Cuando toca decir "NO". Una experiencia.
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Cuando toca decir "NO". Una experiencia.
Hola amigas, el evento que voy a compartir es muy cotidiano, muy intrascendente, pero muy significativo también. Primero, porque solemos desahogarnos por nuestros fracasos y son menos las veces que logramos identificar y convertir en texto nuestros aciertos.
El jueves por la noche, cuando llegaba el momento de prepararse para dormir Bruno me dijo: quiero jugar un rato con el word, hoy no quiero que me leas ningún cuento, ¿hacemos ese trato?. Le dije que sí, reafirmándole qué era eso que resignaba a cambio de su juego en la computadora, para que entendiera que se trataba de una opción. Lo confirmó.
Era de suponer... cuando llegó el momento de dormir reclamaba los cuentos, protestó, le dije que se había hecho tarde, que había utilizado ese tiempo en otra cosa, y que elegir una cosa implicaba resignar otra. Lo acompañé a la cama, llamó al padre, probó con él si colaba y le contó un cuento pero sin leer, que era lo que pedía. Volví, en resumen todo se demoró más de lo esperable. Aunque finalmente se durmió luego de varias vueltas. Al día siguiente le recordé el tema de las opciones, y entre explicaciones y distracciones, eligió el cuento.
Lo relacionaba con esta reflexión: "En la historia argentina se suceden los dilemas. Un dilema no es un problema. No tiene solución. Un dilema se destraba con una decisión.” (Tomás Abraham) Y sigue planteando que cuando de toma una decisión, deben de asumirse los costos, y ese sería el trasfondo de la política.
Les decía a mis alumnos adolescentes la semana pasada que todos nos enfrentamos a dilemas, y en la vida de los niños ese aprendizaje me parece valiosísimo. Darles libertad es también que aprendan a usarla, no es libre manejar la vida de los otros al propio antojo, sino manejar la propia con responsabilidad, entendiendo lo que resignamos cada vez que elegimos, y valorando lo bueno de las elecciones que hacemos.
Bueno, como se dice por estos lares, "se las dejo picando".
Un abrazo!
El jueves por la noche, cuando llegaba el momento de prepararse para dormir Bruno me dijo: quiero jugar un rato con el word, hoy no quiero que me leas ningún cuento, ¿hacemos ese trato?. Le dije que sí, reafirmándole qué era eso que resignaba a cambio de su juego en la computadora, para que entendiera que se trataba de una opción. Lo confirmó.
Era de suponer... cuando llegó el momento de dormir reclamaba los cuentos, protestó, le dije que se había hecho tarde, que había utilizado ese tiempo en otra cosa, y que elegir una cosa implicaba resignar otra. Lo acompañé a la cama, llamó al padre, probó con él si colaba y le contó un cuento pero sin leer, que era lo que pedía. Volví, en resumen todo se demoró más de lo esperable. Aunque finalmente se durmió luego de varias vueltas. Al día siguiente le recordé el tema de las opciones, y entre explicaciones y distracciones, eligió el cuento.
Lo relacionaba con esta reflexión: "En la historia argentina se suceden los dilemas. Un dilema no es un problema. No tiene solución. Un dilema se destraba con una decisión.” (Tomás Abraham) Y sigue planteando que cuando de toma una decisión, deben de asumirse los costos, y ese sería el trasfondo de la política.
Les decía a mis alumnos adolescentes la semana pasada que todos nos enfrentamos a dilemas, y en la vida de los niños ese aprendizaje me parece valiosísimo. Darles libertad es también que aprendan a usarla, no es libre manejar la vida de los otros al propio antojo, sino manejar la propia con responsabilidad, entendiendo lo que resignamos cada vez que elegimos, y valorando lo bueno de las elecciones que hacemos.
Bueno, como se dice por estos lares, "se las dejo picando".
Un abrazo!
Alfonsina- Nivel Experto
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Re: Cuando toca decir "NO". Una experiencia.
Pues a mi esto es lo que me estaba faltando aplicar, claro, con una nena de dos es dificil aplicarlo, pero llegados los tres va siendo hora de ir ayudandolos a que aprendan a usar su libertad! llevo dos días aplicándolo y me asombra lo sensata que es mi hija, lo comprensible que puede resultar, si es que en primer lugar, yo como adulta no grio y mas bien con voz baja le digo lad cosas, también si como madre estoy pendiente de ayudar a enconrar la causa de su molestia.
Ayer, no quería dormir la siestar, el nene está con mocos y no pudimos salir al parque, pasó la mañana entreteniéndose sola y se aburrió mucho. en otro momento no la hubiese hecho dormir pero el dia anterior se durmió a las 22h00 y se levantó a las 6h40, además mi mami venía y si no dormía pr la tarde estaría de pésimo genio. Se lo dije, nos encerramos en el dormitorio y aunque refunfuñó un poco, se durmió. Por la noche salimos a pasear y en un momemto de descanzo le recordé lo bien que estábamos pasando racias a que ella recargó su energía con la siesta y ella solo me abrazó sonriente.
Ahora, a media mañana me vino a ver diciendo que tenía hambre, le di a elegir entre chochos cornflakes y me dijo chochos, mientras el padre le servía encontró un chupete (remanente de la fiesta) y vino corriendo a que se lo abriera, le dije que no porque eso no alimenta, que además ella me había pedido chochos y sini que yo tuviera que negociar, me dijo que se comía los chochos y que de ahi le abrierael chipete, le dije que me parecía justo, y asi lo hicimos, chupó un poco el chupete y me lo trajo diciendo que ya no quería mas porque se le dañan las muelas
Y si, son situacionoes intracendentes del día a día pero que si los padres no estamos en lalabor de estar con lasntenitas de vynil puestas, podemos ir descarrilándolos a ellos y a nuestra relación con ellos de paso.
Ayer, no quería dormir la siestar, el nene está con mocos y no pudimos salir al parque, pasó la mañana entreteniéndose sola y se aburrió mucho. en otro momento no la hubiese hecho dormir pero el dia anterior se durmió a las 22h00 y se levantó a las 6h40, además mi mami venía y si no dormía pr la tarde estaría de pésimo genio. Se lo dije, nos encerramos en el dormitorio y aunque refunfuñó un poco, se durmió. Por la noche salimos a pasear y en un momemto de descanzo le recordé lo bien que estábamos pasando racias a que ella recargó su energía con la siesta y ella solo me abrazó sonriente.
Ahora, a media mañana me vino a ver diciendo que tenía hambre, le di a elegir entre chochos cornflakes y me dijo chochos, mientras el padre le servía encontró un chupete (remanente de la fiesta) y vino corriendo a que se lo abriera, le dije que no porque eso no alimenta, que además ella me había pedido chochos y sini que yo tuviera que negociar, me dijo que se comía los chochos y que de ahi le abrierael chipete, le dije que me parecía justo, y asi lo hicimos, chupó un poco el chupete y me lo trajo diciendo que ya no quería mas porque se le dañan las muelas
Y si, son situacionoes intracendentes del día a día pero que si los padres no estamos en lalabor de estar con lasntenitas de vynil puestas, podemos ir descarrilándolos a ellos y a nuestra relación con ellos de paso.
Invitado- Invitado
Re: Cuando toca decir "NO". Una experiencia.
Poder con esta parte me parece una de las más difíciles. Hay que tener mucho arte. Yo creo que pasa por estar segura. Esa seguridad te permite ser fuerte para que el nene encare el dilema, como tú lo llamas. En cuanto flaqueas, no tienes fuerzas y acaban pasando las dos cosas, en tu ejemplo, ver el word y contar los cuentos. A mí me ha pasado bastantes veces. Es un fracaso en cuanto que tú habías planteado de entrada que había que elegir. Si planteas elección debe ser sí o sí, elección sin posibilidad. Si tú estás convencida de que es necesario el dilema tienes mucho ganado y trae muy buenas consecuencias para que afronte el siguiente dilema. Yo lo he comprobado, cuando el niño va asumiendo esto y tú con él, se gana mucha paz en la convivencia además de mucha razonabilidad. Es muy positivo y me parece muy conveniente que lo escribas en este post.Darles libertad es también que aprendan a usarla, no es libre manejar la vida de los otros al propio antojo, sino manejar la propia con responsabilidad, entendiendo lo que resignamos cada vez que elegimos, y valorando lo bueno de las elecciones que hacemos.
Vamos aprendiendo...
Besos!
odisea- Nivel 5
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Re: Cuando toca decir "NO". Una experiencia.
Mi madre siempre me ha dicho, como resumen de la educación de los niños, que de pequeños hay que darles atención y cuando son un poco más mayores, autonomía...
Para mi es el resumen de la sabiduría de una vida. Y en el fondo, refleja bastante el planteamiento que haces. Dar autonomía significa dar libertad, y con ello, tener que aprender a manejarla...
Para mi es el resumen de la sabiduría de una vida. Y en el fondo, refleja bastante el planteamiento que haces. Dar autonomía significa dar libertad, y con ello, tener que aprender a manejarla...
Blanca B- Nivel 5
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Re: Cuando toca decir "NO". Una experiencia.
Y es que vuelvo a subrayar esta frase, entre atención y atención de Simone. Porque es fundamental en esta vida. Y cada vez lo veo más claro, aprender a ser mejores padres es aprender a ser mejores personas. ¡Mejoremos como personas y mejorar como padres vendrá solo!entendiendo lo que resignamos cada vez que elegimos, y valorando lo bueno de las elecciones que hacemos.
Besos!
odisea- Nivel 5
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Re: Cuando toca decir "NO". Una experiencia.
Pues aunque se lea simple, es un tema delicado.
Las palabras de Nuria me han entrado extrañas al comprenderlas en su amplitud, porque cuando alguna vez las oí de otra persona no las sentí tan “reales”.
Nos pasa en casa, nos pasa todo el tiempo con la nena, y aunque aun es pequeña para darle los argumentos que le has dado a Bruno, yo tengo la tarea de poner siempre sus sentidos alerta.
Aunque la hora de dormir la tenemos cubierta, pues ella aun tiene su tética, en el transcurso del día las elecciones, los frenos y las explicaciones y razones nos abundan. Algunas veces: “Si tomas helado, ya no te doy galletas”, otras “si quieres globos ya no compramos burbujas”, pero cuando sale con papá los límites nos existen y hasta han llegado a casa con una canasta llena de cosas que no vamos a comer, que no solemos nunca comprar, y que solamente se han comprado porque a la nena le llamo la atención, y ni conoce, ni le afectaría si las compra o no.
Cuando he encarado a papá con el tema de los limites y el ejercitar el no con una explicación razonable y cariñosa a la niña, él argumenta que no puede, que no tiene la seguridad y las palabras que tengo yo para argumentarle, y que al final el termina en ridículo, porque le dice “no, porque la mami se va enojar”, es una triste manera de hacerme quedar mal con ella, cuando podría explicarle que esas, díganse, galletas no las come, son muy dulces, o lo que sea, pero argumentos cariñosos y respetuosos hacia la nena. Sin que afecten la relación de ninguno con ella.
Entonces me veo a veces educando a dos niños, argumentando con dos personas de diferentes edades pero aparentes situaciones mentales similares; y no sé cómo encararlo a veces, porque resulta que puedo verme en algún momento desautorizando al padre sin intención, o con la intención de evitar sembrar en la nena la idea de que con exigencias y berrinches lo puede obtener todo en la vida.
Al final Romina, te he robado el post, es una de las grandes cosas que no sé cómo escribir, que no encuentro el tiempo para explicar, pero que pasan a menudo por estos lares.
Te ofrezco disculpas, y todo mi cariño.
Besos.
Las palabras de Nuria me han entrado extrañas al comprenderlas en su amplitud, porque cuando alguna vez las oí de otra persona no las sentí tan “reales”.
Nos pasa en casa, nos pasa todo el tiempo con la nena, y aunque aun es pequeña para darle los argumentos que le has dado a Bruno, yo tengo la tarea de poner siempre sus sentidos alerta.
Aunque la hora de dormir la tenemos cubierta, pues ella aun tiene su tética, en el transcurso del día las elecciones, los frenos y las explicaciones y razones nos abundan. Algunas veces: “Si tomas helado, ya no te doy galletas”, otras “si quieres globos ya no compramos burbujas”, pero cuando sale con papá los límites nos existen y hasta han llegado a casa con una canasta llena de cosas que no vamos a comer, que no solemos nunca comprar, y que solamente se han comprado porque a la nena le llamo la atención, y ni conoce, ni le afectaría si las compra o no.
Cuando he encarado a papá con el tema de los limites y el ejercitar el no con una explicación razonable y cariñosa a la niña, él argumenta que no puede, que no tiene la seguridad y las palabras que tengo yo para argumentarle, y que al final el termina en ridículo, porque le dice “no, porque la mami se va enojar”, es una triste manera de hacerme quedar mal con ella, cuando podría explicarle que esas, díganse, galletas no las come, son muy dulces, o lo que sea, pero argumentos cariñosos y respetuosos hacia la nena. Sin que afecten la relación de ninguno con ella.
Entonces me veo a veces educando a dos niños, argumentando con dos personas de diferentes edades pero aparentes situaciones mentales similares; y no sé cómo encararlo a veces, porque resulta que puedo verme en algún momento desautorizando al padre sin intención, o con la intención de evitar sembrar en la nena la idea de que con exigencias y berrinches lo puede obtener todo en la vida.
Al final Romina, te he robado el post, es una de las grandes cosas que no sé cómo escribir, que no encuentro el tiempo para explicar, pero que pasan a menudo por estos lares.
Te ofrezco disculpas, y todo mi cariño.
Besos.
Invitado- Invitado
Re: Cuando toca decir "NO". Una experiencia.
Ya sé que el post data de hace un tiempecito, pero no veo el motivo para abrir otro cuando de éste podemos seguir sacando provecho. En su momento lo leí atentamente, pero no ha sido hasta hoy que encontré motivos para intervenir.
Decir que NO es muy difícil, pero lo más difícil es hacerlo bien. O, como mínimo, estar convencid@ de que es lo correcto.
Yo, en general, uso el recurso "pacto" para conseguir la colaboración de Inés en muchos temas, y suele funcionar. Lo que pasa es que mi niñita crece intelectualmente y me plantea retos y dudas constantes. Por ejemplo, ¿es de recibo que reclame constantemente mi atención o la de su padre en forma de exigencia? Yo creo que no. Máxime cuando se le ha explicado que en ese momento nos debemos a otras exigencias ineludibles del día a día (hacer la cena, lavar los platos, tender la ropa, etc...). Con ella no sirve el "espera que acabe". Sé que es bastante común que un niño quiera las cosas al momento, pero también lo es que los adultos no podamos atenderles a cada instante.
Pues bien, resulta que desde hace una semanita, más o menos, Inés nos exige de forma perentoria que hagamos por ella cosas que puede hacer por sí misma. Sé que me vais a decir que reclama atención...pero es que no es que le falte precisamente. Este fin de semana me he visto en la tesitura de mantener una postura (decir No y mantenerlo) y creo que era necesario para el bienestar de todos en familia, porque así de paso le he dado a papi un ejemplo práctico de cómo llevar a cabo algo así de forma pacífica.
Resulta que Inés se encontraba jugando encima de nuestra cama (por elección de ella) con sus peluches. Mientras, papi se duchaba y yo preparaba la comida. En esto que se escucha un grito estridente y quejicoso que me hizo pensar que se había caido de la cama. Salgo corriendo y me la encuentro encima del lecho. Sin darme tiempo a preguntar me dice: "¡Quiero que me cojas y me lleves al comedor!". Aprendida la lección de una vez anterior me mordí la lengua para no señalarle que tiene pies para hacerlo ella misma. Habíamos estado por ella toda la mañana, pero en ese momento (aprovechando SU decisisón de jugar solita en la "tabición") estábamos haciendo cosas necesarias. Lo suyo era una exigencia, no una necesidad.
Conversación:
- En esta casa las cosas no se piden a gritos. Mamá ya te ha explicado cómo hay que hacerlo.
- No puedo...(lloriqueando).
-¿Por qué no?
-Porque mi corazón está cansado
-Bueno, pues yo te ayudo: "Mamá, por favor, llévame al comedor en brazos".
- No puedo (llorosa, pero sin lágrimas).
-Pues yo creo que sí, cariño. No me voy a mover de aquí, pero si no me lo pides, no te llevaré.
-(Minirabieta) ¡Cógeme, cógeme! ¡CÓGEME!!!!!
Y así me mantuve, calmada, mientras ella de pie en la cama se me colgaba del cuello. Yo la abrazaba y la besaba, mientras la animaba a pedírmelo correctamente.Estuvimos así unos 7-8 minutos, repitiendo exigencia y yo negándome si no lo decía correctamente...Al final:
-Mami, por favor, llévame allí contigo.
Un abrazo,un beso y una felicitación por lo bien que me lo había pedido...Creo que fueron unos minutos bien empleados.
Decir que NO es muy difícil, pero lo más difícil es hacerlo bien. O, como mínimo, estar convencid@ de que es lo correcto.
Yo, en general, uso el recurso "pacto" para conseguir la colaboración de Inés en muchos temas, y suele funcionar. Lo que pasa es que mi niñita crece intelectualmente y me plantea retos y dudas constantes. Por ejemplo, ¿es de recibo que reclame constantemente mi atención o la de su padre en forma de exigencia? Yo creo que no. Máxime cuando se le ha explicado que en ese momento nos debemos a otras exigencias ineludibles del día a día (hacer la cena, lavar los platos, tender la ropa, etc...). Con ella no sirve el "espera que acabe". Sé que es bastante común que un niño quiera las cosas al momento, pero también lo es que los adultos no podamos atenderles a cada instante.
Pues bien, resulta que desde hace una semanita, más o menos, Inés nos exige de forma perentoria que hagamos por ella cosas que puede hacer por sí misma. Sé que me vais a decir que reclama atención...pero es que no es que le falte precisamente. Este fin de semana me he visto en la tesitura de mantener una postura (decir No y mantenerlo) y creo que era necesario para el bienestar de todos en familia, porque así de paso le he dado a papi un ejemplo práctico de cómo llevar a cabo algo así de forma pacífica.
Resulta que Inés se encontraba jugando encima de nuestra cama (por elección de ella) con sus peluches. Mientras, papi se duchaba y yo preparaba la comida. En esto que se escucha un grito estridente y quejicoso que me hizo pensar que se había caido de la cama. Salgo corriendo y me la encuentro encima del lecho. Sin darme tiempo a preguntar me dice: "¡Quiero que me cojas y me lleves al comedor!". Aprendida la lección de una vez anterior me mordí la lengua para no señalarle que tiene pies para hacerlo ella misma. Habíamos estado por ella toda la mañana, pero en ese momento (aprovechando SU decisisón de jugar solita en la "tabición") estábamos haciendo cosas necesarias. Lo suyo era una exigencia, no una necesidad.
Conversación:
- En esta casa las cosas no se piden a gritos. Mamá ya te ha explicado cómo hay que hacerlo.
- No puedo...(lloriqueando).
-¿Por qué no?
-Porque mi corazón está cansado
-Bueno, pues yo te ayudo: "Mamá, por favor, llévame al comedor en brazos".
- No puedo (llorosa, pero sin lágrimas).
-Pues yo creo que sí, cariño. No me voy a mover de aquí, pero si no me lo pides, no te llevaré.
-(Minirabieta) ¡Cógeme, cógeme! ¡CÓGEME!!!!!
Y así me mantuve, calmada, mientras ella de pie en la cama se me colgaba del cuello. Yo la abrazaba y la besaba, mientras la animaba a pedírmelo correctamente.Estuvimos así unos 7-8 minutos, repitiendo exigencia y yo negándome si no lo decía correctamente...Al final:
-Mami, por favor, llévame allí contigo.
Un abrazo,un beso y una felicitación por lo bien que me lo había pedido...Creo que fueron unos minutos bien empleados.
Alines- Nivel 5
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Re: Cuando toca decir "NO". Una experiencia.
ALmu, me encanta el ejemplo!!!!!! y qué bien orientado...
A mi también me pasa con Alba, con frecuencia (que pida que le hagamos cosas que ella puede hacer: comer, vestirse, lavarse los dientes...) . Y francamente, no creo que se deba a que reclame atención. En mi caso, mi valoración es mucho más simple: Alba es bastante comodona. Vaga, en una palabra (y reconozco que si es así, es porque le hemos dejado ser así, y hasta ahora, le hemos hecho muchas cosas más de las que, quizá, debíamos). Así que, últimamente, estamos tratando de dar la vuelta a la tortilla. Y no es fácil (el hábito está arraigado y su dialéctica es difícil de rebatir).
Ayer mismo por la noche: "mami, estoy cansada, dame tú el yogur, por favor". (Hasta ahora lo hacía con frecuencia, pues el factor tiempo primaba -quería que acabara pronto para irse pronto a dormir-). Y yo: "No, Alba, porque lo puedes hacer tú, y te estás volviendo un poco vaga". Y ella: "pero no soy mayor, no tengo 80 años. Sólo tengo 4, soy pequeña" (¡tendrá cara!!! ). Y sigue insistiendo. Y yo: "no te lo voy a dar, si no quieres más, lo dejas y nos vamos a dormir". Y ella, erre que erre: "pues si tú no me haces caso cuando te pido las cosas, yo tampoco te voy a hacer caso cuando me las pidas a mi" (este argumento es recurrente, y no veáis lo que me cuesta salir airosa de él, sinn parecer que hago uso de mi "superioridad" como adulto). Al final, dejó el yogur a medias y nos fuimos a dormir.
Enestas cosas soy más consciente que nunca de que "educar" lleva tiempo, y es mucho más fácil responder a sus deseos para resolver rápidamente una situación. Hasta ahora, hemos pasado bastante por alto estas cosas, pues en los últimos tiempos, andábamos escasos de tiempo y paciencia (por la presencia de Sara también en escena). Y efectivamente, nos ha sido más fácil el día a día siendo menos exigentes con Alba. Pero ahora me doy mucha cuenta de que le estamos haciendo un flaco favor y ya tiene una edad como para hacerse cargo de sus asuntos. Aunque ello requiera más tiempo, más energías y más paciencia. Flaco favor le hacemos si se acostumbra a tener todo hecho en la vida (habiendo muchas cosas que puede y debe hacer ella, para aprender, entre otras cosas, a esforzarse un poco).
Como ahora parece que empezamos a retomar energías (y también con Sara nos toca lidiar lo nuestro), pues hemos decidido lidiar a dos bandas.
Así que, sí, estoy de acuerdo en que tienen que aprender a tomar sus decisiones, ser consecuentes con ellas, incluso equivocarse y aprender de sus errores. Para ello, a veces, tenemos que dejar un poco de lado nuestra vena sobreprotectora, y nuestro perfil de "madreburra" (creo que lo denominaba así el artículo que leí ayer sobre las dos orillas del río, que puso nuria) que todo lo hace para que nuestras criaturas estén a cuerpo de rey.
A mi también me pasa con Alba, con frecuencia (que pida que le hagamos cosas que ella puede hacer: comer, vestirse, lavarse los dientes...) . Y francamente, no creo que se deba a que reclame atención. En mi caso, mi valoración es mucho más simple: Alba es bastante comodona. Vaga, en una palabra (y reconozco que si es así, es porque le hemos dejado ser así, y hasta ahora, le hemos hecho muchas cosas más de las que, quizá, debíamos). Así que, últimamente, estamos tratando de dar la vuelta a la tortilla. Y no es fácil (el hábito está arraigado y su dialéctica es difícil de rebatir).
Ayer mismo por la noche: "mami, estoy cansada, dame tú el yogur, por favor". (Hasta ahora lo hacía con frecuencia, pues el factor tiempo primaba -quería que acabara pronto para irse pronto a dormir-). Y yo: "No, Alba, porque lo puedes hacer tú, y te estás volviendo un poco vaga". Y ella: "pero no soy mayor, no tengo 80 años. Sólo tengo 4, soy pequeña" (¡tendrá cara!!! ). Y sigue insistiendo. Y yo: "no te lo voy a dar, si no quieres más, lo dejas y nos vamos a dormir". Y ella, erre que erre: "pues si tú no me haces caso cuando te pido las cosas, yo tampoco te voy a hacer caso cuando me las pidas a mi" (este argumento es recurrente, y no veáis lo que me cuesta salir airosa de él, sinn parecer que hago uso de mi "superioridad" como adulto). Al final, dejó el yogur a medias y nos fuimos a dormir.
Enestas cosas soy más consciente que nunca de que "educar" lleva tiempo, y es mucho más fácil responder a sus deseos para resolver rápidamente una situación. Hasta ahora, hemos pasado bastante por alto estas cosas, pues en los últimos tiempos, andábamos escasos de tiempo y paciencia (por la presencia de Sara también en escena). Y efectivamente, nos ha sido más fácil el día a día siendo menos exigentes con Alba. Pero ahora me doy mucha cuenta de que le estamos haciendo un flaco favor y ya tiene una edad como para hacerse cargo de sus asuntos. Aunque ello requiera más tiempo, más energías y más paciencia. Flaco favor le hacemos si se acostumbra a tener todo hecho en la vida (habiendo muchas cosas que puede y debe hacer ella, para aprender, entre otras cosas, a esforzarse un poco).
Como ahora parece que empezamos a retomar energías (y también con Sara nos toca lidiar lo nuestro), pues hemos decidido lidiar a dos bandas.
Así que, sí, estoy de acuerdo en que tienen que aprender a tomar sus decisiones, ser consecuentes con ellas, incluso equivocarse y aprender de sus errores. Para ello, a veces, tenemos que dejar un poco de lado nuestra vena sobreprotectora, y nuestro perfil de "madreburra" (creo que lo denominaba así el artículo que leí ayer sobre las dos orillas del río, que puso nuria) que todo lo hace para que nuestras criaturas estén a cuerpo de rey.
Blanca B- Nivel 5
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Re: Cuando toca decir "NO". Una experiencia.
En esas andamos nosotros también. Y yo también dudo que sea que reclama atención por tener poca, sino que cuánta más tiene más quiere.
Yo he estado descuidando muchjo el trabajo para darle más atención, ir los 4 al parque (digo 4 porque incluyo al perro), etc. y ahora ando agobidísima, poniendo mil ezcusas a los empleadores. Francamente creo que cuanta más atención quiere más quiere.
El otr día, habíamos estado todo el día juntos, y a la hotra de cenar: "papi, dame las patatas", todo porque nos veía conversar, al final el padrese negó a darle las patatas y se comió casi todo el plato.
Yo creo que salir disparados, dejando todo lo que estábamos haciendo para atenerla es una etapa que ya pasó.
Yo he estado descuidando muchjo el trabajo para darle más atención, ir los 4 al parque (digo 4 porque incluyo al perro), etc. y ahora ando agobidísima, poniendo mil ezcusas a los empleadores. Francamente creo que cuanta más atención quiere más quiere.
El otr día, habíamos estado todo el día juntos, y a la hotra de cenar: "papi, dame las patatas", todo porque nos veía conversar, al final el padrese negó a darle las patatas y se comió casi todo el plato.
Yo creo que salir disparados, dejando todo lo que estábamos haciendo para atenerla es una etapa que ya pasó.
Invitado- Invitado
Re: Cuando toca decir "NO". Una experiencia.
Yo creo que salir disparados, dejando todo lo que estábamos haciendo para atenerla es una etapa que ya pasó.
Tal cual Mayra. Yo veo en Bruno y en muchos otros niños, que piden asistencia a la primera pero si les sugieres que lo hagan solos, lo aceptan muy bien. Es cuestión de intentarlo. Recuerdo a Almu diciendo que no había caso con esta técnica.
Besos!
Alfonsina- Nivel Experto
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