Madres indignadas
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TeresayRebeca
crisyvictoria
mamadezoeyjoan
Blanca B
8 participantes
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Madres indignadas
Chicas, el último post de mi amiga Gema...
Las madres también estamos indignadas!!!!
Espero os guste.
Gracias, Gema!
http://gemagmarcos.wordpress.com/2013/05/21/la-espeluznante-invasion-de-los-ninos-androides/
La espeluznante invasión de los niños androides
Damas, caballeros… Los niños… ¡Lloran!! Y patalean, y gritan. Los niños se tiran por el suelo. Tienen rabietas. Se van por el camino opuesto al que le señalan sus padres. Se chupan el dedo y restriegan su excrementos por la moqueta. No quieren comer. Los niños se despiertan por la noche. Y despiertan a sus padres. Se hacen pis en la cama. Tienen miedo. Quieren agua. No saben bañarse solos. Ni tampoco prepararse la comida. Ni volver a casa desde la guardería. Y tienen celos. Señoras, señores, madres y padres del mundo… Los niños no abren los ojos cada mañana con una dulce sonrisa para recordarte que eres el más guapo, la más buena. No te preparan sopa caliente si estás resfriado. Ni te dan ibuprofeno si tienes resaca.
Los niños son niños. Igual que lo fuimos nosotros. Porque, aunque a alguien en su exquisita madurez se le pueda llegar a olvidar, nosotros también lloramos, despertamos a nuestros padres cinco veces cada noche y nos rebozamos por el suelo en un vano intento de que nos compraran aquel juguete del escaparate. Nosotros, queridos cofrades, tampoco quisimos comer verdura. Las espinacas también nos daban asco. Y también nos atiborrábamos a escondidas con las chuches que nos compraban nuestros abuelos. Nosotros también tuvimos terrores nocturnos. Y corrimos temblando en busca de cobijo bajo las sábanas de la cama conyugal. Nosotros, ojo al dato, también nos peleamos con nuestros hermanos. Y fuimos caprichosos. Y hasta me atrevo a asegurar que rara vez dimos las gracias a nuestras madres por la deliciosa comida que nos había preparado o a nuestro padre por endulzarnos las mañanas del sábado con las canciones de Serrat.
Pero, a diferencia de nuestros niños, a nosotros no se nos exigió andar a los 14 meses; decir “mamá y papá” en un castellano perfecto a los 20 y tener el revés de Nadal a los 10 años. A nosotros, nuestros padres, no nos estigmatizaron por llevar pañal a los dos años. Ni por no comer sólidos antes de los cuatro. O me falla la memoria, o nuestros padres no nos castigaron sin televisión por llorar en público. O por montar el numerito cuando estábamos cansados. O por no saber vestirnos solos y con la ropa adecuada en un tiempo récord antes de que se nos hubiera caído el primer diente de leche. Porque, o yo soy una madre muy blanda y permisiva –que no digo que no- o me da la impresión de que se nos está yendo de las manos esto de educar a nuestros hijos como seres perfectos, independientes, políglotas, melómanos, campeones y, a ser posible, fieles reflejos de nuestros, presuntamente, perfectos yo… adultos. Nadie discute la imposición de normas. La transmisión de principios. Pero… ¿alguien puede explicarme de dónde vienen tantas obligaciones a tan corta edad? ¿por qué les exigimos a ellos cosas en las que nosotros mismos fallamos?
Lástima que alguno de esos niños a los que presionamos para ser adultos antes de tiempo no nos diga un par de cosas bien dichas. No nos pregunte por qué estamos todo el puñetero día mirando el móvil como si nuestra vida dependiera de lo que allí escribimos o leemos. Por qué estamos más pendientes del whatsapp que de sus pinitos como escaladores en los columpios del parque. Por qué saltamos de alegría con los triunfos de una panda de tíos en pantalón corto y no hacemos lo propio con sus logros diarios. Por qué no jugamos con ellos en lugar de trastear con el Ipad. Por qué nosotros manchamos la taza del wc. Por qué no comemos más fruta. Por qué no leemos más libros. Por qué no hacemos más deporte. Por qué discutimos a gritos entre nosotros. Por qué insultamos al volante. Por qué mentimos. Por qué jodemos la vida al prójimo. Por qué fallamos a la gente que queremos… Por qué, me pregunto yo también, no conservamos esa sabiduría, esa bendita ternura con la que venimos al mundo para convertirnos, a fuerza de normas e imposiciones absurdas, en ciudadanos de… ¿bien?
Las madres también estamos indignadas!!!!
Espero os guste.
Gracias, Gema!
http://gemagmarcos.wordpress.com/2013/05/21/la-espeluznante-invasion-de-los-ninos-androides/
La espeluznante invasión de los niños androides
Damas, caballeros… Los niños… ¡Lloran!! Y patalean, y gritan. Los niños se tiran por el suelo. Tienen rabietas. Se van por el camino opuesto al que le señalan sus padres. Se chupan el dedo y restriegan su excrementos por la moqueta. No quieren comer. Los niños se despiertan por la noche. Y despiertan a sus padres. Se hacen pis en la cama. Tienen miedo. Quieren agua. No saben bañarse solos. Ni tampoco prepararse la comida. Ni volver a casa desde la guardería. Y tienen celos. Señoras, señores, madres y padres del mundo… Los niños no abren los ojos cada mañana con una dulce sonrisa para recordarte que eres el más guapo, la más buena. No te preparan sopa caliente si estás resfriado. Ni te dan ibuprofeno si tienes resaca.
Los niños son niños. Igual que lo fuimos nosotros. Porque, aunque a alguien en su exquisita madurez se le pueda llegar a olvidar, nosotros también lloramos, despertamos a nuestros padres cinco veces cada noche y nos rebozamos por el suelo en un vano intento de que nos compraran aquel juguete del escaparate. Nosotros, queridos cofrades, tampoco quisimos comer verdura. Las espinacas también nos daban asco. Y también nos atiborrábamos a escondidas con las chuches que nos compraban nuestros abuelos. Nosotros también tuvimos terrores nocturnos. Y corrimos temblando en busca de cobijo bajo las sábanas de la cama conyugal. Nosotros, ojo al dato, también nos peleamos con nuestros hermanos. Y fuimos caprichosos. Y hasta me atrevo a asegurar que rara vez dimos las gracias a nuestras madres por la deliciosa comida que nos había preparado o a nuestro padre por endulzarnos las mañanas del sábado con las canciones de Serrat.
Pero, a diferencia de nuestros niños, a nosotros no se nos exigió andar a los 14 meses; decir “mamá y papá” en un castellano perfecto a los 20 y tener el revés de Nadal a los 10 años. A nosotros, nuestros padres, no nos estigmatizaron por llevar pañal a los dos años. Ni por no comer sólidos antes de los cuatro. O me falla la memoria, o nuestros padres no nos castigaron sin televisión por llorar en público. O por montar el numerito cuando estábamos cansados. O por no saber vestirnos solos y con la ropa adecuada en un tiempo récord antes de que se nos hubiera caído el primer diente de leche. Porque, o yo soy una madre muy blanda y permisiva –que no digo que no- o me da la impresión de que se nos está yendo de las manos esto de educar a nuestros hijos como seres perfectos, independientes, políglotas, melómanos, campeones y, a ser posible, fieles reflejos de nuestros, presuntamente, perfectos yo… adultos. Nadie discute la imposición de normas. La transmisión de principios. Pero… ¿alguien puede explicarme de dónde vienen tantas obligaciones a tan corta edad? ¿por qué les exigimos a ellos cosas en las que nosotros mismos fallamos?
Lástima que alguno de esos niños a los que presionamos para ser adultos antes de tiempo no nos diga un par de cosas bien dichas. No nos pregunte por qué estamos todo el puñetero día mirando el móvil como si nuestra vida dependiera de lo que allí escribimos o leemos. Por qué estamos más pendientes del whatsapp que de sus pinitos como escaladores en los columpios del parque. Por qué saltamos de alegría con los triunfos de una panda de tíos en pantalón corto y no hacemos lo propio con sus logros diarios. Por qué no jugamos con ellos en lugar de trastear con el Ipad. Por qué nosotros manchamos la taza del wc. Por qué no comemos más fruta. Por qué no leemos más libros. Por qué no hacemos más deporte. Por qué discutimos a gritos entre nosotros. Por qué insultamos al volante. Por qué mentimos. Por qué jodemos la vida al prójimo. Por qué fallamos a la gente que queremos… Por qué, me pregunto yo también, no conservamos esa sabiduría, esa bendita ternura con la que venimos al mundo para convertirnos, a fuerza de normas e imposiciones absurdas, en ciudadanos de… ¿bien?
Blanca B- Nivel 5
- Cantidad de envíos : 2129
Fecha de nacimiento : 18/07/1975
Ciudad : Madrid
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Fecha de inscripción : 02/12/2008
Re: Madres indignadas
Me ha encantado! Sencillamente genial y veraz. Podrá decirlo más alto pero más claro...imposible.
Gracias por compartirlo Blanca, es bueno "verte" de nuevo por aquí.
Un abrazo
Gracias por compartirlo Blanca, es bueno "verte" de nuevo por aquí.
Un abrazo
Re: Madres indignadas
¿donde está el botón de "me gusta"? ahhhh, perdón que esto no es facebook
Me ha encantado Blanca, gracias por revolver con cosas tan interesantes
Me ha encantado Blanca, gracias por revolver con cosas tan interesantes
crisyvictoria- Nivel Muy Experto
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Fecha de nacimiento : 14/06/1974
Ciudad : cerca del mediterráneo
Edad : 50
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Fecha de inscripción : 28/08/2009
Re: Madres indignadas
Me ha encantado. Gracias por compartirlo.
TeresayRebeca- Nivel 0
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Ciudad : Madrid
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Fecha de inscripción : 02/07/2012
Re: Madres indignadas
Me ha gustado el texto, pero... hay niós y niños yo por ejemplo mi madre sólo recuerda que hubiera dado un día malo; en una comunión, pero nunca fui una niña de rabietas, he sido y soy muy tranquila, tampoco fui ningún hacha en deportes, escalar y subirme a los árboles no era lo mio. Jamás osé contestar a mi madre, no le di una mala noche porque se ocupaba de mi mi bisabuela que vivia con nosotros y con 6 años ya iba y venía sola del cole, no sólo yo si no todos mis amigos. Siempre fui muy ùlcra, si me manchaba las manos mi madre tenía que correr a un bar a lavármelas, jamás me desperté un sábado a las 8 de la mañana..
Mi hija es todo lo contrario...
Mi hija es todo lo contrario...
Invitado- Invitado
Re: Madres indignadas
Me hubiera gustado haber firmado este texto!!! jj
Cuando la crianza de Ulises (de bebé quiero decir) hablaba mucho con mi madre por teléfono (supongo que porque me acompañaba, bueno, como ahora). Y siempre le decía: Ulises vacia una y otra vez los cajones (y las batallitas de ese tipo). Y siempre añadía: como hacía yo y, yo como me hacías tú a mi recogías el cajón una y mil veces y punto. He visto padres enfadarse por ello en un acto de estupidez suprema.
Disfrutemos de la infancia de los niños, manchémonos de barro también, acompañémosles. Es nuestra oportunidad para hacer lo que no hacíamos en nuestro pre-parto.
Ayer le decía a Laura lo bien que me lo pasaba en el parque con los dos, jugando no sólo con ellos sino como ellos (ni de lejos puedo emular su inocencia porque la perdí en el camino, pero ¡carajo! quiero intentarlo).
No me canso de repetirlo. Yo no educo, convivo porque es un error, en mi opinión, pensar que educamos cuando ponemos mil normas aleatorias como que los cajones no se desordenan (¿no será que es muy trabajoso recogerlos después?). Y a cada edad habrá que ofrecer y dar unas cosas diferentes.
Hemos perdido la inocencia, démonos una oportunidad de vivir esa alegría infantil en vez de tanta obligación laboral y social y autocreada desde la perspectiva del adulto.
Cambiemos, ya que nuestra vida ha cambiado desde que tuvimos hijos. Pasemóslo bien, dejemos ideas preconcebidas y seamos felices en vez de proyectar estupedeces con ellos. Al fin y al cabo ellos no son nosotros, son otras personas, afortunadamente, igual que nosotros no fuimos ni somos, afortunadamente, nuestros padres.
Con nuestros hijos, aprovechemos para ser mejores personas y menos egoístas.
Ala, me he quedado ancha (y con todo me perdono cuando pierdo la paciencia y escribo este post con mis hijos al lado ¡no soy perfecta! jjj)
Blanca, un beso grande!!
Cuando la crianza de Ulises (de bebé quiero decir) hablaba mucho con mi madre por teléfono (supongo que porque me acompañaba, bueno, como ahora). Y siempre le decía: Ulises vacia una y otra vez los cajones (y las batallitas de ese tipo). Y siempre añadía: como hacía yo y, yo como me hacías tú a mi recogías el cajón una y mil veces y punto. He visto padres enfadarse por ello en un acto de estupidez suprema.
Disfrutemos de la infancia de los niños, manchémonos de barro también, acompañémosles. Es nuestra oportunidad para hacer lo que no hacíamos en nuestro pre-parto.
Ayer le decía a Laura lo bien que me lo pasaba en el parque con los dos, jugando no sólo con ellos sino como ellos (ni de lejos puedo emular su inocencia porque la perdí en el camino, pero ¡carajo! quiero intentarlo).
No me canso de repetirlo. Yo no educo, convivo porque es un error, en mi opinión, pensar que educamos cuando ponemos mil normas aleatorias como que los cajones no se desordenan (¿no será que es muy trabajoso recogerlos después?). Y a cada edad habrá que ofrecer y dar unas cosas diferentes.
Hemos perdido la inocencia, démonos una oportunidad de vivir esa alegría infantil en vez de tanta obligación laboral y social y autocreada desde la perspectiva del adulto.
Cambiemos, ya que nuestra vida ha cambiado desde que tuvimos hijos. Pasemóslo bien, dejemos ideas preconcebidas y seamos felices en vez de proyectar estupedeces con ellos. Al fin y al cabo ellos no son nosotros, son otras personas, afortunadamente, igual que nosotros no fuimos ni somos, afortunadamente, nuestros padres.
Con nuestros hijos, aprovechemos para ser mejores personas y menos egoístas.
Ala, me he quedado ancha (y con todo me perdono cuando pierdo la paciencia y escribo este post con mis hijos al lado ¡no soy perfecta! jjj)
Blanca, un beso grande!!
odisea- Nivel 5
- Cantidad de envíos : 4185
Fecha de nacimiento : 29/10/1975
Ciudad : Itaca
Edad : 49
Puntos : 10019
Fecha de inscripción : 03/08/2009
Re: Madres indignadas
Qué bien pensado y escrito, gracias por pincharlo.
Besos:
Isabel
Besos:
Isabel
Bird- Nivel 4
- Cantidad de envíos : 1780
Fecha de nacimiento : 27/04/1976
Ciudad : Madrid
Edad : 48
Puntos : 7771
Fecha de inscripción : 27/11/2008
Re: Madres indignadas
Ains por dios......me ha encantado, se puede decir más alto pero no más claro......
Yo creo que lo podemos hacer mejor....pero hay que disfrutar de ellos hoy!!!, el tempo pasa tan rápido....madre mía....
Yo creo que lo podemos hacer mejor....pero hay que disfrutar de ellos hoy!!!, el tempo pasa tan rápido....madre mía....
bluemoon- Nivel 2
- Cantidad de envíos : 563
Fecha de nacimiento : 20/11/1976
Edad : 48
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Fecha de inscripción : 13/05/2011
Re: Madres indignadas
Me ha encantado el texto pero sobre todo el último párrafo. Creo que los niños le exigimos cosas que no somos ni por asomo capaces de cumplir nosotros mismos.
Un buen padre/madre, quizás sea aquel que en lugar de pretender moldear en su niño la persona ideal, intente hacerlo sobre sí mismo. Los buenos ejemplos enseñan más que los castigos.
Gracias Blanca, y qué gusto verte de nuevo por aquí. Besos!
Un buen padre/madre, quizás sea aquel que en lugar de pretender moldear en su niño la persona ideal, intente hacerlo sobre sí mismo. Los buenos ejemplos enseñan más que los castigos.
Gracias Blanca, y qué gusto verte de nuevo por aquí. Besos!
Alfonsina- Nivel Experto
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Ciudad : MDQ
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