgada, asi que eso que me he ahorrado de presion y pelea, mi mayor neura era el exceso de vello, y empezar a estar con mi chico me supuso superarla y quererme más. Y, al quererme más, despreocuparme mas de muchas cosas.

Estoy estos días fuera, ya sigo otro día.

Un beso, isabel.

Muy interesante el tema, me he reído un poco-bastante con algunos de vuestros comentarios.

Habla una metro-cincuenta que sólo usó taconazos los 3 primeros años de tontuna noviera y que después de hacerse los pies polvo ya sólo los usa en ocasiones muy muy contadas y menos de 1h  

Para nuestra boda me costó horrores encontrar unos zapatos de novia que tuvieran un tacón discreto. Lo conseguí tras mucho buscar y en cuanto llegué al restaurante me calcé unos maravillosos zuecos de color a juego con el vestido y fui el resto de la tarde la mar de cómoda  

A mi los comentarios me los hacen más por los vestidos que por los tacones, ya que llevo casi 6 años dando teta y justo llevo todo ese tiempo sin usar vestidos (realmente es incómodo dar teta con vestidos  ) Así que llevo casi 6 años acudiendo a bodas, bautizos, comuniones y fiestas de guardar con unos estupendos pantalones de vestir, zapato normalmente muy plano y unas camisetas o camisas de vestir, pero de lo más cómodo y holguero del planeta.

Y a quien no le guste que no me mire, que yo me siento guapa, y no espero verme guapa en ojos de los demás, para mi la comodidad es primordial

Nuria, he leido que has leido la entrevista, ¿la conocías, o a su trabajo? ¿qué te ha parecido? ¿alguien más la ha leido y quiere comentar?

Besos:

Isabel

Kaixo,

Como el taller sobre el cuerpo me lo había pedido para Reyes y ya estamos en la víspera, y hoy me he despertado temprano y mi peque y mi pareja no parecen tener intención de hacerlo en breve... me he puesto a leerme todo este post que tenia pendiente.

Veo que van saliendo cosas interesantes, voy a ver qué puedo aportar de aquí a que la peque eche de menos la teta.

Ayer en Facebook uno de mis contactos colgaba un dibujito de Betty Boop con la frase "Recuerda amiga: los únicos que tienen derecho a lastimarnos son... los tacones" y los correspondientes "me gusta". No pude evitar acordarme de este post que había ojeado en su día.

En fin, yo es que no soy muy de dejar que me lastimen, ni la gente ni los tacones. Pero la frasecita hizo que se me juntaran esta frase con todos los "hay que sufrir para estar guapa" que he oído a lo largo de mi vida. El primero, obviamente no lo recuerdo, pero mi madre lo cuenta con sonrisa enternecida, es cuando en la residencia, recién nacida, me agujerearon las orejas y me pusieron los pendientes. Yo lloré, como es lo normal, y la monja, supongo que con la misma tierna sonrisa, le dijo esa frase a mi madre.

Después la oí de nuevo, siempre con ese tono simpático (como cuando esta noche le digamos a los amigos lo de "a ser buenos que si no los Reyes no traen nada"), cada vez que a alguna de nosotras nos rozó un zapato de vestir, cada vez que alguien empezó una dieta, cada vez que alguien sufría depilándose en casa, cuando alguien se quemaba por tomar el sol,... "hay que sufrir para esta guapa".

Dos datos curiosos: (1) los hombres de mi casa no sufrían para estar guapos, ni cuando les rozaban los zapatos ni si se cortaban afeitándose, para ellos no había frase. (2) cuando me rozaron las botas de monte o el sol me quemó por pasar más rato del debido colgada de una pared, nadie me soltó la frasecita, y eso que a mi la montaña, la escalada,... me aportan un estado anímico y un cuerpo serrano que me hacen sentirme especialmente guapa (de hecho es el único "sufrimiento" del que disfruto).

Yo he usado tacones, aunque rara vez he sufrido con ellos, los tacones cómodos existen y yo me pruebo muy concienzudamente todo el calzado. Los aparqué por voluntad propia, temporalmente, al final del embarazo (para poder caminar más y porque al final se me hincharon los pies), y los seguí aparcando cuando nació la peque porque paseábamos mucho y luego empezamos a montar en columpios y a correr... no eran prácticos. Pensaba retomarlos con mi trabajo de oficina... pero mi podólogo me puso las plantillas y se acabaron para siempre (o al menos para una muy larga temporada). De hecho se han acabado los tacones, pero también todo el calzado incompatible con plantillas que incluye todas las marcas que me gustan   . Ahora sobrevivo con dos pares sosos, muy muy sosos y queriendo que el verano no llegue nunca.

También he usado pendientes, los que me puso la monja de la frase... de los que una de mis orejas absorbió la tuerca (esto si acaso lo explico en otro momento), lo que me hizo dejar de lado los pendientes durante muchos años. Más tarde, en la universidad comprobé que a pesar de llevar más de diez años sin usarlos mis agujeros seguían ahí retomé el tema, e incluso me hice un tercer agujero (esta vez no lloré, ni sufrí para estar guapa... de hecho a mi madre le pareció un horror) y los he llevado los siguientes casi veinte años. No sé si tan grandes como los de Isabel... pero largos, eso sí, cómodos, sin mucho peso. Nació mi peque me arrancó uno (mejor dicho, lo hizo saltar, sin dañarme la oreja) y me emparanoié con la posibilidad de perder una tuerca entre su ropa y que se la tragara o yo-que-sé (madre añosa sobreprotectora   ). Así que ya tampoco llevo pendientes. Mi hija no tiene agujeros, pero eso también lo dejo para luego.

Entre una cosa y otra, ahora que he perdido estos dos símbolos sociales de la mujerez, es precisamente cuando más mujer me siento. Porque antes, no tenía demasiada conciencia de ello. Aunque ahora tampoco lo tengo del todo claro, la maternidad me ha hecho sentir muchas cosas nuevas que me han hecho despertar otra imagen de mi misma, ese ver mi cuerpo como algo que da vida, la trascendencia que supone ser mujer... Pero, por otro lado, tampoco acabo de identificarme con el colectivo. Cada vez que alguien a mi alrededor dice algo tipo "las mujeres somos... y los hombres son...", yo suelo identificarme más con lo que esas mujeres piensan de los hombres.

Así que el sentirse o no sentirse mujer... es algo tan relativo. Yo me siento yo, siempre me he sentido. Ahora, como madre, me siento un yo con más posibilidades.

En fin, me está quedando un post muy largo, así que lo dejo aquí y lo retomo en otro momento, para tratar el tema de las identidades sexuales (muy interesante la entrevista Isabel).

Sólo un último apunte, retomando el post con que esto se iniciaba y la absurdez de la frase "no por estar embarazada dejas de ser una mujer". En euskera, precisamente, la palabra mujer es emakume que etimológicamente significa "la que da crías". Desconozco la etimología de la palabra mujer en otros idiomas, pero dudo que en alguno sea "la que lleva tacones".

Hola:

Me ha encantado lo de la reflexión etimológica, alo mejor dentro de miles de años sí es "la que lleva tacones".

Me pasa además lo mismo, con los "es que nosotras somos..." ¿nosotras? seremos cada una de nuestra madre y de nuestro padre, ¿no?. Lo mismo para los chicos, claro.

Os pongo un articulillo que venía el otro día en la revista S moda.

http://smoda.elpais.com/articulos/la-perfeccion-por-ana-pastor/4288

No sé si es más subversivo esto o si sería incluso más chocante poner gente gordita, bajita, culona, tetona... en los escaparates, pero me ha gustado encontrármelo en una revista de moda.

Otros que he podido leer en esa revista:

http://smoda.elpais.com/articulos/cuerpos-fuera-del-canon/4135

http://smoda.elpais.com/articulos/guia-del-nuevo-feminismo/4012

http://smoda.elpais.com/articulos/caitlin-moran-me-llamaron-macho-por-hablar-de-la-masturbacion-femenina/3573

Esta es la autora que creo que he mencionado (la del cerebro en un tarro), la conocí en esta entrevista, me compré el libro y me gustó mucho su enfoque deslenguado e irónico.

Luego lo demás es idéntico a otras revistas de moda, pero de vez en cuando se sacan alguno así, un poco diferente...

Besos:

Isabel

Isabel,
Tengo pendiente de escribir sobre la entrevista. Creía haber dejado una pequeña idea aquí pero estaba con Simone y se debió de quedar en el ciberespacio. A mí me entusiasmó la entrevista. Ahora estoy muerta literalmente, pero volveré a leerla y comentar. Me quedé con la idea de que las relaciones sexuales se aprenden y asumir que no hay más que una posibilidad forma parte de las "esencias" que nos creamos como personas. Entre ellas ser hetero o no. No puedo evitar pensar en que el sexo se aprende. Antes de los quince (no recuerdo bien) me acuerdo perfectamente de la primera vez de un seudosexo oral con un chico. ¿Me gustó? Pues no demasiado. Pero forma parte de un aprendizaje y eso no quiere decir que no lo llegues a disfrutar y mucho. Con lo cual estoy segura de que esto es extrapolable a todo tipo de relaciones sexuales, con hombres, mujeres, prácticas diversas, etc. Al final el sexo es placer y saber disfrutar de él. Y a eso aprendemos.

Muchas cosas a comentar sobre cuerpos... Mi tema favorito... Continuaré...

Besos!

Hola:

Os pongo una entrada de un blog, y un video, que yo misma no he tenido tiempo de ver entero. Cuando lo vea os digo, tiene buena pinta (de estar bien hecho y ser de cabrearse mucho).

http://blogs.elpais.com/mujeres/2014/01/la-mujer-normal-ha-muerto.html

Besos:

Isabel

Entro para cambiar el título.

Besos:

Isabel

Hola

no he podido ver el video. Me llegó por fb el otro día también y me come la curiosidad... A ver si encuentro un hueco!

Quería comentar una anécdota que sucedió el otro día en el parque. Un niño de cinco años que andaba por allí yendo y viniendo, se paró a hablar con nosotros. Y en un momento dado dijo: pues mi mamá está gorda.    Yo me quedé sin saber qué decir... y al final dije: gorda? pero da igual que las personas sean gordas, seguro que tu mamá es muy buena, muy cariñosa, etc... (la verdad es que me salió un discurso un poco rollo) Y el niño insistía, muy seguro de sus palabras: nooo, mi mamá está gorda.

Al rato se fue con la mamá y he de decir que la mamá no me pareció gorda. Es decir, tenía sus caderas anchas, algo de barriguita,... talla 44 a lo sumo.

Y luego, pensando sobre esto, me pregunto: un niño de cinco años tiene la capacidad de valorar si su madre está gorda? o quizás es que su madre lo dice delante de él (qué gorda estoy, debería adelgazar, vaya tripa tengo... etc etc) y es ese el mensaje que le transmite?

Yo observo a HH (5 años) y no se fija en los defectos de los demás. Creo que los niños son personas sin prejuicios. No catalogan, no definen a los demás por sus características físicas...

no sé si estoy en lo cierto...

besos!

No tengo tiempo de contestar. Has abierto un debate muy interesante. El niño no ha llegado por sí mismo a esa conclusión, que ha sido copiada por el insistente mensaje de su entorno. Muy probablemente de su madre. Mi cuñada y su amiga pesan más de cien kilos (una de ellas bastante más, ni lo sé) y jamás Ulises ha dicho "mi tía está gorda". Como mucho y porque ellas se ríen de sí mismas de su volumen suele hacer alguna broma. Pero broma nada llena de prejuicios, y menos con etiquetas. Son las bromas que ellas mismas hacen.

Seguimos.

Besos!

Yo, no sé muy bien de dónde lo saqué, pero de pequeña sí me fijaba en esas cosas. Incluso en los propios niños, sobre todo en relación conmigo.

Yo quería tener el pelo largo, como las otras niñas, llevar vestiditos al cole, como las otras niñas, que me dejasen pintarme las uñas, como a otras niñas...

No sé porqué, pero quería ser otra niña, una más guapa, más delgada, más flexible, con el pelo largo, quería poder hacerme trenzas (hablo de párvulos porque me acuerdo de con qué niñas me comparaba, y eran de párvulos), y eso que en mi casa no era un tema al que se le diese mucha importancia, más bien al contrario: mi madre no era una mujer "femenina" al uso: era activa, vestía muy de sport, trabajaba fuera de casa, era moderna y prática.

Me valoraban mucho el ser una niña inteligente u otras cualidades que podía tener (bueno, y que ahora miro las fotos, y yo sí era una niña bonita, patosa, pero bonita, -morenita, pelo ondulado, triponcilla- como todas), me decían cosas bonitas, como a todos, me han querido mucho, o eso he sentido yo siempre.

No era todo el rato, y he tenido una infancia feliz, pero sí tenía de muy pequeña como una nostalgia por ser de otra manera, a veces. Me gustaba mucho ver revistas tipo Telva o Hola que tenían en casas de otras niñas (en mi casa era el suplemento del Pais y Cambio 16: no eran bonitas, no se entendía nada), armarios de baño llenas de potingues de colores...

No sé, a lo mejor tuve una princesitis reprimida y de haber podido sacarla del armario no me habría ni dado cuenta. Por eso a veces, cuando las niñas muy pequeñas piden cosas "de niñas", me cabe la duda de si es mejor ceder en algo y así no dejar que se convierta en algo importante.

En fin, para resumir, aquello pasó (no hay más que verme ahora). He sido a veces diferente en algunas cosas (me gustaba mucho leer, se me daban fatal los deportes y juegos, era una niña como muy "mayor"). Al principio pienso que darme cuanta de eso (que no era del todo como las demás) me lo hacía pasar mal, luego me pareció un motivo para sentir orgullo. Luego, ni una cosa ni otra: ser "como los demás" es una falacia: cada uno es cada uno.

Sobre la gordura: una tía mía, con sus hijos biológicos ya crecidos y ella con más de 50 años, adoptó dos niños, ya un poco mayorcitos. A los niños les encantaba que ella ya fuese un poco gordita, que tuviese chichillas: le tocaban los brazos, donde se le descolgaba la piel, y le decían: "mamá, estás blandita", con una cara de gusto que derretía el corazón. Veían las chichas y la piel flojita como un cojín, como un mimo...

Besos:

Isabel

Pero que jugoso está ésto!
Acabo de descubrir el post y bueno, como aportación puedo describir el daño/influencia que puede tener una madre en estos temas de autoestima femenina en mis propias carnes.
Mi madre siempre se despreció mucho a sí misma, una autoestima pésima que sin darse cuenta se encargó de transmitirnos a mí y a mi hermano cual herencia genética.

Ella está bastante rellenita, es su constitución, pero tiene una idea totalmente deformada de sí en todos los aspectos físicos y emocionales, que si es tonta, que si desgraciada por no tener ésto o aquello y un laaargo etcétera.
Cuando éramos pequeños (incluyo a mi hermano porque él también lo ha sufrido y lo sufre) a mí me decía que tenía las orejas de soplillo, que piernas más gordas y cortas que tienes, has salido a mí.... También recuerdo que lo que más lamentaba era que yo no hubiéra salido rubia como ella y con los ojos azules, eso era lo único bueno que ella pansaba que tenía y yo salí a mi padre, pelo rizado y negro como el tizón y ojos oscuros. Así que desde muy pequeña me cortó el pelo a lo chico porque ese pelo de estropajo era muy feo, y así lo llevé hasta que pude decidir.

Yo crecí con una autoestima por los suelos, pero siempre estuve muy orgullosa de parecerme a mi padre y nunca me he teñido porque soy yo, y como soy yo es bello.
El problema más grande ha sido con el peso, no puedo decir que sufriera anorexia porque nunca estuve ingresada en un hospital, pero los 16 a los 23 años pesaba 42kg y mido 1'61, no comía, evitaba ir a todos los eventos en los que hubiera comida por en medio. Mi mayor terror era parecerme a mi madre, no quería ser una desgraciada como ella, estaba segura que si tenía un kilo de más nadie me iba a querer! Mi hermano sigue con el problema del peso, y se ha convertido en un adicto al gimnasio y a la dieta y nunca lo verás en una piscina o sin camiseta.

Con ésto solo quiero expresar que desde la más tierna infancia los niños ven, oyen y sienten la presión de lo que se espera de ellos como adultos de éxito más o menos queridos dependiendo de lo "amoldados" que estén a las exigencias caprichosas de la sociedad.
Creo que si les ahorramos este sufrimiento al menos los primeros años, podrán sentar unas mejores bases de la percepción del "yo" verdadero y al menos tendrán un criterio más genuino y menos distorsionado de los conceptos belleza, amor a uno mismo y amor al mundo que les rodea.
A mí me costó varios años de terapias y trabajo personal aceptar y comprender que mis "complejos" habían sido la herencia que mi madre me dió, que por fín me siento bella porque soy perfecta tal y como soy por el simple hecho que soy YO, que el cuerpo cambia, se transforma, se mutila, pero no deja de ser el recipiente de lo más preciado que tengo, que és mi corazón y que és suficientemente grande como para darme amor a mi cuerpo y a todo lo que tengo a mi alrededor.

Me encanta este tema, me apunto al taller del cuerpo, que vivan los cuerpos grandes, pequeños, curvos, graciosos, chaparritos y largotes!

No tengo nada de tiempo ahora porque estoy a tope con la etapa final del curso y tengo que estudiar, pero a colación del último post de Noa, me gustaría aportar mi experiencia personal.

Soy bajita, muyyyy bajita, nunca lo he visto un problema, jamás me ha preocupado, pero a otros a mi alrededor (empezando por mis padres) sí que les pareció un problema en su día y mis hermanas y yo lo sufrimos.

Mido 1,50, la más bajita, mi hermana mayor rondará el metro sesenta y la pequeña estará por el metro 57, pero no le podemos pedir más a una madre de 1,45 y a un padre que no llegaba ni de lejos al metro 70. Para mí nunca fue motivo de complejos, incluso aunque los niños en el cole me dijeran aquello tan cruel de "plantavit enana, plantavit" yo no me dejaba achantar.

Sin embargo mi padre trató por todos los medios que creciéramos más dándonos calcio 20 a litros e inyectándonos hormona del crecimiento, no sirvió para nada, sólo para que mi hermana pequeña sufriera tremendos complejos con su cuerpo y bueno, yo, pues no diré que pienso que soy perfecta, pero para mi la altura jamás fue un problema y de hecho, me trajo algunas ventajas, que ahora comentaré.

Yo soy bióloga, siempre he tenido buena cabeza para los estudios, yo era la hermana "lista", a la que mi padre inculcó desde pequeña que yo no ganaría nada en el futuro gracias a mi cuerpo, así que me obligó desde siempre a cultivar mi cerebro. No dudo que eso ha dejado secuelas en mi forma de ser, en como me comporto en la actualidad y en por qué ahora pienso que la mente es tan importante y que el cuerpo no lo es tanto.

Con Victoria cultivo mucho esa autoestima, es bajita, muy bajita, pero es que Manolo mide 1,64, no le vamos a pedir peras al olmo, no va a crecer mucho, yo no le doy importancia, pero desde la familia la llevan machacando desde muy chiquitina y aún no ha cumplido los 6 años.

Yo le digo que la altura no es tan importante, que lo importante es el corazón, la bondad, la honradez, el trabajo bien hecho, en este sentido sé que peco un poco como era mi padre y a lo mejor la presiono demasiado para que cultive su mente, pero de verdad, creo que el tema está en la fuerza mental. Y si uno tiene una cabeza bien plantada e ideas sólidas costará más trabajo que otros vengan y te dañen con comentarios crueles.

Yo nunca he visto un impedimento en mi altura, bueno sí, que nunca podré trabajar de modelo, o de azafata de avión, o en una tienda de ropa, pero sé y me consta que en mis tiempos de adolescencia y juventud (que no digo que ahora no sea joven, sólo que estoy cansada, jejejeejeje) que había muuuchos chicos pirrados por mis huesitos, sí, a pesar de mi corta estatura, había chicos muy majos que estaban loquitos por mi, que pena que en aquella época yo fuera tan tímida, de ser como soy ahora otro gallo me hubiera cantado       

En fin, que sólo quería comentar eso, no estaré al 100% satisfecha con mi cuerpo, supongo que cualquier mujer e incluso todos los hombres tiene "sus complejos", pero pienso que esa preocupación de mis padres por mi altura hizo que cultivara otra faceta de mi que seguramente de otra forma hubiera pasado más desapercibida.

Perdón si he divagado un poco, llevo 3 noches de dormir muy poquito y con la cabeza saturada por los estudios, y estos días de fuerte viento, que me sientan fatal a coco.

Besitos lácteos al cuadrado a todas, bajitas y altas   

Hola:

Os pongo un par de artículos. Del primero no me valen todos los ejemplos, pero salen alguna de mis actrices predilectas (Emma Thompson, las Kates (Winslet, sobre todo, pero también Blanchet), Tina Fey...

http://www.huffingtonpost.es/2014/01/30/actos-feministas-hollywood_n_4693384.html?utm_hp_ref=spain

Este es sobre los tacones, por incidir más en el tema inicial. Y sale también Emma Thompson (de mayor quiero ser como ella).

http://www.huffingtonpost.es/2014/01/13/odiar-tacones-famosas_n_4587573.html

Ahora leo lo que habéis escrito.

Besos:

isabel

Hola:

Me parece tremendo que se socave la autoestima ya desde casa, siendo sobre todo que no creo que nadie quiera dañar a sus hijos a ese respecto.

Manuel es muy bajito y pequeño, y lleva un tiempo en que se lo dicen en el cole. No solo es un niño muy inteligente: es también una preciosidad, rubito de ojos negros, sonriente, esbelto y bien proporcionado (y si no daría igual, pero es que es un niño bonito). Bueno, yo qué voy a decir.

Yo siempre le digo que me alegro, porque así hemos podido cogerle más en brazos, llevarle a hombros (su papá), dormir más tiempo juntos, y además así es más ágil, se puede esconder mejor... Eso le digo yo. También que su papá no es muy alto, y todos le quieren mucho.

De momento creo que lo que le decimos nosotros le influye más que lo que le dicen por ahí. Ya iremos viendo.

Mi caballo de batalla de más mayor fueron los pelos. De lo demás, no me he quejado nunca, en parte porque no le daba tanta importancia, y en parte sinceramente, porque no había grandes batallas que pelear en él: no soy un pibón, ni llamo la atención por el físico, pero es que eso ya es un plus: creo que sólo el hecho de no tener problemas de peso hace que la vida pueda ser muy distinta y más fácil para una, por lo que veo y leo (entre otras cosas por aquí), Vamos, que el mérito es en cualquier caso relativo.

Sobre los pelos: ahora estoy también más relajada al respecto. Me quito unos gordos que tengo en la barbilla por ejemplo para ir a los exámenes y cosas así, (no quiero que en lo que se fijen sea eso), o si están duros, y me noto que se me van las manos a enredar con ellos, porque a veces me hago heriditas, o si me da por ahí en general pero ya hace mucho que no me agobia el tema. En parte por madurez, en parte, aunque me toque las narices reconocerlo, (tan feministas que somos), porque conocer, tratar y querer a mi chico, y que él se enamorase de mí y ver que yo le gustaba me curó de la neura de una vez y para siempre. Es justo decirlo: tuve mucha ayuda.

Creo que él ha tenido bastante que ver en mi actual relación con mi cuerpo, relajada, y sin prejuicios. En parte por su ejemplo (él tiene una relación así con el suyo), en parte por su actitud hacia mí.

Un beso:

Isabel

Interesante el artículo, pues parece que las famosas también se dan cuenta de la tortura, ole por ellas! porque su presión social es 10000 veces más fuerte que para nosotras.

Quiero añadir un dato histórico curioso:
Los primeros zapatos de tacón se fabricaron especialmente para los caballeros para encajar en los estribos del caballo, y el personaje puso los zapatos de tacón ALTO de moda fué Luis XIV, y posteriormente los estuvo utilizando la nobleza masculina francesa. Y no fué hasta bastante más tarde que la mujer se empezó a poner el dichoso invento.

Así que chicas, si quiere su majestad Luis XIV, se puede meter su invento en los pies o donde le quepan, porque yo personalmente lo siento mucho pero no estoy dispuesta a dejar de disfrutar mi vida por aparentar tener una altura irreal.
Es mi opinión personal y con ello no pretendo molestar a nadie, que es verdad que hay chicas monísimas andando todo el día arriba y abajo con los tacones, pero yo todavía no he encontrado unos zapatos de tacón que me vayan cómodos.

Ay, el taller del cuerpo. A propósito Isabel, no sé porqué lo has puesto en interrogantes... Ya es el taller del cuerpo, aunque sea a trancas y barrancas. No creo que necesite ya de algo más oficioso ni oficial jjj.

Se me acumula mucho la tarea. El vídeo no lo he podido acabar de ver... es tremendo y da para mucho. Ahora no tengo tiempo. Ya digo que se me acumula la tarea. En cuanto pueda... Uff, un día haré un recopilatorio en un post de todo el material que ha ido saliendo (no de los comentarios, porque si no no acabamos jj). No quiero que se pase nada.

Para mí el cuerpo es un tema fundamental. Creo que tenemos mucho que aprender a través de este post. Y hasta ahí puedo leer.... No tengo tiempo para más. Pero gracias Isabel por el material y a todas por los comentarios.

Besos!

Yo tampoco tengo tiempo ahora, pero, comentar que una página que pusisteis aquí hablando sobre la visión de un niño sobre su madre..que no se quería,...como se llamaba¿ ..el día que descubrí que mi mama era fea o algo así??..me llego al corazón....yo tengo la autoestima fatal...pero no se me ha vuelto a ocurrir decir algo en plan: jo, mira que fea mama o mira que gorda mama..delante de ellos....

El artículo me abrió los ojos...ni se me había ocurrido el punto de vista...y lo que llore cuando lo leí...es este:


http://www.proyecto-kahlo.com/2013/07/como-transmitir-el-odio-al-cuerpo/

Hola

Bueno este episodio me hizo pensar en este post,la otra noche estabamos viendo una pelicula con mi esposo, era barba azul la version rusa, recuerdan era un rey que se habia casado 7 veces y nadie sabia que habia pasado con las 7 mujeres, entonces a la ultima esposa le dice,tengo que viajar, toma todas las llaves del palacio, pero jamas uses esta llavecita, esta habitacion esta prohibida, que hace la esposa en cuanto se va el rey, entra al cuarto y descubre a todas las esposas degolladas...

Bueno mi esposo me dice que salvajismo,claro pienso yo, pobres mujeres, el me dice darle a una mujer 100 llaves y pedirle que no entre a una habitacion, eso es condenarla a muerte.

otro caso, se da una funcion de titeres a una seccion de niños ( 4-6 años) se les dice que el protagonista no debe bajar su espada pq el dragon lo matara, en medio de la actuacion el heroe dice: que cansado estoy,puedo bajar mi espada? el coro de niños le grita nooooooooooooooo, cuidado con el dragon.
Mismo escenario, con niñas, misma pregunta del heroe, una vocecita del fondo grita si si bajala para ver que pasa.

Las mujeres somos asi de curiosas???

Besos