Tuve un parto como yo quería, con permiso de mi pequeña

Hola amigas,
Es difícil encontrar tiempo para pasarme por nuestro punto de encuentro, pero por fin he logrado un hueco. Sé que comprendeis mi ausencia, hay momentos en la vida que están para otras cosas. Pero allá voy, no me olvido de vosotras:

Todo empezó con una visita a urgencias con el que pronto dejaría de ser el hermano mayor. Lo que quedó afortunadamente en nada, lo aprovechó mi nena, lista y sensible, para querer salir: “Ya que estoy en el hospital donde mi mami lleva idea de dar a luz le ahorro el viaje”.

Ciertamente, durante el día, ya desde la mañana, estaba notando cambios que me hacían pensar que la llegada de Simone se acercaba: contracciones leves y pérdida de flujo en abundancia pero no continuada.

Aunque no soy tan partidaria del parto “natural” (a mí ya sabéis que este adjetivo me da un poco de repelús), siempre tuve en mente las palabras de nuestra querida amiga Blanca cuando relataba su reciente parto: prisas no, gracias (en traducción libre jj). Como mi compañero es bastante agonías en estas cosas (ya llevaba mucho tiempo pegándose todo el día preguntándome si ya tenía contracciones), como de un secreto dicho a mí misma no dije nada, aguardé en silencio, notando mis cambios pero sin centrarme en ellos.

A la noche las sensaciones habían ido en aumento, pero en ese momento me centraba en un Ulises al que decidimos llevar a urgencias, permitiéndonos a nosotros mismos pecar por exceso que por defecto.

Ya en la sala de espera, las sensaciones iban in crescendo. De hecho, al llegar, ya tuve la necesidad de ir al baño donde mi flujo ya parecía ser un continuo. Incluso me tuve que salir de la consulta de la pediatra.

Se da la circunstancia de que urgencias de pediatría y de maternidad están casi contiguas. Así que, solucionado el tema de Ulises con un alta y tranquilidad a bordo y por insistencia de mi compañero, me fui a urgencias de maternidad con el convencimiento de que no iba a quedarme. Primero, pasé otra vez por “registro” del hospital: ahora para “apuntarme” yo misma. El señor de la entrada no reparó (o no le importó) que fuera la segunda vez en una hora que aparecía por ventanilla para dar datos, primero los de mi hijo, luego los míos. Pero a mí me sonó a chiste.

Entré en maternidad donde me atendieron enseguida. Y, tras una exploración, me dijeron:
- “Estás de cuatro centímetros y medio y has roto aguas”.
- “¿Me he de quedar entonces?”- pregunté incrédula.
- Claro.

Como había overbooking de partos esa noche me pasaron a boxes. Mi compañero y Ulises entraron para despedirse, pues Ulises tenía que dormir. Debían de ser sobre la una y media. Les dije: “sin prisa, yo me quedo con Simone”.

Nunca había estado tan a gusto en un hospital: en la semioscuridad de un box, sola con Simone y con una tranquilidad envidiable. Dos enfermeras muy amables se encargaron de darme algo de comer, de beber y de dejarme tranquila. Me sentía en el cielo, aunque espero que el cielo no se parezca nada a un hospital. Pero eran mis sensaciones. Las contracciones iban en aumento. Cuando venía una, me levantaba de la silla (decliné amablemente la cama que me ofrecieron) y bailaba acompasándome de mi propia respiración profunda y pausada. Sentía la conexión con Simone. De cuando en cuando intercambiábamos mensajitos con nuestra amiga Laura. ¿Veis como no estaba sola?

Papá tardó en llegar. No viví esto con estrés solitario, sino con belleza. En realidad, prefería estar sola. Y también prefería saber que papá estaría durmiendo a Ulises para dejarlo tranquilo y arreglando que su hermana se quedara con mi pequeño en nuestra ausencia. Y yo no dejaba de estar acompañada.

Justo cuando llegó papá me pasaron a una sala de dilatación que ya conocía del otro parto. Consiste en una sala individual que luego se convierte en paritorio. Las contracciones habían ido subiendo de potencia y pedí una pelota de dilatación. El parto iba siguiendo su curso y empezaba ser un proceso mucho más doloroso. Me costaba mantener la respiración sin contraerme o sin aguantarla (lo peor para el dolor). Como según me dijo la matrona basándose en la motorización, la dilatación en realidad no había avanzado nada desde que ingresé, pedí la epidural. No quería sustituir aquellos momentos tan placenteros que había vivido por un dolor que no fuese capaz de controlar ni disfrutar. Así que, una vez con la anestesia, sólo quedaba descansar, aunque fui incapaz de dormir.

Sobre las ocho de la mañana y con el cambio de turno, pasaron a visitarme y, para mi sorpresa, estaba ya completamente dilatada. La matrona me lo anunció diciéndome “ya está aquí; tiene mucho pelo”. Había perdido la noción del tiempo, pero diría que no habían pasado ni dos horas desde que yacía tranquila en la cama.

Dos empujoncitos leves fueron suficientes para que Simone encontrara la salida sin desgarrarme apenas. No fue necesaria ni episiotomía ni oxitocina ni nada. Ella fue una valiente y fue la protagonista absoluta de mi buen parto. Gracias Simone por ser mi estrella, gracias por ser tan bizarra, tan pequeñita y tan dulce. Gracias por darme permiso de vivir tu parto a mi manera. Estoy aquí a tu disposición.

Hasta pronto amigas (con el permiso de Simone y Ulises).

Nuria me encanta leerte, irraias tranquilidad y paz.

Enhorabuena por tener el parto que deseabas.

Cómo se esta tom,ando Ulises la llegada de su hermanita?

Besos

¡Que alegria verte por aqui Nuria! y mas alegría todavía escuchar tu relato del parto.

No me queda más que volver a daros la enhorabuena, por tu tranquilidad, tu valentía, y por supuesto, por el nacimiento de esa preciosidad. No podría haber sido de otra manera!!!

Un abrazo muy fuerte amiga!

Ay, Nuri, qué bonito, qué bueno leerte, y qué emoción, tengo los ojos vidriosos!!! Cómo me alegro que todo fuera tan bien, me encanta cuando describes que papi se va con Ulises, y tú te quedas con Simone, qué capacidad de sentir a tu pequeña sin verla aún, qué madraza, y qué suerte tienen esos niños por tenerte como madre!!
Un abrazo para los cuatro, pero sobretodo, para ti!!! Cuánto amor desprendes!!

Nuria, me quedo sin palabras para decirte....

Enhorabuena, me has emocionado y, enhorabuena a Simone, sin ella, eso no hubiese sido posible.

Un fuerte abrazo.

Precioso!!

bess

Nuria, me alegro un montón de leer lo que cuentas. No habéis podido tener mejor inicio.

¿Sigue todo bien por casa?

Un abrazo:

Isabel

Hola Nuria

Me alegro muchísimo de lo fácil que está yendo todo, desde el mismo parto hasta ahora, con los dos nenes en casa, aclimatándoos todos a la nueva situación. Que Ulises lo esté llevando tan bien y tenga tanto mimo para con su hermanita me reafirma en la idea de que los niños son sorprendentes!!!!

Yo también te echo muuucho de menos. Las noches son muuuy solitarias sin Nuria al otro lado.....

besos
L.

Muchas felicidades, por esa familia. Y por ese maravilloso parto.
Besos

Siempre me encanta leerte.
Tan equilibrada, tan positiva, disfrutando tanto de cada momento, tan vitalmente sabia...me he vuelto a emocionar con tus palabras, como cuando escribiste ese post antes de que naciera Simone.
Gracias por compartir con todas tus palabras y tus experiencias, con tus amigas y con las que estamos no desde hace tanto tiempo por aquí.

Un beso y enhorabuena.
Bárbara

Muchisimas felicidades guapisima, no se si te lo llegue a decir por privado, o se me paso, pero elena, irenemia, me pregunto si ya habias dado a luz, que te diera muchos besos virtuales, y muchos abrazos, a si que besos y abrazos de las dos guapa, un besazo.

que alegría leerte.transmites una serenidad y tranquilidad envidiable.muchas felicidades y a disfrutar.

un abrazo.

Nuri, qué alegría leerte, ver como lo narras es maravilloso,enhorabuena por todo, y cuídate mucho, un abrazo.

Qué maravilla de parto! con sus dolores durante un rato pero super tranquilo por lo que cuentas.

Un beso y enhorabuena!

Me he emoconado muchísimo, gracias por compartirlo.

Un beso enorme, Nuri.

Hermoso! ME encanto la paz que transmites. Felicidades y un besote.

Nuria me ha encantado tu relato, y refleja cuánto has hecho tú porque ese parto fuera bueno. Has estado conectada con Simone de una manera muy especial, y tu espíritu "flotando" te acompañó en el parto también, que te lo tomaste con toda la serenidad del mundo.

Gracias por compartir esa maravillosa experiencia.

un abrazo, Romina

Preciosa experiencia, felicidades!

Un parto tan especial le corresponde a una persona especial.
Enhorabuena por vivirlo así!
Gracias por compartirlo. Ya nos contarás cómo van las cosas a 4 bandas. Un beso

Me ha encantado tu relato, me ha trasmitido una sensacion de calma, de tranquilidad, de serenidad...Simone te dio el parto deseado y tu le diste la mejor bienvenida que se le puede dar a un hijo, el de una mama tranquila y serena.

Un beso y felicidades por un parto tan bueno.

Ay Nuria, que sensiblera estoy, aqui ando a moco tendido.

Me ha encantado tu relato, tu serenidad y tu tranquilidad.

Espero leerte por aqui a menudo, pero dentro de un tiempo, que ahora tienes que descansar y disfrutar de tus peques

Besitos lácteos

Felicidades Nuria !!! Me alegro que todo haya salido tal y como lo esperabas...

Ahora a disfrutar a ese par de angelitos...

Un abrazo gigante para tan feliz mamá...

Nuri!!!!!!!!

Me alegro infinito de que saliera todo tan bien. Esta vez sí que has podido vivir una experiencia sin sobresaltos...

Qué duda cabe que la experiencia es un grado!!!! Me alegro también de que Simone llegara así, despacito, sin hacer ruido, tan fácilmente...

Un beso enorme para todos. Para ti, por ser una SUPER MAMÁ (ahora, por partida doble). Para Simone, por haber elegido tan bien a su familia. A Ulises, por dar continuidad al amor que sus papás le regalan cada día. Y a su papá... pues porque supongo que también algo se lo habrá ganado ¿no?!

Es algo difícil en estos días, pero estaremos encantadas de ponerle cara cuando puedas!

Mil besos