El nacimiento de Alba

EL NACIMIENTO DE ALBA:

Mi familia ya era numerosa (Tu gran familia”, la llamaba mi hermana), pero faltaba algo. Nuria y Gema viven con nosotros y pasan un fin de semana de cada dos con su padre, dejando a Beatriz más solita que la una. Nos hacia falta un@ hemanito@ para ella. Pero nos daba pereza. Ahora que Beatriz había crecido y nos movíamos sin pañales, sin papillas...Para evitar sorpresas llevé un DIU que me tuve que quitar porque me daba problemas. Y un día no me vino la regla. Confieso que yo no quería saber porqué. En la incertidumbre pasamos casi un mes, hasta que una mañana vino Juanma con una prueba de embarazo y me dijo: “Hala, mea aquí, que así no podemos seguir”. Y salió positivo. No me puedo quejar de mis embarazos, pero si alguno me ha dado nauseas de verdad fue este. ¡Qué mala todo el día! ¡Y lo que me costó asimilarlo! Qué horror. Y a mis años. Encima me querían meter como embarazo de alto riesgo y llevarme directamente los ginecólogos en el hospital. Fue lo primero a lo que me negué. ¿cómo no iba a saber mi cuerpo después de tres hijas lo que tiene que hacer?. Tuve que firmarle a la matrona una renuncia al gine para poder seguir llevando el embarazo en el centro de salud. Y otra a varios para no hacerme la amniocentesis. Ese si fue un dilema. Yo no quería, Juanma sí. Él quería saber, yo no. Y luego estaban los riesgos: si las posibilidades de tener un niño con malformaciones a mi edad eran de un 0,5%, las de aborto tras la amnio son de 1-2%. Y lo peor de todo, si me dicen en la semana 20 que mi niñ@ tiene un problema no soy capaz de abortar porque está malito, y si no voy a abortar sólo me sirve para empezar a sufrir 5 meses antes. Por suerte el triple screenig me dio un probabilidad de 1 entre 1.900 y definitivamente decidí no hacérmela.

Antes ya de esto me puse en contacto con Pedro. Hablamos de esta y otras muchas cosas, preparando el camino. En estos años había seguido atendiendo partos en casa y recopilando material, incluida la bañera grande que tanto eché yo de menos con Beatriz. Juanma tampoco esta vez estaba muy tranquilo. Convencido sí, pero tranquilo no.

En las últimas semanas vino Pedro a verme varias veces. Yo tenía miedo de que viniera de nalgas y él me tranquilizaba: “mira, toca aquí” me decía  poniendo mi mano en  mi pubis “ésta es su cabeza, y aquí están la espalda y el culete” seguía, subiendo la mano a mi estómago. No se porqué, pero yo tenía miedo. No se si por los años, que te vuelven más previsora y temerosa, pero pensaba que se me iba a dar la vuelta o que no iba a ser un parto espontáneo. Temor en fin.

La fecha probable de parto era, qué curioso, el viernes 20 de Noviembre, así que todos estábamos convencidos de nacería, como las otras, en 40+1 y sábado. La más convencida era mi hermana, que tenía que viajar a Holanda y compró un billete para el domingo 22; hasta Pedro cambió sus guardias en el hospital para estar libre ese día.
Y llegó el jueves. Mi hermana me llamaba desde Madrid todas tardes “¿Qué?” me decía, y yo “Naada”. “Pero nada, de nada” insistía. “No, nada, todo tranquilo”. Y el viernes: nada. Y el Sábado: tampoco. Y el domingo: mi hermana se fue, llevándose la cámara de los reportajes. Y nosotros fuimos al pueblo a ver a los abuelos. Al volver paramos a echar gasolina y yo, que conducía, no quise bajar del coche. Pedí que me sirvieran y dejé la llave. Estaba notando humedad entre las piernas y eso no es nada normal en mí. Al llegar a Alcazar el escape había cesado y las niñas querían comer en el Hollywod, así que reservamos una mesa, pero mientras tomábamos el aperitivo literalmente me empapé.

Como es lógico nos fuimos a casa y le puse un mensaje a Pedro, que no me cogía le teléfono: “He roto la bolsa. El líquido es claro. Llámame”. Y me llamó. Pasamos toda la tarde hablando por teléfono cada cierto tiempo. Mis temores volvían: “¿Y si al final tengo que ir al Hospital.

Para una inducción?” Con la que había montado con el plan de parto que les presenté. ¡En un marco lo voy a poner de lo bonito que me quedó!. Pedro, siempre tranquilizador me decía que no me agobiase, que se pueden esperar hasta 48 horas y que se experiencia le decía que casi todas empezamos en las primeras 24. Hablé con él por última vez sobre las doce. No había novedad. Recuerdo sus palabras “Trata de dormir y descansar bien. Te vas  a poner de parto mañana y será un día duro”. Pero no podía dormir. El hospital rondaba mi cabeza. Me veía discutiendo con médicos y enfermeras: “Esto, vale. Me dejo. Esto no, ni hablar. Aquello..depende”. Imposible pegar ojo. Entonces pensé “¿Dónde he notado yo más las contracciones estos días?” “En el sillón, cuando veo la tele” me contesté. Y allí me fui.

Hasta las cuatro de la mañana aguantando programas bobos mientras me concentraba en mi cuerpo. Lo imaginaba por dentro, pariendo ya, la tensión, el bebé bajando. Y entonces...¡Una de parto! ¡Qué bien!. Ahora me podía ir a la cama y descansar mientras aún eran suaves, ya no iba a haber inducción, seguro, el parto había empezado.  

Mi gozo en un pozo. Me acosté y las contracciones siguieron, puntuales, cada cinco minutos y cada vez más fuertes. Esta vez no había aviso. Estaba de parto YA. Esperé un poco, pero a las seis y media tuve que llamar a Pedro, la dilatación había llegado ya los cuatro cmts.

Nuria y Gema decían que esta vez no querían verlo. Que la vez anterior me puse a gatas y les enseñé el culo y que pasaban del tema. Beatriz si quería. Yo les dije “Vale, lo prometo, esta vez no os enseño el culo”. Aún así las dos mayores se dieron un paseo. Juanma estaba malísimo, con gastroenteritis. Aunque yo creo que le dio envidia y cambió mis contracciones por retortijones para no ser menos. Entre los tres inflamos y llenamos la bañera. Las niñas volvieron.
Se estaba tan a gusto en la bañera que me tuve que salir. Si no me habría quedado dormida en lugar de parir. El aire frío hizo que las contracciones volvieran y entonces me metí otra vez. De nuevo buscando postura. En cuclillas, como con Gema, pero no me apoyaba bien. A gatas, como con Bea, pero se me quedaban lo riñones fuera del agua y tenía frío. Al final se hicieron más intensas. Más de lo que recuerdo con las otras y acabé recostada sobre el borde de la bañera. Gema cogió mi cámara y se dedicó a fotografiarnos. Nuria vino a acompañar a Bea. Yo sentía que me rompía por dentro, y la niña no quería salir. Finalmente su cabeza empezó a abombar y yo me protegí con las manos. Las dos esta vez.  “Menudo cabezo tiene” recuerdo haber dicho entonces. Me costó mucho trabajo. Era grande. Más grande que las otras. Al final la cabeza salió y pensé “Ya está. Lo malo ya ha pasado, ahora su cuerpo se deslizará fuera de mi y habremos terminado”

Pero me equivocaba. No sólo su cabeza era grande, también el cuerpo era bastante más grande que el de las otras. “Los niños grandes nacen mejor”, decía Pedro. “Será para ti, que lo ves desde fuera” Pensé yo. Y entonces empecé a gritar. Juro que no he gritado con ninguna de las otras. He hablado y me he quejado, pero gritar, no había gritado nunca. Y ahí estaba yo. Chillando como en las películas. Entonces oí a mi querida Gemita, tan oportuna como siempre, diciendo “Nos os preocupéis, tranquilos todos, que estoy haciendo vídeo”. ¿Será posible? No puedo demostrar lo valiente que fui con las otras, que no pegué un mal grito y esta vez va la niña y me graba. Y me grabó.

“Abre la boca”, me decía Pedro. Y yo lo interpretaba en sentido figurado. Porque tenía que abrirme por abajo. “Abre la boca” insistía. Y entonces la abrí y grité sin pudor. Y el cuerpo salió. En dos veces. Primero hasta la cadera, y luego giró y terminó de salir. Eran las dos de la tarde. Él la recogió y me la dio. Era preciosa. Criada casi (3.600) blanca y redondita.

Pero no se  encachaba al pezon. En seguida nos dimos cuenta de que tenía mucha mucosidad en las vías. El aspirador estaba sobre la mesa, sin embargo Pedro decidió esperar. El cordón latía, no necesitaba respirar. Estuvo así un cuarto de hora entero y poco a poco ella misma las expulsó. La placenta se desprendió cuando había cumplido su función y salió de una vez. Salimos de la bañera y nos arropamos  las dos Juntas, Juanma hizo la comida.  Entre todos recogieron, comimos y dormimos la siesta.

Vinieron las visitas por la tarde. Qué cansada estaba yo. Sin dormir la noche anterior. Pero seguía estando entera. Muerta de sueño, pero entera, sin puntos, la tensión recuperándose. A mi niña no le habían aspirado nada y no la habíamos lavado, ni vacunado.  Una vez más mi hija había llegado al mundo rodeada de toda su familia, hasta Nuria, que dijo no querer verlo  estaba encantada. Mi hermana tuvo que esperar para enterarse.

Aún hoy, cuando doy de mamar a mi niña, la miro y pienso: “¿tu eras la cosita esa que estaba dentro de mí?” “¿la que me daba pataditas y pensaba yo que se estaba dando la vuelta?” Y ella, que aún no habla, me mira con cara de enamoramiento como diciendo “te adoro”.
Ojala todo el mundo pudiera disfrutar de un nacimiento así.
Y se acabó la historia, que vengo de la guarde y tengo a la princesa en brazos.

Voy a ver si se pone alguna foto de este parto (con el permiso de Alba).
Esa es Bea mirandome en la piscina.

Alba empezando a salir.

Con la cabeza fuera.

Fuera toda ella.

Juanma sonrie.

Nos arropamos y descansamos.

Vienen las visitas.

La mañana siguiente. Aquí no ha pasado nada.

por fin las puse.

Estoy en ello. Selenia me ha dicho como. En breve termino.

que maravilla!

yo quiero parir así!

felicidades! te has convertido en una de mis heroínas!

Cocinera,todo es plantearselo.Cuando tuve a mi primer hijo tenia decidido que el 2º iba a ser en acuario. Y si dios quiere,asi serÁ!

Todas podemos asi que lucha por ello si lo quieres.

Que maravillosas fotos dios mio!!

Raquel un truco para el video,ponle musica.Aunque creo que gritar y liberar el cuerpo mientras pares no tiene nada de malo,que no te dé vergüenza porque eres super valiente!

Eso voy a hacer Selenia, estoy super convencida y cerca de donde vivo hay un hospital que atiende partos naturales. Pero claro... hasta que no lo haya hecho no me lo voy a creer.

Raquel, estas fotos están genial, que maravilla todo!


Este vídeo del que habláis... yo no veo el enlace siquiera...

Creo que no sólo es malo. Pedro me explicó después porqué me decía abre la boca. Parece ser que al hacerlo relajamos el suelo pélvico. Y se abren los esfínteres. Me dijo que lo probáramos también en otros momentos, pero es más íntimo.

Qué pepona!!!Y qué bonito!!!Eres super valiente, te vuelvo a decir que te envidio,sanamente, eh???

Besos!!!

Ha merecido esperar para la cuarta entrega, que parto más precioso, chica que envidia sana me das, felicidades por esa cosita tan bonita que ahora tienes en tus brazos.

Disfrútala mucho. Besos

Sabes? a mi este me ha resultado muy gracioso
Os imagino hinchando la bañera, tú también soplabas?
Luego las niñas que ya iban, ya venian...... grabando tus gritos..... y como no Juanma al final preparando de comer, pero que hambre os dabaaesto de los partos!!!!
Fuera bromas, es increible!!! las fotos de la niña saliendo son preciosas y sólo tú cogiendola, qué emoción.
Muchas gracias por compartir las fotos con nosotras.

Una pregunta: en un parto en casa tendrás que avisar a los vecinos porque si no alguno puede llamar a la policia

Que relatos más emocionantes, no puedo evitar que se me salten las lagrimas de felicidad por ti y que increíble que nuevamente tus hijas participaran.
Que sigas disfrutando mucho de tu maravillosa familia.
Un beso.

Mil gracias Raquel. Cuánto he disfrutado leyéndote!!!

Preciosas historias de partos y preciosas fotos, nos has conmovido a todas.
Fíjate que ayer estuve leyendo las otras tres historias y esta noche he estado soñando toda la noche que paría en casa...

Te felicito por ser tan natural, tan isntintiva, tan serena y tener tanta seguridad en ti misma. Es admirable tu forma de ser. Y te agradezco mucho que nos hayas contado tu experiencia, ya que me siento muy identificada contigo cuando cuentas como te sentiste en tu primer parto en el hospital. Ahora estoy embarazada de 13 semanas y si algo tengo claro es que no quiero que la historia se repita,(inducción fallida, semana 41+2 que acabó en cesárea). Así que la opción de parir en casa me parece muy razonable.

Cuando las mujeres como tú cuentan sus historias de partos en casa, la consecuencia lógica es siempre pensar:¡qué valiente ha sido esa mujer! y es verdad. Pero cuando has pasado por una mala experiencia en el hospital también piensas: ¡Hay que ser valiente para ir al hospital! por la cantidad de intervencionismo al que te ves sometida. Por lo menos es esa sensación que a mi me queda.

En fin que te agradezco mucho que nos hayas contado estas partes tan importantes de tu vida, creo que nos pueden ayudar mucho a confiar más en nuestro cuerpo y nuestro instinto que tan olvidado está a veces.

Un beso,

Laura

A ver si puedo contestaros a todas:
Yo avisé a las vecinas, pero por si las niñas se asustaban y tenía que llevarlas con alguna. A la policía no, no creo. Tampoco fué para tanto.
La bañera no se inflaba soplando, si nno con una bomba de pié. Menos yo, todo el mundo le dió un ratito. Yo ayudé mentalmente a vaciarla. Los hombres quería hacerlo a cubos, y yo les dije que pusieran la misma goma que habíamos usado para llenarla y aspirasen desde el otro lado para que, por la ley de los vasos comunicantes, el agua cellera en la bañera normal de casa. Y funcionó. Más vale maña que fuerza.
Lo del hambre, pues si. La verdad que después de los esfuerzos suele entrar hambre. Además a estas dos últimas les dió por nacer por la mañana y nos vino justito. Con Alba ya estabámos un poco desesperados cuando llegó la comida. Nació a las dos y no comimos hasta las cuatro, casi.
Y en lo de la valentía eso es lo que yo siempre digo. Que para lo que hay que ser valiente es para meterse en allí (hospital de los que tanto abundan)justo cuando estás pariendo. Hacen lo que quieren y no te puedes defender porque bastante tienes con lo tuyo.
Nacimos para parir y parimos. Aquí, en el hospital, en el tren, en el avión,... donde se tercie siempre que seamos capaces de concentrarnos en ello.

Hermosa historiaaa

Me da hasta envidia sana... acá no hay partos en casa. Y para tener un parto 100% humanizado y respetado voy a tener que viajar hasta otra ciudad, pero lo importante es que todo salga como uno desea.

Que alegria que tus hijas hayan participado y observado todo.

Hola Raquel

me ha encantado tu relato y, por supuesto, las fotos. Qué natural todo! la nena mirando en el borde de la pisci, como quien mira por el balcón, qué graciosa.

De verdad que me ha emocionado todo.

besos
laura

Raquel gracias , por contarnos tus partos, son super emocionantes, de verdas, y no me cansare de repetirlo, llevas razon en lo del hospital, pero aun asi eres, muy pero que muy valiente, guapetona.

Ya he puesto un mensaje en nuestro foro, y como te dije, contestar, no contestara casi nadie, pero al menos leerte, ya te han leido, unas diez personas, a si tambien les sirve a otras mamis, para pensar en lo que quieren hacer con su parto, y a exigir lo que tengan que exigir en el hospital, UN beso guapetona.


http://dameteta.foroactivo.com/embarazo-y-parto-f14/parto-de-raquel-2-parto-en-casa-con-pedro-t88.htm

Y cuándo buscáis el niño??? XD

Grandes experiencias las 4! A pesar de haber sido peor la primera, como siempre, lo malo es lo que más enseña. Gracias por compartir cada una de ellas, no sabes el favor que haces a madres primerizas como yo.

No tengo nada de miedo... Aunque estoy un poco preocupada porque lo tengo casi todo sin hacer, jeje.

Besos!

Que bonito parto, gracias por recuperar esta entrada wendy..............aun estoy emocionada...........