MI BEBE DE SEIS MESES NO SE SIENTA
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MI BEBE DE SEIS MESES NO SE SIENTA
HOLA CHICAS, LES CUENTO Q AYER ASISTIMOS CON MORENA A SU CONTROL DE SEIS MESES Y MI BEBA NO REALIZA LA POSICION DE TRIPODE O SEA SENTARSE SOSTENIENDOSE CON LAS MANOS,SE CAE DEMASIADO RAPIDO Y SINCERAMENTE TENGO MUCHO MIEDO, LA PEDIATRA ME ACONSEJO Q EL MES Q BIENE SI MORE SEGUIA ASI DEBERIAMOS IR A UNAS CLASES DE TERAPIA OCUPACIONAL, NO ES Q ESTO SEA ALGO MALO SOLO ES Q ME DA MIEDO Q MI BEBA TENGA ALGUN PROBLEMA, A DEMAS ESTA BAJA DE PESO PESA 6.900 KG Y MIDE 66 CM, ME RECOMENDO UNA COMIDA AL DIA Y TRES COLACIONES, A DEMAS DE MAS HIERRO POR FAVOR SI TIENEN ALGUN CONSEJO DE Q EJERCIOS PUEDO REALIZAR PARA ESTIMULARLA MAS O ALGO QUE ME PUEDA AYUDAR SE LOS AGRADECERIA DESDE YA MIL GRACIAS..
Invitado- Invitado
Re: MI BEBE DE SEIS MESES NO SE SIENTA
Hola. He movido tu mensaje aquí porque lo habías puesto en el foro de PRESENTACIONES. Por favor, no escribas en mayúsculas ni el título ni el texto, porque eso significa, en el lenguaje internáutico, que gritas.
Te copio aquí abajo las respuestas a este mensaje que te dejaron un par de mamás en otro sitio:
Te copio aquí abajo las respuestas a este mensaje que te dejaron un par de mamás en otro sitio:
sandra escribió:Hola!!!!
Yo tengo 3 hijos Oscar hace mañana 6 mese y no se sienta ni por casualidad, a mi me parece NORMAL, fuera a parte que cada niño lleva su ritmo (dentro de unos grandes limites) 6 meses es muy pronto para que el niño se sujete con las manos, mi hijo Pablo con 6 meses ni se daba la vuelta en el suelo y no ha tenido NINGUN problema, Ane vino de China con 10 meses y se mantenia sentada con cojines alrrededor, igual que Pablo a esa edad.
No se que son colaciones, dinos si la nena toma pecho o biberon y el peso y las medifas desde que nacio y te podremos orientar si tiene una talla "normal".
En cuanto a lo de la estimulacion te paso un enlace muyyyyyy interesante al respecto:
http://asociacionitaca.wordpress.com/2008/04/24/moverse-en-libertad-desarrollo-de-la-movilidad-global/
http://www.diariodenoticias.com/ediciones/2008/01/12/opinion/d12opi5.1117906.php
Moverse en libertad
ESTE es el título de un libro de Emmi Pikler, una pediatra de origen húngaro. La lectura reiterada de este libro (y de otras obras de esta corriente), que narra una práctica educativa y pediátrica, me hace reflexionar y plantearme dudas, en el trabajo cotidiano, sobre la forma que tenemos de educar a los niños y niñas. Es mi deseo compartir con el lector y la lectora estas consideraciones interpretativas que me hacen preguntarme constantemente sobre cómo actuar, fundamentalmente, con los niños y niñas menores de un año.
Emmi Pikler (1902-1984) es conocida y reconocida por su trabajo en el Instituto Lóczy de Budapest. Sus investigaciones, sistemáticas, rigurosas, minuciosas y obstinadamente documentadas, llevadas a cabo, primero como pediatra de familia y después como directora de dicho Instituto, sobre el desarrollo motor infantil, con más de 1.000 niños y niñas, muestran una sensibilidad especial y un respeto inusitado por las potencialidades infantiles desde los primeros instantes de la vida.
Emmi Pikler y sus colaboradoras han demostrado, con suficiente aval científico, que los niños y niñas, si tienen libertad de movimientos, saben por sí mismos desplegar, por iniciativa propia, todo el repertorio de movimientos, posturas y desplazamientos necesarios para crecer sanos y con bienestar sin depender, para ello, de ninguna estimulación directa por parte de la persona adulta; que aquéllos y aquéllas son capaces de organizar y decidir sobre su desarrollo.
Los antropólogos hace tiempo que hablan de neotecnia. Nacemos aparentemente demasiado pronto -por ejemplo- para ponernos de pie y caminar como en cambio hacen otros mamíferos. Este alargamiento natural de la infancia es el período que los niños y niñas requieren para madurar y explorar -entre otros- su sistema muscular.
La cría humana necesita y tiene derecho al tiempo oportuno para crecer. Y esto parece banal, pero no lo es. La pediatra húngara demostró que los niños y niñas, sin intervención adulta, aprenden -desde la postura boca arriba- a desarrollar otras posturas.
La postura boca arriba es la que ofrece más seguridad porque es la que tiene mayor superficie de sustentación y, además, es la que permite ejercitar y perfeccionar los diversos sistemas antigravitatorios para comenzar a ponerse de medio lado, voltearse, reptar, gatear y probar otras posiciones corporales.
Esta postura boca arriba es la que tenemos que respetar -de forma individualizada y sin comparaciones- todo el tiempo necesario hasta que el niño o la niña decidan cambiar de postura. Diversos estudios revelan que las criaturas que son colocadas en esta postura se caen mucho menos y disponen de patrones de autoprotección más eficaces que los colocados, por ejemplo, boca abajo.
Colocados sobre la espalda los bebés, si están apoyados en una superficie lo suficientemente dura, consistente y firme, hacen sutiles movimientos corporales, buscan, ensayan y prueban otras posturas, descubren las posibilidades que le brinda su propio cuerpo, se miran sus manos, manipulan y examinan con atención los objetos, voltean la cabeza, levantan las piernas, se agarran los pies, mueven la cintura, repiten y crean, juegan…
Para moverse en libertad los niños y niñas necesitan ropas cómodas y que permitan la movilidad articular, un espacio seguro y amplio (cuando están en el suelo, en la cuna o cuando van en cochecitos o silletas) en el que estar tumbados, y materiales diversos en tamaños y posibilidades sensoriales, lo que Pikler llama un entorno óptimo. También precisan el tiempo, la paciencia, la espera y la confianza oportunos para descubrir, por sí mismos, sus posibilidades -y límites- y desarrollar saludablemente su autoestima.
La persona adulta (de acuerdo con esta avalada práctica) sin intervenir de manera directa en el ámbito motriz, pero dando siempre una presencia de seguridad afectiva y vincular incuestionables, disfruta de estas capacidades extraordinarias y no adelanta posturas. Si colocamos a los niños y niñas en posiciones que no dominan -por ejemplo la de sentados- no saben cómo salir de ellas cuando se sienten incómodos. Dominar una postura significa llegar a ella por sí mismo y saberla deshacer. No es lo mismo estar sentados que saber sentarse. Los niños y niñas pueden permanecer sentados si los colocamos así, pero no sentarse ni mucho menos desentarse . Las criaturas a la que se sienta anticipadamente sin madurar suficientemente el tono del tronco (se nota porque éste se arquea o está demasiado rígido) o es colocado en esta posición, sostenido por almohadas o cojines, cuando se sienten incómodos o cansados no pueden cambiar de postura y dependen, casi forzosamente, de una persona adulta para salir de la prisión o esclavitud de esa posición. A veces, como no pueden cambiar de postura se caen o se tiran , pudiendo provocar frustración y sentimiento de impotencia. Lo mismo podríamos decir de poner a los niños y niñas, con buena intención, pero prematuramente de pie, o de cogerles de la mano para sujetarlos y ayudarles a dar los primeros pasos.
De la misma manera, cuando transportamos a los niños y niñas en brazos es importante respetar, si todavía no se han sentado por sí mismos, la horizontalidad del cuerpo, saber colocar nuestros brazos para acogerlo con respeto y seguridad sin poner al bebé, innecesariamente, en vertical. En esta postura, inadecuadamente anticipada, el tronco se desequilibra y desajusta o su pesada cabeza se le cae de un lado a otro. De nuevo, tenemos que aprender a esperar el suficiente y justo tiempo para que los diversos sistemas corporales maduren, partiendo siempre de la iniciativa del bebé.
Todavía hoy el instituto Lóczy continúa funcionando bajo la dirección de la psicóloga Anna Tardos. Son muchos los investigadores y profesionales del campo de la educación de diversas partes del mundo que se acercan a este centro para descubrir las potencialidades de los niños y niñas basadas en el respeto individual de sus ritmos particulares de movimientos libres, autónomos, y para tratar de aplicar estas enseñanzas en la cotidianidad de diversos contextos familiares y escolares.
susatrena escribió:Hola, te cuento que Diego no se sentaba a los seis meses de edad, se logró mantener sentado con apoyo de sus manos hasta los siete meses!!! Hoy tiene seis años, y el domingo pasado ganó una competencia en nado de crol y de dorso. Apuesto que les ganó a niños que lograron sentarse a los seis meses o antes.
Mi conclusión es que no importa cuán rápido se sienten, gateen o caminen, lo importante es que lo logren, que lo apoyes estimulándolo, pero tampoco presiones demasiado, y sobre todo no lo compares mucho con otros niños, porque cada quién tiene su propio ritmo y que logren hacer algo en una edad temprana no siempre significa que serán mejores deportistas ni más inteligentes.
Es cierto que si se pasan de cierta edad, ya tienes que ir a que la revisen, pero que un bebé no se siente a los seis meses, no es algo de qué preocuparse todavía. Si llega a los ocho meses y aún no lo logra entonces sí estoy de acuerdo en que tienes que revisarla.
Saludos!
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