Una reflexión personal sobre lo rápido que vivimos

Hola a todas!

Hace muchísimo que no participo, porque mis obligaciones laborales y mis placeres maternales no me dejan ni un minuto libre. A veces tengo que mirarme al espejo para recordar que soy yo

Pero hoy me busque un hueco porque tenía ganas de compartir con vosotras una reflexión personal,porque a lo mejor a alguien le sirve leer.

Prometo volver, y espero que muy pronto, porque las echo de menos.

Besos!!

[UNA REFLEXIÓN PERSONAL]
¿Hacia dónde vamos? O mejor... ¿Sabremos cuando hemos llegado y nos podremos bajar antes de estrellarnos?
Hablo del tren de la vida, ese tren que cada vez se parece más a un tren de alta velocidad que sin darnos cuenta nos ha llevado hasta aquí, a las puertas de Abril, sin darnos cuenta.

Cada vez estamos más ocupados o preocupados. No he encontrado persona aún que me diga "claro, tengo tiempo" porque a la mayoría de los mortales nos falta. Es el bien más preciado del Siglo XXI, y si se pudiera atesorar sin duda haría multimillonarios y más, a sus poseedores.
Hoy en día da igual si eres la vicepresidenta de una multinacional o el verdulero de la esquina. Si eres madre trabajadora o te dedicas a cuidar jardines. Estoy segura de que no tienes tiempo.

No tienes tiempo para disfrutar de tu familia, ni para disfrutar de tu trabajo y menos de tus hobbies.
No tienes tiempo para disfrutar del ejercicio porque; o lo has convertido en una obligación para sentirte saludable, o lo tienes agendado para dedicarle tiempo algún día.
No tienes tiempo para ti, aunque nos bombardeen de mensajes que hay que cuidar de uno mismo y sólo logren hacernos sentir (más) culpables.
No tienes tiempo de no hacer nada (sin sentirte mal o improductivo por ello).
Ni de reír sin motivos, ni de quedarte embelesado a ver cómo crecen tus hijos. Quieto, en paz, en silencio. Leer un libro, disfrutando, entendiendo, sin contar las páginas que faltan para sentirte bien de que lo has terminado ¡Por fin!, al menos he leído uno de mi larga lista.

Vivimos tan acelerados, y tan rápido, que después nos preguntamos adónde ha ido nuestra vida, qué ha pasado con nuestros hijos , cuándo nos hemos perdido no sólo su primer paso sino también su primer novio/a.

Por ello, hoy quería permitirme una pausa para reflexionar sobre esto, porque creo que es tiempo de que paremos, de que quitemos el pie del acelerador, de darnos cuenta de que la vida no es una carrera de 100 metros sino un recorrido de fondo.
Es hora de que nos relajemos y descansemos.

Descansar. Sí, descansar. Y no las 8 horas que "tocan", y que a duras penas logramos los fines de semanas. Descansar como yo lo entiendo, es levantar la mirada de nuestro ordenador y darnos cuenta que afuera "hay vida". Que cada suceso tiene su ritmo, su lugar, y no podemos ir en contra de eso. Como dijo Warren Buffet, "Algunas cosas sólo necesitan tiempo: nueve mamás no hacen un bebé en un mes".
Por eso recordemos (o mejor dicho, QUIERO RECORDAR) de que hay cosas más importantes en nuestra vida que compromisos , metas y objetivos para llenar nuestra agenda.

La vida ocurre sólo una vez y no saldremos vivos de ella, así que descansemos y démonos permiso para disfrutarla... lentamente.
¿Lo hacemos?

¡Qué placer volver a leerte! Evidentemente tampoco muchas participamos tan asiduamente como antes, pero siempre es un placer encontrarnos aquí.

Lo siento pero yo sí he logrado parar. Quizá tampoco tengo "tiempo" porque es verdad que siempre hay algo más que hacer, siempre hay algo, algo que estudiar, algo que trabajar, un objetivo que cumplir, un sueño que imaginar.

Pero yo noto que desde que nació Ulises aprendí a parar. Ese parar del que hablas y que ha sido mi gran regalo de la maternidad. He aprendido a parar y a esperar. Aprendí con Ulises y reaprendí con Simone. ¿Cómo tener prisa con Simone si va a cumplir 4 años y todavía estoy enseñándole a comer?, ¿cómo tener prisa con Ulises si ha cumplido 6 años y todavía no duerme bien?, ¿cómo tener prisa si cumpliré 40 años y he cotizado tan poco que no creo que me llegue para la jubilación?

Con ellos he parado porque me siento con ellos a jugar y ya se caiga el mundo que ahí estoy. Supongo que ser paciente es una virtud (y mi compañero haciendo la cena, claro jj):

Y he vuelto a reinventar el parar viviendo en este pueblo. Y me voy a correr y es tan hermoso que estoy tan a gusto... Y mi sueldo de "eme" con mi jornada de "eme". Es que estoy encantada. Trabajo tan poco... Es un privilegio, la verdad. Y huele tan bien en este pueblo. Y si hay sol, me gusta el sol. Y si hay lluvia, me gusta la lluvia. Sé que debo sonar a sobrada de la vida, pero es que es la verdad. Cada vómito de Simone, me llena de paciencia; cada "no" a hacer caca en el water (sí, todavía usa pañales y no hay manera de convencer a la cabezota de mi hija) me llena de paciencia; cada despertar de Ulises me llena de paciencia. Me llena porque me la gastan y sé que tengo que ir a la despensa a por más, porque la cosa es así.

Y, bueno, tampoco puedo evitar pensar, en momentos de estrés, que qué bien estaría sin ellos, que mi vida estaría llena de planes mucho más interesantes, o al menos menos repetitivos (estancias en el extranjero, jornadas maratonianas de trabajo, dinero gastado de manera consumista). Y lo pienso. Pero a la vez cómo exprimo el tiempo, cómo exprimo la salud... Ay la salud... Quien la ha perdido (y yo la perdí a través de mi hija) valora mucho el recuperarla. Sí, Simone ha estado una semana en casa sí y otra no, y he aprendido a que en la semana de cole puedo hacer unas cosas y en la de no cole otras diferentes. Yo no depende de mí misma mi vida, para nada en absoluto. Pero sí en lo importante: en aprovechar de diferente manera cada manera y disfrutar de cada segundo que tenemos (a veces rabio mucho, no te creas). Al menos lo intento. Al menos respiro.

Y sí. Estoy contenta con lo que he aprendido en todo este tiempo. Y, sobre todo, con el haber sabido parar. Es la lentitud que introduje en mi vida como invitada de honor.

Sueno pedante pero es así.

Gracias Verito.

Besos!

Buena reflexión. Yo siento a veces como si me empujaran para ir más deprisa de lo que yo quiero ir... Vas cansada, mal dormida y ya apenas te levantas empiezan las prisas. Preparar desayunos y meter prisa porque no llegamos al cole, y correr, correr, correr...

El único tiempo para mí es a mediodía, porque me quedo a comer en el trabajo. Es un falso tiempo, porque no es que puedas elegir qué hacer. No puedes estar con tu pareja, tu hija, en tu casa. Sólo te adormeces un rato, repasas correos electrónicos o lees un poco de ese libro que a salto de mata vas acabando.

Parar... No es que no quieras, sino que no está en tu mano. Horarios de trabajo, estudios... Compras semanales... A veces un bañito con espuma renueva la falsa ilusión de disponer de tu tiempo.

Hermosa reflexión Vero, hermosa. Yo sólo me siento tranquila para parar cuando no tengo obligaciones pendientes, pero... menuda trampa, siempre las tengo. Igual, me doy permisos a veces medio obligados para cambiar de dirección y , aunque sea, correr por otras cosas. Como estos días que Bruno cumplió años y "perdí" muchas horas preparando todo para su cumple. Me gustaría abrir un post por ello, que ese es uno de los regalos que últimamente no me hago tampoco, detenerme a escribir estas emociones de la maternidad.

Gracias por detenernos a pensar Vero, siempre es maravilloso leerte, un abrazo, Romina

PD: Y la mayor de mis admiraciones para ti Nuria, por su sabiduría y modo de encarar el día a día. Un abrazo grande.

Fantástica y necesaria reflexión.....

Y cierta de principio a fin.....yo me paso el día pensando...ahora acabo esto y juego con los niños, hago y deshago y pongo y quito...y al final nada.....no llego a nada, todo se queda a medias...no juego con ellos, la casa esta hecha una mierda, yo estoy agotada...

y el problema es que día tras día es así....uf, a mi no me ha dado por pensar si estaría mejor sin los enanos...yo tengo claro que a mi lo que me mata es trabajar......es lo que me agota mental y físicamente y lo que me quita tiempo del resto....y me aporta poco o nada...un sueldo a final de mes...y ya pero no podemos prescindir de el....

En fin....lo seguiremos intentando, sin agobiarnos en el intento ...porque si ya es suficientemente malo saber que no tienes tiempo....casi peor es encima culparte por ello......te sientes mal doblemente....ay madre....

Descanso mental.....ese es el que necesito yo...mente en blanco sin planificar ni tener que andar siempre un paso por delante de los acontecimientos......seguro que os pasa también......

Hola chicas!
¿Ves Romina? Eso de preparar los pasteles de cumpleaños es algo que me enseñaste tú... El parar a hacer un pastel. Porque, claro, para mí hacer un pastel (cada vez además más complicado) me lleva muuucho tiempo. Y solo lo puedes hacer si en tu cabeza solo hay pastel y el querer hacerlo. Porque si el pastel lo haces en un hueco de todo lo demás, ni hay pastel ni hay todo lo demás. Yo veía los pasteles que le hacías a Bruno y decía ¿cómo puede hacer eso? Pues sí se puede, querer es poder. Hay que parar, que se caiga el mundo, que yo a Simone le hago una casita de Peppa Pig para el 28 de abril. El resto de las cosas (incluido mi sueño) puede esperar.

Pero tenéis razón que hay una cosa que es fundamental: el trabajo. Cuando el trabajo resta muchas horas (y suele ser además fuera de casa, y si es en casa también es obsesivo) es difícil de encontrar la calma. Las lavadoras se acumulan, las obligaciones, el jugar como una obligación... estrés al fin y al cabo. Yo también tengo estrés. Lo que pasa es que mi estrés suele venir de los niños, de que no se peguen, de que estén listos a la hora, pero no sumo muchas más cosas. En mi vida he comprendido que sumar muchas cosas y objetivos es restar y, por eso, he priorizado, y cada vez soy más de mínimos y trato de hacer pocas cosas por obligación. He cambiado mis metas laborales, no haciéndolas más pequeñas sino haciéndolas más compatibles. Creo que el día que tenga un trabajo "de verdad" se irá al garete mi tranquilidad... Y no tengo muchas ganas. Por eso disfruto de lo que tengo ahora, por si acaso mañana toca cambiarlo.

Simone me vino a cambiar la vida, chicas, no lo puedo evitar. Tengo 40 y cualquier día, en realidad, me puedo morir. Y no es un sentimiento negativo, es que cualquier día me muero y ya está. Y yo solo quiero pensar que los días que me queden (mi abuela paterna tiene 100!) sean tranquilos, sean felices, con metas, sí, pero sin demasiados agobios. Con tranquilidad mental porque sé, que cualquier día, el día menos pensado, tienes algún contratiempo de verdad y ahí sí que pierdes el control. Ahora que las cosas me van bien, quiero que estén bien. No sé, chicas, lo pasamos mal con Simone. Y, ahora, cuando  me estreso, solo tengo eso en la cabeza ¡que bien estamos ahora! Y todo se relativiza. Y entonces paro y si Simone vuelve a estar con fiebre como ahora, la acuno, me la guardo para mí, le doy besitos, me olvido de toda la cocina sin hacer durante todo el día, y digo, como bien me dijera Romina en su día "lo único que importa es el amor". Y adelante. Y, sí, difícil compatibilizarlo con 8 horas de trabajo diario y 1 mes de vacaciones. Estoy de acuerdo. Habrá que ir pensando ir cambiando de trabajo... o mandar al cuerno la hipoteca... qué sé yo.

Besos!

Otra que os echa de menos....
¡Buenas noches a todas!
Os leo y os entiendo tan bien... Porque es verdad que la maternidad enseña a parar y a disfrutar de ese lento paso del tiempo.
De esas horas de la noche que cobran vida repentinamente al llegar el bebé a tus brazos.
De esa tarde que parece no acabar nunca cuando acunas y das teta a tu retoño.

Y me doy cuenta de que vivo atrapada en la dualidad del paso del tiempo:
- ¿Mi hija mayor ya tiene 7 años? ¿Cuándo dejó de ser un bebé?
¡Si aún la recuerdo gateando como loca por la casa!
- ¿Mi hija mayor sólo tiene 7 años? ¿Cómo era mi vida antes de que naciera?
¡Ya no lo recuerdo, parece que lleva a mi lado una eternidad!

Y de repente te conmueves porque a la salida del cole te busca con la mirada y corre a darte un abrazo, y la ves pequeña.
Y otras veces la ves hablar con sus amigas razonando como un adulto, y la ves mayor.

Y el tiempo pasa, la mayoría de las veces de manera rutinaria, como decís, absorbida por la casa, el trabajo, la familia, los compromisos...
Y otras, de repente el tiempo se para, y sólo escuchas su respiración en medio de la noche, o hueles su pelo, o te quedas embelesada mirando un dibujo suyo, o grabando en la memoria un gesto, una sonrisa, una frase.

Pero qué importante es vivir despacio también fuera de la maternidad...y aprender a disfrutar de la soledad, a reenamorarse día a día de la pareja, a entusiasmarse con el trabajo, a preguntar al vecino cómo está, a mirar al cielo y prever el tiempo...

Gracias Vero por tu reflexión, yo, al igual que Odisea, vivo en un entorno que facilita ese pararse a contemplar, pero aún así, he de confesar que la mayor parte del tiempo vivo sin pensar, ausente a ese inflexible e inexorable movimiento de la aguja del reloj.

Tras estas respondedoras vacaciones, en las que he disfrutado de la ausencia de horarios, haré el firme propósito de bajar de ese autobús.
Gracias a todas, un placer, como bien dice Nuria, encontrarnos aquí

Un poco simplón pero la idea sería algo así http://movimientoslow.com/es/filosofia.html

Para mí se resume en no intentar llevar a cabo demasiados objetivos a la vez. Poco a poco . Y hacer tu propia selección vital.

Pero bueno, es para mí. Seguro que se puede entender de mil formas.

Besos!

Es curioso, mi madre dice mucho:
"primero viene el uno y luego viene el dos"
Y eso también parece simplón, pero a medida que voy cumpliendo años, me doy cuenta de que lo realmente difícil es pararse a pensar, cuál es el uno y cuál es el dos.
y cuántas vece me he encontrado llevando a cabo el tres o el cuatro, sin haber realizado el uno... Estas madres...lo saben todo ;-)
Más besos

yolanda 2 escribió:... Estas madres...lo saben todo ;-)

Recuerda que como madres (como personas) sabemos que no tenemos ni idea Mi madre tampoco

Ah, me alegro de que todavía estés por aquí!

Besos!

Verito,
Ya que iniciaste tú está reflexión tan necesaria en los tiempos que correr, me gustaría hacerte una pregunta sin escapatoria. Si piensas que vivimos (que vives) demasiado deprisa y nos propones parar... ¿qué vas a hacer para parar?, ¿tienes ganas de parar?, ¿crees que puedes hacerlo? A tono con el post... ¡tómate tu tiempo para contestar!

Besos!

Hola hola

me encantan estos posts reflexivos, que dan para pensar y para analizarse una misma, para compartir sentires...

Yo también siento que no tengo tiempo de nada, que el día me devora con el paso de las horas, que todo anda manga por hombro, que se acumulan los quehaceres... A veces me oigo decir en voz alta: estoy perdiendo el tiempo de una manera... y no reparo en que HH está cerca y me ha escuchado y entonces le oigo decir: mami, el tiempo nunca se pierde

Claro que no se pierde!!! porque, qué es perder el tiempo? No se pierde si no que se emplea en otra cosa. Unas veces quiero recoger la ropa tendida y mi bebé no me deja, me reclama, lloriquea, se aburre o me pide teta. Entonces el tiempo lo utilizo en otra cosa, lo empleo en él. Al fin y al cabo la ropa puede seguir tendida, lo peor que puede pasar es que llueva y se moje!! jaja entonces habrá que relativizar para no enfadarse!! jjj

Mi discurso puede parecer simplista,sobre todo si se trabaja fuera de casa, si luego también se curra dentro y hay que atender las demandas de los niños. Yo no curro fuera de casa pero desde luego curro muchísimo! porque no tengo vacaciones ni días libres, ni tiempo de desconexión (salvo el que yo me invento a deshoras o saliendo a la calle y buscando adultos o tribu con quien sobrellevar la crianza) Mi día a día es ya de por sí estresante. Y desde hace unas semanas todavía más porque HH ya no se queda a comedor y estoy todo el dia de arriba para abajo.

Pero he aprendido a encontrar tiempo. He recuperado un placer antiguo y personal, algo que he hecho desde que tengo uso de razón y que desde que me convertí en mamá lo había abandonado completamente: leer en la cama. Por la noche, disfrutando del tiempo, sin más. En la habitación de al lado se acumula la ropa por doblar, el suelo del salón no está fregado, tendría que haber puesto una lavadora... Me da igual, ahora es el momento de disfrutar y vivir este momento, no lo cambio por nada! El resto puede esperar, igual que esa ropa tendida cuando Oli me reclama.

Creo que es necesario renunciar a algo en pos de otra cosa. Yo he tenido que renunciar a mi trabajo, sigo de excedencia, no curro, no gano ni un euro, nuestra cuenta corriente está casi siempre en números rojos.. a veces me resulta un poco penoso la verdad. Pero a cambio estoy viviendo intensamente la infancia de mis hijos. Y pasa tan deprisa! Y entonces me doy cuenta de la suerte que tengo por haber podido elegir.

El entorno también facilita las cosas. Acabo de pasar cuatro días en una casa familiar en un pequeño pueblo de la sierra. Las distancias son cortas, uno baja a comprar el pan, o leche, o carne.. y no tarda más de veinte minutos. No hay centros comerciales, por ejemplo, que te tragan y te secuestran durante horas. No hay atascos, no hay prisas...

Yo también he conseguido parar a costa de perderme otras cosas. Me recuerdo antes de ser mamá... qué locura! me levantaba a las seis de la madrugada para cruzar todo Madrid y trabajar 8 horas, a veces más. Cuando fui mamá pensé que no quería ni podría ni sería sano para ninguno de nosotros seguir un ritmo tan trepidante. Y decidí parar y contemplar con HH, y luego con Olivi, cómo se mueven las hojas del sauce que hay frente a nuestra ventana.Una ventana con los cristales muuuuuy sucios. De momento no hay tiempo para limpiarlos, pues que esperen! qué más da!

bssss

Uff, Laura, me pones la piel de gallina. Hemos tenido una crianza con mucha sintonía y paralelismos. Para mí ese "perder el tiempo", que no, que no, que no, que no es tal, lo resume muy bien lo que hacíamos cuando los peques (los ahora mayores) eran pequeños: por ejemplo, montarse en el autobús ritmo a ninguna parte y embelesarnos viendo la ciudad (eso lo hacíais mucho vosotros), o contemplar durante más de una hora seguida cómo se bajaban y subían en una calle que había tres garajes seguidos las puertas entrando y saliendo coches.

Ese "parar" para mí significa eso. Pues se trata, además, de disfrutar haciéndolo y dejar la pila de platos subir y subir y mandarlo todo a la porra. Porque esa hora allí embelesados con tu hijo mirando entrar y salir coches me ha hecho, por lo menos a mí, aprender más que los artículos de antropología, muchas veces (sí, por qué no decirlo) tediosos y a los que me he debido.

El cuidado es estresante, claro que sí. Pero hay tiempo para desconectar, para hacer coches de polícía, para pintar, para inventar, para imaginar. Es otro tiempo que el del adulto. Para mí "perderse" es meterse en el mundo infantil, sin prisas, sin horarios, sin agobios. Cuando empieza el cole ahí se inician los horarios pero, aun así, hay un pequeño (cada vez más pequeño) margen para parar, que es también margen para crear, margen para ensoñar, margen para imaginar. Ahora yo me doy cuenta de que soy mucho más creativa de lo que yo pensaba. Yo, antes de tener niños decía, "no, si yo no soy creativa". ¡Es que hay que cultivarlo! Y si conjugas la creatividad infantil y la adulta, creyendo en tí para ilusionar a los niños haces cosas que te entusiasman. Yo así lo vivo. Cuando las compañeras de trabajo me miran raro por no trabajar más y las oigo hablar de lo que es el éxito y no (para ellas yo no soy el éxito), yo digo "yo me considero el éxito -para mí- porque yo, más o menos, decido lo que quiero hacer". Y hoy, la verdad, me apetece bastante más aprender el idioma de mis hijos (en el que estoy totalmente volcada) o hacer una tarta de Peppa Pig que ampliar mi CV. Para mí, mi CV está en el aquí y ahora y hacer lo que hoy y ahora me apetece. El mañana, dios dirá. ¿Qué es el mañana?, ¿dónde está? Y hoy no me apetece meterme en nada más: ya tengo bastante y solo quiero disfrutarlo.

Creo que si hay algo que nos une en el parar de Laura y mío ha sido la noche. La noche ha sido la culpable de que hayamos podido parar. Ese silencio nocturno... luego cada una lo ha invertido en lo que sea, pero ha existido. También relajaba el día porque sabes que, al menos, te queda la noche. Yo sin estas noches en las que sé que algo podré hacer de lo mío, me pegaría el día agobiada. Porque yo sé que siempre me queda la noche, y aunque interruptus por despertares, o cansada por la falta de noche ahí llego yo conmigo misma. Y ese saber que está la noche me permite disfrutar de la crianza porque sé que siempre me llega el turno de "cosas de adultos" y mientras me puedo perder en las cosas de niños. Y también ahora, con los dos en el cole, tengo más tiempo para las cosas de adultos y todo es más relajado (bueno, aunque este año la pobre Simone poca tregua se ha dado...). Sin la noche, me hubiera sido más difícil invertir todo mi tiempo solo en los niños, viendo que todos los días son iguales, llegando a la noche reventada. Con la noche, me llega la tranquilidad mental necesaria para poder disfrutar por el día de los enanos (ahora ya, mucho en el cole).

Besos!

Para mí ese "perder el tiempo", que no, que no, que no, que no es tal, lo resume muy bien lo que hacíamos cuando los peques (los ahora mayores) eran pequeños: por ejemplo, montarse en el autobús ritmo a ninguna parte y embelesarnos viendo la ciudad (eso lo hacíais mucho vosotros), o contemplar durante más de una hora seguida cómo se bajaban y subían en una calle que había tres garajes seguidos las puertas entrando y saliendo coches.

Ya lo creo que "perdíamos el tiempo" HH y yo!!! Nos sentábamos en un banco de la avenida con un tupper de cerezas durante una hora entera viendo pasar a los coches/camiones/autobuses y todo aquello que tuviera ruedas Y a deshoras, por supuesto, pues no había horarios para nosotros en aquella primera crianza (ahora con Olivi hay más restricciones por aquello del cole y los horarios del hermano) Me recuerdo allí sentada con mi peque a las tres de la tarde de un martes, por ejemplo, cuando las siestas eran de 5 a 7 de la tarde, cuando muchos niños conocidos del barrio ya estaban casi cenando.

Ahora con Oli pierdo el tiempo de forma bastante similar dentro de lo que podemos perderlo, claro está. Pero salimos tranquilamente a comprar el pan y podemos tardar dos horas en recorrer 300 m porque el peque sube y baja viente veces unas escaleritas que hay muy cerca de la panaderia, luego se entretiene viendo jugar al tenis a dos tipos en el polideportivo, se mete en un pasaje comercial e investiga, explora cada rincón del mundo!! Yo lo dejo hacer con la tranquilidad de tener la comida hecha (la hice de noche!) y la cama sin hacer

¿Conocéis la frase que dice "La vida es lo que nos pasa mientras estamos haciendo otra cosa"? O algo similar... Es absolutamente cierta y demoledora. Y sólo hace falra un mínimo sustillo para que tomemos conciencia de eso. La vida la damos por garantizada, aunque en el fondo sabemos que es una gran mentira. Y lo hacemos así porque si fuésemos en todo momento conscientes de lo frágil que es, nos obligaría a cambiar cosas de nuestro día a día y quizás no estemos preparados.
Nuria, Laura, etc... han sabido gestionar esos cambios. En ocasiones me siento tentada de dar un giro radical a mi vida, pero choco contra la realidad de mi entorno y mi cobardía. Me hubiese encantado liarme la manta a la cabeza y regresar a Madrid. Comprarles la casa del pequeño pueblecillo a mis padres y ralentizar mi ritmo de vida. Pero cusndo tienes ya trabajo, y te gusta, y la familia con mayúsculas la tienes cerquita, cuando tus mayores envejecen y marcharte equivaldría a dejarlos desamparados...Entonces, sabes que el sueño seguirá siéndolo.
No obstante, para mí es clave que seamos capaces de aceptar las cosas como nos vienen y no crearnos culpabilidades que nos lastren...

Qué bonito este post y vuestras palabras y vuestras reflexiones. Gracias chicas, sinceramente echaba mucho de menos el lugar donde pudieramos mirar a nuestro espejo interior y que nos reflejara lo que llevamos dentro.

Y Nuri me acabas de hacer las preguntas del millón y prometo saborearlas en mi mente para poder responderte y responderme.

Qué bien sienta regresar aquí porque por fin hoy siento que he vuelto

Las quiero!

Verito, las gracias te las doy yo a ti. Por lo que siempre aportas. Tú, y las demás. Hoy comentaba con una buena amiga y forera desde hace poco, que añoraba mis inicios en el foro. Que hay voces que se escuchan menos y otras a las que desearía tener de nuevo entre nosotras.
Por eso, por volver y hacer de este foro lo especial que siempre ha sido, doy gracias desde aquí a todas.

Alines, me encanta tu reflexión sobre la vida... Y es que verdaderamente, no tenemos nada, sólo el hoy, este minuto, este momento. Lo que pasará a continuación nadie lo sabe. Por eso hay que vivir cada instante, cada momento y cada oportunidad que nos da la vida, vivirla según viene, sin forzar. Vivir cada etapa con alegría, disfrutar de las pequeñas cosas, cultivar la paciencia...

A mí también me encantaría liarme la manta a la cabeza y marcharme de aquí. Vivo en un pueblo grande, casi una ciudad... es un lugar tranquilo de todas formas,una ciudad acogedora. Pero es demasiado ruidosa y demasiado grande para mí. Más de una vez le he dicho a mi chico: vámonos, pídete un traslado, empecemos una nueva vida en otro lugar más tranquilo... El no quiere, dice que no se le ha perdido nada en ningún otro sitio, que aquí tiene a su familia cercana, aquí se siente cómodo etc etc.

Pero suena muy bien esa vida que tú sueñas y que seguro que es muy similar a la vida que sueño yo...

Qué bonito!.

Yo nunca he sido de vivir a prisa, no intento hacer mucho ni a la vez, y desde que llegó Fonsi a mi vida, mis hobbies (leer y jugar a la consola sobre todo) sólo se llevan a cabo si él no me requiere (cuando está jugando solo o dormido), de resto intento deleitarme con todo su ser y con el de la familia y amigos cercanos, donde ya iba despacio, ahora con el enano, peor (o mejor, según se mire).

El cambiar de continente te hace también replantearte casi todo. Vivir el hoy sin pensar demasiado en el mañana (no obviándolo, claro)...

Gracias por La reflexión.

Dicen que la respuesta a un problema y el paso a la solución está en responder los 5 por qué.
También es útil para tomar perspectiva y darnos cuenta de las verdaderas motivaciones detrás de nuestras decisiones.

No tengo tiempo ¿Por qué?
Porque no llego a hacer todo lo que quiero hacer ¿Por qué?
Porque me tengo que ocupar de la casa, del trabajo y de los niños ¿Por qué?
Porque mi marido trabaja fuera en la semana, tengo mi propia empresa y estoy lejos de mi familia ¿Por qué?
Porque es el trabajo que nos mantiene, amo lo que hago y apostamos por una calidad de vida mejor ¿Por qué?
Porque es la clase de vida que deseamos y nos hace felices.

¿Se entiende el método? En mi caso, comencé con una queja y terminé sintiéndome agradecida

Seguiré compartiendo mis porqués porque me ayudan a pensar (y así responderte Nuri )

¿Cuáles son los vuestros?