De pronto su vida se llenó de restricciones

Hola niñas.
Estoy un poco apenada porque me he dado cuenta de que de pronto la vida de mi hijo (20 meses) se llenó de restricciones!
Todo el día le negamos cosas, y le prohibimos hacer otras. Por supuesto, él reacciona mal.
Pero no sé cómo hacerlo...
Ahora como está más grande intenta hacer cosas de adulto, pero no podemos dejarlo. Y además está más inquieto y quiere experimentar con más cosas, pero que no se pueden. Y, como si esto fuera poco, tiene más fuerza, entonces rompe cosas que antes no, porque no tenía fuerza, por lo tanto ya no lo dejamos tocarlas.
Por ejemplo: Antes su papá lo dejaba tocar su guitarra y el acordeón, pero él se conformaba con tocarlos. Ahora como está más grande tiene más fuerza y está más "torpe" con los instrumentos, intenta hacerlos sonar, afirnarlos, o qué se yo, otras cosas con que puede estropearlos, entonces no lo dejamos.
Trata de jugar con enchufes o cables. (obviamente no lo dejamos).
Quiere subirse y trepar solo a las sillas o mesas.
Desordena todos sus pañales o sus toallitas húmedas... los tira TODOS por el piso.
Intenta tocar el notebook del papá, o el mío.
Intenta subirse a la máquina de ejercicios.
Intenta ponerle leña a la estufa
Quiere que le pasemos cuchillos para comer. (no quiere los suyos, quiere los nuestros)
etc, etc, etc, etc...

¿qué puedo hacer para compatibilizar su curiosidad y deseos de experimentar con las cosas de adultos, con su seguridad y a la vez límites? (sin decirle NO todo el día. Que a mí realmente me da pena y en el fondo entiendo que le den rabietas, sino lo dejamos hacer nada de lo que él quiere).

DESDE YA, MUCHAS GRACIAS!!

Yo estoy en tu mismo caso Natalia a sus 13 meses quiere hacer muchisimas cosas que no debe intenta alcanzar todo, y algunas veces lo logra, quiere estar conmigo mientras cocino, quiere subir las escaleras, y claro todo es NO, porque todo esto la pone en peligro.

Me dice mi mama que la pobre pensara que su nombre es NO NO NO.

Vere que te contestan las chicas, saludos

Yo creo que todas aquellas cosas (o todas las que se puedan) que suponen un peligro para los peques o que no queremos que toquen, es mejor apartarlas de su vista y de su alcanze. Si no las ve, no las querrá coger ni tocar. Así evitaremos tener que decirles no todo a cada momento.

A veces hay que modificar distribución, decoración y otros aspectos de la casa adecuándolas a los niños. Ellos no tienen la culpa de querer tocar y coger las cosas que nosotros no queremos que toquen ni cojan. Pienso que es nuestra responsabilidad sacarlas de su vista, y dejarles una casa "libre" de peligros y tentaciones.

Evidentemente, cada uno sabe como tiene su casa y las cosas que puede cambiar, pero creo que debemos tender a eso. Estos cambios son temporales, hasta que entiendan lo que pueden tocar y lo que no.

No depende de los adultos el hecho de que los niños lo quieran tocar todo, lo que sí depende de nosotros es quitarselas de su vista.

Hola guapa!!!

Tu hijo está en una etapa en que la experimentación y el conocimiento de su entorno es muy importante para poder madurar tanto en lo físico como en lo intelectual.

Es completamente normal que quiera tocarlo todo e imitar lo que vosotros haceis.

Opino como Cristina, somos los adultos, en este caso los padres los que deben de determinar que se puede o no se puede hacer. Desde mi punto de vista y experiencia creo que todo aquello que pueda ocasionar peligro tanto al niño como al entorno, si se puede quitar de su alcance fenomenal y si es imposible, hacerle saber que sus acciones pueden provocar mucho daño.

Te pongo un ejemplo; si por mi culpa, mi hija coge las toallitas( por mi culpa, porque las he dejado a su alcance en vez de ponerlas en una estantería donde no llegue), considero que no puede perjudicarse por ello, por lo tanto le tendré que dejar unas poquitas....

Si por el contrario, mete un dedo en el enchufe, tendré que cogerlo inmediatamente, decirle que eso no se hace porque se puede hacer mucho daño y poner en el enchufe una protección para evitar que lo haga, pero aún así , cada vez que se dirija al enchufe, decirle que no, y siempre ese no seguida de una explicación coherente.

UN ABRAZO

Completamente de acuerdo con lo que te han dicho.

Yo estoy en una etapa similar. Alba tiene 22 meses. Y a mi no me gusta nada estar todo el día con el NO en la boca (ni ahora, ni antes). Además, esta etapa de nuestros nenes creo que es especialmente difícil (empiezan a querer reafirmarse ellos solos en todo) y los "terribles 2 años" están al caer, y empezando a mostrarse. Obviamente, las negativas ahora Alba se las toma mucho peor que cuando tenía un año, por ejemplo. Además, como tú dices, al ser más grandes y tener mas fuerza, son un peligro! porque tienen capacidad de hacer más cosas, pero les falta el sentido común para dosificar sus nuevas habilidades. Alba que es bastante grande, por ejemplo, ahora es capaz de abrir y cerrar puertas sin problemas, o dar la luz y tocar todos los botones de las lavadoras, frigoríficos... SIn embargo, yo creo que aún no es suficientemente capaz de entender los riesgos de hacer todas esas cosas.

Te cuento lo que yo hago (intentando, como te decía al principio, dosificar muy mucho las negativas, y dejarlas para las cosas realmente importantes): lo primero, no olvidar ni perder de vista que es muy pequeña, no tiene si quiera 2 años, y que es normal su curiosidad. Nunca pensar que hace las cosas a propósito, para fastidiar, sino porque está explorando el mundo y experimentando con él (bueno, salvo contadas ocasiones, en las que sí hace las cosas mal, conscientemente). Después, yo procuro utilizar la técnica de la distracción, más que la imposición. Es decir, cuando no quiero que haga algo (algo poco importante -que no le va la vida en ello, o su seguridad-), como por ejemplo, jugar con el agua en el bidé (el riesgo mayor es mojarse, cosa fastidiosa por tener que cambiarla, pero nada grave para ella), procuro ocuparla con otra actividad que la distraiga más. A veces funciona, a veces no. Si pretendo que no juegue con el agua, simplemente porque lo digo yo, es fracaso seguro. Ella se enfada muchísimo, y a mi me desespera más. Así que, aunque no dejo de decirle, lógicamente, que se moja si juega con el agua y en ese momento no es oportuno, lo que realmente trato es de distraerla con otra cosa menos conflictiva.

Por supuesto, procuro quitar de su alcance todo lo que no quiero que toque. Y en cualquier caso, también procuro dejarla jugar con las cosas que quiere, bajo mi estrecha supervisión: por ejemplo, en la cocina, le dejo tocar nuestros cubiertos, pues también los quiere, pero en vez de dejarle el cuchillo, le dejo la cuchara que es más inofensiva (y en realidad, le basta, por el simple hecho de ser algo de lo nuestro).

Las cosas que realmente NO tiene que hacer, se las remarco mucho muchísimo. Y procuro que sean prohibiciones cortas, directas y sencillas (y lo menos numerosas posibles). Por ejemplo: los radiadores no se tocan, porque pueden estar calientes. Para reforzar la idea, le hago que toque con mucho cuidado uno que esté un poquito caliente (sin quemar, claro). Entonces ella entiende porqué no se puede tocar.

Al final, lógicamente, también me toca pasar por muchas cosas que a ella le apetece hacer y que yo preferiría que no hiciera (más por mi comodidad que otra cosa, pues para ella no reprensentan peligro alguno), como por ejemplo, que pise charcos, que juegue con la comida mientras come, que se quite las zapatillas porque prefiere ir descalza... Entendidas como experimentos necesarios propios de su edad y que, en la medida en la que ya haya probado con ellos, normalmente pierden interés y deja de hacerlos.

Y por supuesto, nunca se puede pretender que hagan (o dejen de hacer) algo que tú no haces. Por ejemplo: a mi me encanta ir descalza por la casa en verano. Claro, si yo no uso zapatillas, no puedo pretender que ella se las ponga...

Uff qué tema. Como las chicas, opino que no queda mejor opción que mimizar las restricciones, para que el bebé no se sienta tan frustrado ni los padres tan desgastados. Bruno está así desde que empezó el gateo, y claro, cada día con cosas nuevas. Hay veces que logro distraerlo, y otras no queda remedio que quitarlo de donde está y explicarle, aunque llore y proteste. Hoy, por ejemplo, tuve suerte, estaba tocando las perillas de la cocina y le dije que me ayudara a cocinar, le di un batidor de plastico y un balde y le dije que cocinara conmigo, y así se entretuvo. Otras veces es muy difícil. Y cuando tienen instalado un hábito -por ejemplo lo de los instrumentos- es un poco desconcertante para ellos que de repente no se pueda. A Bruno el papá le dio varias veces botellas de gaseosa para jugar, pero ahora las pide cuando están llenas, y claro, ahí no se puede..
En fin, paciencia y tolerancia con las pequeñas cosas, los pañales, por ejemplo, cambialos de lugar o que sea un juego más, es inofensivo.

Mira a Bruno desarmando su bolsa de pañales, a los diez meses

Besos!

Yo también lo dejo hacer muchas cosas, por ejemplo jamás le he quitado cosas de la boca, a menos que el tamaño del objeto sea peligroso. Pero no soy de cuidar que todo esté perfectamente limpio antes de que se lo lleve a la boca, y Pablo jamás se ha enfermado por bacterias, siempre que ha estado enfermo ha sido por virus, así que creo que no ha estado mal. También lo dejo que pise charcos, que abra y cierre puertas etc. A veces lo de cerrar puertas me pone de nervios, pero es tanta su insistencia con estas, que prefiero quedarme al pendiente y tratar de que no se machuque los dedos.

Yo sinceramente pienso que pronto se le pasará sin que yo tenga que hacer ninguna intervención, es cosa de que crezca un poco más. Hay que tratar de que no se lastimen, por supuesto, quitar los peligros que estén al alcance etc. A pesar de que a mi tampoco me encanta decirle no a todo, tampoco soy enemiga del no, creo que el no es parte de su formación y además no es posible eliminarlo de nuestro vocabulario, así que siempre que sea necesario se vale decirle que no, esa es mi opinión.

Creo que es importante encontrar un balance que sea positivo para ambos, de permitirle experimentar con cosas, tener tolerancia a su necesidad de explorar, pero sin bacilar de decir un no cuando así sea pertinente.

Un abrazo!

ay, chikas, escribi un gran mensaje y se borró!!
ahora amaru me reclama.
Luego respondo!!

Uffff,muy mala esta etapa...y lo que queda todavia. A mi me tenia loca mi Nico Estaba todo el rato sacando cosas de los cajones,rompiendo revistas,tirar las cosas por toda la casa...era un sin-fin,todo el dia recojiendo.Si os digo que me toco quitar de su sitio unos 4 cajones chiquitines,los que siempre estan llenos de cosas pequeñas que usas muy poco pero no te da por tirarlas nunca;se subia el muy malo en la silla y venga a sacar las cosas,lo que mas miedo me daba era que aveces tiraba con fuerza y sacaba el cajon de todo y una ves casi se va al suelo con cajon con todo .Todavia tengo los cajones fuera del mueble,por no decir que hay otros 2-3 cajones completamente vacios...asi cuando le da la vena,le dejo que los llene con cosas que el quiere y lo tengo distraido para hacer mis tareas en la casa.
La tele de plasma, tan grande y tan cara en su momento,la rompio en un segundo tirando un juguete y la rabia mas grande es que no lo hacia de costumbre (tirar cosas en los muebles o hacia arriba),que no se pudo prevenir.Ahora tenemos casi siempre un protector de pantalla casero (metraquilato y unos ganchos de madera),asi no nos rompe esta tambien.
Lo unico que puedes hacer es lo que te han dicho las chicas : intentar no dejar cosas peligrosas a su alcanze,has todas las modificaciones que puedas, asi no tendras que decirle NO todo el rato...y PACIENCIA,ya se le pasara algunas de estas costumbres y si no,crecera y podra entender lo que es para jugar y lo que no.

bueno, resumiendo un poco lo que escribí el otro día (y que se borró)...
Que gracias a sus mensajes he podido seguir reflexionando y me he dado cuenta que casi nunca la culpa es de mi hijo.
Es cierto que a veces hace las cosas sólo para molestarme, sobre todo cuando está enojado pero son las menos!
Me he dado cuenta que el problema se debe, principalmente, a 2 cosas:
1. Somos demasiadas personas las que criamos a Amaru, entonces es muy dificil estar todos de acuerdos en los límites. Por ejemplo: a mí no me gusta nada que tome jugos industrializados... pero aquí en la casa los demás sí toman (yo no). Entonces cuando él los ve tomar les pide... y algunas veces le dan. Entonces ahí ya tenemos motivo suficiente para confurdirlo y provocar conflictos.
No pasa lo mismo con el vino, por ejemplo. Porque con el vino todos le decimos que no puede tomarlo, que no es de niños. Y como todos le decimos lo mismo siempre, ya nisiquiera pide. Asumió que vino no.
2. Como se acabaron las vacaciones y tuvimos que volver a trabajar, pretendemos que Amaru se adapte a nuestro ritmo y a nuestros horarios. En cambio en las vacaciones fue todo lo contrario, nosotros nos adaptamos a su ritmo y su horario, e hicimos todo en función de él. Un cambio demasiado brusco para él... y también provoca conflictos.
Por ejemplo: justo cuando vamos saliendo hacia la guardería para que luego yo me vaya a mi trabajo, se le ocurre que quiere jugar, o bota todos sus juguetes... o se le ocurre que quiere "hacer pipi" en la vasenica... y lamentablemente yo no puedo darle en el gusto a esa hora, entonces ya es pelea. Porque no quiere ponerse la parka y el gorro, porque quiere hacer otras cosas. Luego no quiere sentarse en el auto porque ya va enojado... y así.

Y todas estas reflexiones me han ayudado a entenderlo mejor y ponerme en su lugar... intentar distraerlo, y comprenderlo. Y hemos andado mejor!
No excelente, pero mejor.
La verdad es que me encantaría tener todo el día y el tiempo para él!!
YA QUIERO VACACIONES OTRA VEZ!!

UN ABRAZO GRANDE Y MIL GRACIAS POR RESPONDER!!

Pd: (no me funcionó lo de "resumir")

La verdad es que me encantaría tener todo el día y el tiempo para él!!
YA QUIERO VACACIONES OTRA VEZ!! Carcajada

Pues estamos iguales!!!

Besos