Tenemos diagnóstico

Mayra,

yo me alegro de que por fin tengas el diagnóstico en la mano para poder avanzar y mejorar vuestra vida, la de A. y la vuestra. Lo que no entiendo es por qué tenéis que hacer la terapia por privado, ¿no os dan opción a hacerlo por la SS o con los especialistas del cole?

¿Por qué no puedes pedir la NEE?

Te envío un abrazo de oso, que aunque te esperaras el diagnóstico, debe de ser duro escucharlo, y un camión de ánimo.

Besotes.

Mayra,

aunque no tengas todos los documentos el lunes, que es cuando acaba el plazo para las solicitudes, presenta la instancia firmada haciendo referencia a que presentas los documentos que son necesarios -aunque aún no los tengas y no los presentes-; cuando lo tramiten, ya te requerirán para que los presentes y así dispones de ese plazo de tiempo extra para obtenerlos. Cuando los tengas, no esperes a que te requieran, presenta un escrito aportándolos y ya está. Te puedo ayudar con los escritos y las dudas o trámites, si es que lo necesitas. Envíame un MP y ya hablamos.

¿La neuropediatra te firmó un informe, o el gabinete privado?

Un fuerte abrazo.

Belén, con el debido respeto por el profesional del ramo que es tu marido y que yo no soy, voy a atreverme a dar una opinión o compartir una reflexión. Yo comparto lo que se dice en el primer video (por cierto, que no creo que Désirée ponga pegas a ninguno de los dos enlaces) de que, algunas veces se abusa de las etiquetas con demasiada alegría sin usar el DSM y los test como lo que son: meros instrumentos de trabajo; vamos, que sí, que seguro que, en muchas ocasiones, el árbol no deja ver el bosque, con los peligros que el etiquetar conlleva para el futuro del niño y que todas por aquí conocemos. De hecho, en algún lugar he leído que uno de cada 56 niños tiene un TEA y reconozco que la cifra me resultó excesiva.

Por otro lado, sin negar que eso pueda ocurrir en cualquier lugar, no dejo de pensar que la situación por estos lares es bastante distinta de lo que parece ser la situación allende los mares (o, al menos, la que hemos leído en prensa, tv...) con reparto con alegría de etiquetas y medicación para todos. Yo creo, que por aquí, en general, se es bastante prudente a la hora de diagnosticar (sin dejar de reconocer, como decía el otro día, que la posibilidad de error de diagnóstico existe siempre y pueda ser mayor en éste que en otros ámbitos) y, más aún,  a la hora de repartir medicación (leía en otro foro a una mamá que comentaba que en Francia se ponía el acento siempre en las terapias alternativas, reservándose sólo para cuando es necesario la medicación).

Con todo, esa contracampaña contra el DSM y, sobre todo, contra la medicación, creo que también puede ser muy dañina: leía hace algunos meses a dos mamás, muy lúcidas e inteligentes, con hijos diagnosticados con TDAH que habían medicado. Una de ellas, aún con el miedo y las prevenciones lógicas por todo cuanto había leído, había medicado a sus dos hijos desde el primer momento en que los profesionales se lo sugirieron y comentaba que el cambio en la conducta de sus dos hijos había sido espectacular ya el primer fin de semana. La otra (profesional de la educación para más señas), por el miedo a la medicación y a los efectos secundarios, había tardado varios años en hacerlo y había perdido tiempo y dinero en todo tipo de terapias alternativas: a instancias del profesional que le trataba, acabó por probar y vio el cielo abierto tras hacerlo. Ella contaba que si no se hubiera dejado llevar por el miedo y hubiera medicado cuando se lo sugirieron, habría ahorrado a su hijo grandes sufrimientos y hubiera evitado que eso hubiera hecho merma en su autoestima durante años. A día de hoy, su hijo está estudiando un postgrado sin medicación ya. Ella siempre contaba que es como que te diagnostiquen a un niño de diabético insulinodependiente y los padres nos neguemos a medicar: impensable, ¿no?

En el caso concreto de Mayra y la pequeña A., Mayra lleva mucho tiempo contándonos lo mal que lo estaba pasando toda la familia con los problemas de conducta de la peque y lo que ello había supuesto en el cole para la niña. Con la llegada de la etiqueta, yo espero que acaben por llegar pronto las soluciones y la mejora en la calidad de vida tanto de A., como de su familia porque, no nos engañemos, si ya es difícil que en el cole, por ejemplo, se nos atienda con un diagnóstico profesional por escrito, sin él, resulta casi impensable. Si terminan por llegar las soluciones y siempre y cuando no se termine por identificar a la niña con el nombre que le han puesto a sus dificultades, bienvenida sea la "etiqueta" y la clasificación para que se entienda lo que sufre y se ponga remedio a la situación.

Por último, una nota de esperanza: me decía ayer un doctor en pedagogía que, "a veces, los maestros somos demasiado rígidos y no se atienden las diferencias"  y también "nos cuesta atender algunas diferencias" (yo sustituyo "maestros" por "personas" y hago mías sus reflexiones).

Espero haberme explicado aunque, releyéndome, me parece haberlo expuesto de manera un tanto confusa (ahora mismo, no tengo el día...   )

Un abrazo para ti y otro para Mayra.