¿Cómo hablarles de la muerte? ¡No me quiero morir!!!!!!!!!!!

¡Qué trago más duro, Carmen! ¡Pobrecilla Helena! Mi bajito mayor y yo hemos hablado de la muerte y de momento con las explicaciones que le he dado está tranquilo; hubo unas noches con pesadillas y de cuando en cuando vuelve a sacar el tema pero aún es peque... ¿Es posible que esté preocupada por qué pasará si te mueres (quién la cuidará, etc.)?

Te dejo un enlace que a mí me parece muy útil. Ojalá te sirva.

http://www.cc.nih.gov/ccc/patient_education/pepubs_sp/talkingsp.pdf

Un fuerte abrazo y espero que lo supere pronto.

Almudena,

por si te sirve, mi bajito mayor empezó a preguntar sobre la muerte con 3 años. Cuando cumplió 4 era perfectamente consciente tanto de su propia mortalidad como de la nuestra. Yo elegí no sólo no mentirle, sino también no evitar las preguntas directas -más que nada porque sé que si pregunta una vez, no para hasta obtener las respuestas y temía las que pudieran darle el resto de la familia, que iban a confundirlo y angustiarlo aún más que la verdad-. Entre las mil y una cosas que preguntó directamente era si los niños también se morían y, con muchísima pena, porque siendo tan sensible como es, imaginaba lo que vendría a continuación, le contesté que algunos sí, que no era lo normal y que sólo le ocurría a unos pocos pero que sí había niños que se morían de enfermedades muy graves o de accidentes, aunque lo habitual es que nos muramos ya de muy viejitos.

Se angustió muchísimo y lloró durante semanas -igual que lo habia hecho cuando comprendió que nosotros, sus progenitores, moriríamos también-; todavía, de cuando en cuando, dice que no se quiere morir. Yo le he contado que no es posible evitarlo, que en algún momento moriremos y que es ley de vida. He tratado de contestar todas sus preguntas lo mejor que he sabido y le he prometido (me lo había pedido) que grabaría un DVD para que pueda recordarnos mejor -le preocupaba olvidarse de nuestra voz, nuestro aspecto...-.

Como le angustiaba mucho pensar que si nosotros moríamos, se quedaría solo, sin nadie que lo cuidara, le he contado lo que hemos dispuesto para el caso de que falleciéramos prematuramente; como también le preocupaba que la tutora que hemos designado falleciera también, hemos repasado todas los amigos y familiares que se podrían hacerse cargo de él y su hermano si nos pasara algo y acabé teniendo que decirle, que en el caso de que nos pasara algo a todos, hay personas encargadas de cuidar a los niños cuando no tienen nadie que les cuide -servicios sociales-.

Cuando en noviembre de hace dos años falleció un familiar mío a quien yo quería mucho, mi bajito mayor lo pasó mal también pues ya era perfectamente consciente de la mortalidad. Dejé que me viera llorar (aunque procuré hacerlo contenida) y le dije que era porque me sentía muy triste, y a él le bastó con hablar conmigo de lo triste y angustiado que estaba, llorar conmigo, contenerme yo misma en mi dolor y contener al papá y a otros familiares para que dejasen hablar libremente al niño sobre este tema al igual que lo hace sobre otros muchos. Le expliqué que estaba muy triste porque nunca podría volver a ver o hablar con esta persona pero que me sentía feliz de haberla conocido y que llevaría su recuerdo siempre conmigo.

Fuimos también a su pediatra porque estábamos malitos y le preguntó también sobre lo que ocurre con nuestro cuerpo cuando morimos. En otra segunda visita semanas más tarde, aprovechó para volver a preguntar -supongo que aún le quedaban cosas en el tintero- y como ese día ella estaba bastante atareada y supongo que se le hacía difícil contestarle por no saber bien hasta dónde llegar, le dijo que ella tampoco sabía muy bien y mi bajito le contestó que entonces preguntaría a otro médico compañero suyo -va a ser el terror de los médicos cuando sea mayor si a estas alturas empieza ya pidiendo una segunda opinión   -.

Si quieres preguntarnos algo más de nuestra experiencia por si os pudiera servir, ya sabes dónde estamos... Eso sí , vete preparándote porque si ya está con el tema, dudo mucho que deje de preguntar hasta saber todo lo que desea.  

Te dejo también un enlace que a mí me sirvió de mucho:

http://www.cc.nih.gov/ccc/patient_education/pepubs_sp/talkingsp.pdf

Un fuerte abrazo y ánimo, que esto también pasará.   

Uffff yo ando agobiada también con este tema. Antesdeayer falleció la abuela de mi chico, es decir, la bisabuela de mi peque. Y no sé qué vamos a decirle cuando vayamos a casa de la tía y ya no esté allí la "abuela vieja" como ella le decía. Vega cumple tres años en julio, creo que aún es muy pequeña para hablarle de la muerte, así que no tengo ni idea de cómo vamos a explicarle que la abuelita vieja ya no está aquí y que ya no va a volver...

Ali,

siento mucho vuestra pérdida. Te recomiendo que le eches un vistazo al link que he dejado en el mensaje anterior. Yo personalmente sólo recomiendo decir que "se ha ido al cielo" si uno verdaderamente cree en ello y todas las personas importantes de su entorno creen en ello (porque si otra persona, como una tía, les da una respuesta distinta, pueden sentirse confundidos), porque si no, casi que mejor decir que se ha muerto y ya no va a volver y, si pregunta más -que no tiene por qué hacerlo- sobre lo que es la muerte, que no se sabe muy bien y que cada persona piensa cosas distintas: que hay personas que creen en la reencarnación, otras creen que van al cielo, otras creen que no pasa nada, etc.; de todas maneras, como te comentaba Guada, lo más probable es que aún no entienda que tanto vosotros como ellas también sois mortales y no le afecte demasiado.

Un abrazo, mucho ánimo y ya nos contarás.

Gracias por vuestras respuestas chicas.

Atenea, voy a leer detenidamente el texto en cuanto pueda, lo he leído por encima y me parece muy interesante, creo que me va a ayudar mucho. Lo de tu nene increíble, tan pequeñito pero demuestra mucha madurez, yo creo que lo hiciste genial con las explicaciones que le diste.

Tengo muy claro que cuando vayamos a visitar a la tía de mi marido( la abuela vivía con ella), Vega va a preguntar que dónde está la abuelita vieja, y ahí es cuando tendremos que darle una respuesta. La abuela tenía 97 años, ha tenido muy buena calidad de vida, y tan solo en el último mes ha estado en cama, no por ninguna enfermedad repentina, sino por que su cuerpo empezó a apagarse poquito a poco... hasta que se ha ido, de una forma dulce, serena y tranquila,simplemente su corazón se paró y se quedó durmiendo.  

Para explicarle la ausencia de la abuelita, no tengo claro hasta donde puedo llegar, por lo que quiero primero leer el texto tranquilamente y después hablarlo con el papi, así cuando llegue el momento de la pregunta, tengamos preparada la respuesta y no tengamos que evadir la cuestión o dar explicaciones inadecuadas.

Guada, lo de que se ha ido al cielo sé que es una respuesta muy dada, pero sé que mi hija se va a sentir confundida si le decimos eso, la conozco muy bien, empezará a preguntar que cómo se llega al cielo y que si podemos ir... y habrá familiares que finalmente empiecen a darle explicaciones de tipo religioso. Yo no es que no crea, pero cuestiono muchas de las cosas que me enseñaron de pequeñita, así que prefiero no decirle algo en lo que yo no termino creer o de entender de la misma forma que lo entienden otras personas. Yo fui a un colegio de monjas y mi familia es creyente, crecí dentro de la fe cristiana por lo que lo he mamado desde pequeña y sí me explicaron que había otras opciones, pero que todas eran equivocadas.  

Hoy en día, viéndolo todo desde la perspectiva que me dan los años, creo que la religión impuesta es un yugo,  cuando no te dan opción a elegir libremente, por eso quiero que mis hijas sean libres para elegir, y para elegir, hay que ofrecerles todas las opciones que hay, tanto creer como no creer, todo es correcto.

Perdón que me he ido por lo cerros de Úbeda y además con temas complicados...

Quería exponeros también algo que nos ha pasado recientemente,  y si bien no es la muerte, sí es la pérdida de una mascota, y cómo mi niña lo lleva.  Alguna vez ya he comentado que en casa tenemos (teníamos) dos perros, Chester y Lolo, porque ahora solo está Chester. Nuestros perris forman parte de nuestra familia como un miembro más, dentro de su escala, pero muy respetados y queridos. Mi nena ha nacido con ellos, juega cada día y sabe muy bien cómo tratarlos.

El pasado 23 de febrero nuestro Lolo, que llevaba 15 años con nosotros, desapareció cuando fuimos a visitar a un familiar y lo llevamos con nosotros.  En cuanto nos dimos cuenta de que no estaba, lo buscamos por todos lados, hasta bien entrada la noche, y Vega nos acompañó en todo momento.

Los siguientes días, y semanas, fueron un continuo preguntar, ¿dónde está Lolo  Mami?  Las respuestas fueron un poco improvisadas, "pues Lolo se ha perdido cariño". -"Pobrecito mamá, ¿y cuándo va a venir?. - Pues no lo sé hija, pero no te preocupes, seguro que se ha ido de fiesta con sus amigos y está bien, es que ya sabes que Lolo es un sinvergüencilla..."  "Sí mami, es un sinvergüencilla pero yo quiero que venga ya..."

Y ante esto, yo le digo que también todos le echamos de menos, que no se preocupe, que si quiere volver ya volverá... se lo digo todo con mucha tranquilidad, aunque por dentro estoy con mucha pena, pero he intentado transmitirle que yo estoy tranquila, y que, bueno, si no vuelve, pues qué le vamos a hacer.

Durante todo este tiempo no hemos intentado evadir nunca hablar de Lolo, ella suele hablar de él y cuando lo hace siempre usa los verbos en presente, por ejemplo " Lolo es muy malillo, Lolo se come toda la comida....), esto es algo que no sé cómo interpretar, ella sabe perfectamente que no está en casa, pero habla de él como si fuera a llegar dentro de un momento, no sé si me explico.

Así que no sé si hemos actuado correctamente o podríamos haber manejado el asunto de alguna manera mejor para ella, no lo sé...

Cuando hemos vuelto otras veces al lugar donde perdimos a Lolo, de visita a este familiar, las primeras veces ella se ha mostrado muy controladora con nuestro otro perro, queriendo saber en todo momento dónde estaba, incluso cuando nos subimos al coche para irnos en un par de ocasiones nos hizo comprobar si habíamos subido a Chester.   Esto me preocupó porque no sabía hasta qué punto había hecho mella en ella esta pérdida, y si podía estar sufriendo más de lo que manifestaba. Pero últimamente ya se muestra más relajada en este aspecto, no está las 24 horas pegada a su chesti para que no se pierda, y disfruta cuando vamos (es en el campo y hay animales de granja con los que ella alucina jejeje)


En fín, perdón por todo este rollo que me ha salido, y gracias por estar ahí, ya os contaré.