preparada para afrontar la muerte de una mascota?

Hola,
ya os conté que la perrita de mis padres estaba muy malita. Nos han dicho que tiene una metástasis muy extendida y le dan un mes de vida
He estado pensando en cómo decirselo a Alicia e incluso si decirle la verdad. Nunca me he planteado mentirle, es más jamás lo hacemos pero mi miedo es si a esta edad (aun no tiene tres años) está preparada para afrontar el significado de la muerte. Si fuera algo más mayor lo tendría claro. Se lo explicaría y le ayudaría a superarlo. Creo que igual que la alegría es algo natural, la pena también lo es, y hay que exteriorizarla, hablarla y compartirla para después poder pasar página.
Pero en este caso me preocupan las consecuencias. Que sea demasiado pequeña y que no sea capaz de comprender el concepto, o pero aun, que coja pánico a que nos pueda pasar a alguno de nosotros y le genere una ansiedad que no esté preparada para canalizar. Yo le tengo terror, que nos pase algo es algo que me obsesiona más de lo normal, y el día de mañana no quiero que ella lo viva como yo, sino como un ciclo más de la vida, pero ahora no sé que hacer...he pensado decir que se ha ido a una granja con sus amiguitos,no sé, estoy muy confundida. ¿Qué pensaís vosotras?

Besitos

A ver Ester tiene casi tres años, recien cumplidos los dos, nuestro perro se murio, y yo le dije que se habia puesto muy enfermo y no lo pudimos curar y se habia muerto, que se habia ido al cielo y que no lo volveriamos a ver.Al principio no fue facil, cada vez que llegabamos a casa, se ponia a llorar y me hacia llorar a mi , porque queria verlo, pero poco a poco lo fue entendiendo, y ahora habla de el y dice que esta en el cielo, y que ella lo queria mucho y que para su cumple compraremos otro perro . Yo soy de la opinion de no mentir.

Para un niño la muerte de su mascota supone una pérdida irreparable y que le produce un gran dolor y mucha tristeza, él no entiende porque murió. Debemos consolar al niño dedicándole todo el tiempo que sea necesario con total y absoluta paciencia.

Para muchos niños, su primera experiencia real de una pérdida ocurre cuando se les muere una mascota...Cuando se muere el animal, los niños necesitan que se les consuele, ame y respalde y que se les brinde afecto en vez de dárseles explicaciones médicas o científicas complicadas.

Las reacciones de los niños ante la muerte del animal van a depender de su edad y nivel de desarrollo. Los niños de 3 a 5 años de edad ven la muerte como algo temporero y potencialmente reversible. Entre las edades de 6 a 8 años, los niños comienzan a desarrollar un entendimiento más realista sobre la naturaleza y consecuencias de la muerte. Generalmente no es hasta los 9 años de edad que los niños entienden en su totalidad que la muerte es permanente y final. Por esta razón, a los niños muy jóvenes se les debe decir que cuando se muere un animal éste se deja de mover, ya no puede oír ni ver y no se va a volver a despertar. Puede que ellos necesiten el que se les repita varias veces esta explicación.

Hay muchas formas mediante las cuales los padres pueden decirle a sus niños que se ha muerto su animal. A veces ayuda el poner a los niños lo más cómodamente posible (usar una voz calmada, tomarles las manos y ponerles el brazo alrededor de ellos) y el decírselos en un ambiente familiar. Es también importante ser sincero cuando se le dice al niño que se ha muerto su animal. Tratar de proteger al niño con explicaciones vagas o inexactas puede crearle ansiedad, confusión y desconfianza.

Los niños a menudo tienen preguntas después que se muere su animal incluyendo: ¿Por qué se murió mi animal? ¿Fue culpa mía? ¿A dónde va el cuerpo de mi animal? ¿Volveré a ver a mi animal? Si yo lo deseo mucho y me porto muy bien, ¿puedo hacer que mi animal regrese? ¿La muerte dura para siempre? Es muy importante contestar tales preguntas de manera sencilla pero sincera.

Los niños pueden experimentar tristeza, ira, temor, negación y culpabilidad cuando se muere su animal. También pueden ponerse celosos de los amigos que todavía tienen sus respectivos animales.

Cuando el animal se enferma o se está muriendo, saque el tiempo para hablar con su hijo acerca de sus sentimientos. Si posible, es de gran ayuda el que el niño le diga adiós al animal antes de que éste muera. Los padres pueden servir de modelos al compartir sus sentimientos con los niños. Permita que su hijo se dé cuenta de que es normal extrañar a su animal después que muere y estimule a su niño a que venga donde usted con sus preguntas o para consuelo y alivio.

No hay una manera preferible en la cual los niños lamenten a sus mascotas. Ellos necesitan que se les dé tiempo para recordar a sus animales. Hablar acerca del animal con amigos y familiares ayuda. El niño tiene que hacer el duelo por su animal a su modo.

Después que el animal se muere los niños pueden querer enterrarlo, llevar a cabo un acto conmemorativo o tener una ceremonia. Otros niños pueden escribir poemas e historias o hacer dibujos de su animal. No es siempre preferible el reemplazar al animal muerto enseguida.

La muerte del animal puede causar que el niño recuerde otras pérdidas dolorosas, o eventos inquietantes. Un niño que aparenta estar abrumado por la pena y no es capaz de funcionar en su rutina normal se puede beneficiar de una evaluación por un siquiatra de niños y adolescentes u otro profesional de la salud calificado.

Autor: Child Psychiatry
American Academy of Child and Adolescent Psychiatry

Te cuento que Yaiza se disgustó mucho cuando hace unos meses nuestra ninfa hembra, Sheyla, se escapó de su jaula un día que la teníamos en el balcón tomando el sol junto a nuestra ninfa macho, Johann (que está domesticado y se quedó allí a pesar de que su compañera había abierto la puerta de la jaula). Se ponía a llorar de vez en cuando y la recordaba. Quisimos hacerle ver, sinceramente, que era difícil que sobreviviera, sobre todo porque las noches eran bastante frías y no es un animal acostumbrado a apañárselas solo, pero vimos que ella prefería creer que iría a parar a la casa de otra persona que lo cuidaría bien...y le dijimos, con una sonrisa, que eso era posible y que seguro que encontraría un buen hogar.

El día que muera nuestra ninfa, al que ella tiene mucho cariño porque lo saca cada día de la jaula, el animalito se sube a su hombro, come de su mano, se deja acariciar, etc. le diremos la verdad. Ella entiende lo que es la muerte (de hecho, hace unos días ya os conté que nos tuvimos que enfrentar al trágico accidente de un tío de mi marido), sabe que la gente no vuelve, sabe que es algo que le pasa a todo el mundo un día u otro...Y cuando la conejita que tiene en casa de su abuela, Layla, muera...pues lo mismo. Evidentemente, intentaremos hacerlo con tacto.

Yo creo que deberías de preparar a tu hija...por su edad, puede que el concepto de muerte lo tenga poco formado (Alexia es más mayor, tiene 3 años y medio y cuando disparan a alguien en una película dice "lo han matado" o "está muerto" pero eso no significa que ella sepa lo que conlleva) y lo mejor sería decirle una verdad un poco maquillada...Por ejemplo "XXX (el nombre del animalito) está muy enfermita y dentro de unos días se quedará dormida y ya no se despertará más". Bueno, no parece una frase del todo acertada y es muy directa, pero...no sé, algo así. El término "muerte" no lo entienden, pero el término "dormir" y "despertar" sí.

El problema es el que dices tú...no vaya a ser que luego tú un día cojas una gripe, le digas que estás muy enfermita y la niña se preocupe muchísimo y le dé un ataque de pánico.

Una opción de mentira piadosa sería decirle "XXX se va a ir a vivir muy lejos con su familia, porque hace tiempo que no la ve y la echa de menos..." y si te pregunta cuando volverá le dices que seguramente no lo haga, porque está muy bien allí.

Por cierto, ¿la perrita sufre? Porque si es así, yo no sé si esperaría un mes a que muriera de forma natural, tal vez decidiría ponerle una inyección...Te digo esto porque hace 9 años, mi mejor amigo de aquella época tenía una perrita de 15 años a la que adoraba, pero que se pasaba el día quejándose de dolores que tenía la pobre. Le acompañé al veterinario y le dijo que el animal sufría mucho, que podía vivir así unas semanas o unos meses...y al final, con todo el dolor de su corazón, decidió sacrificarla.

Fue una decisión dura y en el momento crucial decidió no entrar y lo hice yo por él, para acompañarla en sus últimos minutos. Le acaricié la patita y le sostuve la cabeza, que se le caía...la pobre no paraba de gemir y de retorcerse...el veterinario le clavó la aguja y en dos segundos, el animalito cerró los ojos y quedó con su cabecita sobre sus manos. No te cuento lo que lloré...lo estoy volviendo a hacer ahora al recordarlo...uffff...pero no te niego que sentí alivio, porque la pobre lo pasaba mal y aunque le daban un tratamiento para el dolor no era suficiente.

A lo mejor sois contrarios a esto, si es así perdona que te baraje esta posibilidad. Sólo te la planteo si crees que esa perrita va a sufrir dolor diario de aquí a su último día de vida.

Y respecto a tu nena...tú eres la que mejor la conoce, la que sabe cómo puede reaccionar según si le dices una cosa y otra...hagas lo que hagas, seguro que está bien. Ya nos contarás. Un abrazo y...lo siento mucho.

Hola María!, opino que tu hija es muy pequeña para entender el significado de la muerte. Puedes ir preparándole el terreno, diciéndole que la perrita está muy malita y un día se irá a un lugar mejor. Así , cuando llegue el momento no verá que la perra ha desaparecido de la noche a la mañana.
Los niños no sabemos como pueden reaccionar ante diferentes situaciones, son como los adultos, algunos se lo toman mejor, y otros peor.
Espero que tu hija no sufra con esta pérdida, ya nos pondrás al corriente de lo que has decidido decirle.
UN ABRAZO

Gracias chicas. No lo tengo claro pero seguramente no le diga la verdad, o por lo menos, no del todo.
Dési, de momento no está sufriendo, toma unas pastillas por si acaso tuviera algún dolor, pero de momento no sufre. Tenemos claro que en cuanto empiecen los dolores, le pondremos la inyección. Aunque nos de mucha pena, es lo mejor para ella.

Besitos

Muchos ánimos María.
Yo pienso como tú,creo que es pequeña para decirle que se ha muerto.Veo mejor decirle que se ha ido al campo a disfrutar con otros animales.Ve diciendoselo para que cuando pase,ella ya lo sepa.
Te mando un beso muy fuerte.