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Articulo: La niñez del siglo XXI

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Mensaje  maga76 Miér 27 Abr 2011, 14:59

Les dejo un articulo que me ha parecido interesante. Habla sobre la 'adultizacion' de los niños y la desaparicion de la niñez. A ver que les parece...
http://www.crianzaysalud.com.co/index.php?option=com_content&view=article&id=52&Itemid=37

LA NIÑEZ DEL SIGLO XXI - EN BÚSQUEDA DE LA INFANCIA PERDIDA
“Los niños siempre han existido. La infancia, no”
Philippe Ariés

Más independientes, curiosos, preguntones, inquisitivos, modernos y tecnológicos, que no le tienen miedo a la autoridad y que no aceptan imposiciones sin argumentos, pero que a pesar de todo aún se siguen emocionando y sorprendiéndose, así son los niños de hoy, la niñez del Siglo XXI que se enfrenta cada vez más a una serie de retos y situaciones propios de una sociedad que los lleva cada día más a asumir roles de adulto que no les atañen por su edad, y para lo que, por supuesto, tampoco están preparados ni física, ni psicológicamente.

Y es que los niños de ahora han afrontado una serie de cambios que hasta en ciertas ocasiones parece como si vinieran de otro planeta, a más de un adulto nos han dejado con la boca abierta frente a sus ocurrencias, argumentos y posiciones propios de alguien mayor y no de un niño muy lejos de lo que fuimos nosotros alguna vez.

Y es que precisamente ese rol de madurez que ahora se ve reflejado en muchos niños, es lo que los está llevando a perder lo más valioso de esta importante etapa de sus vidas, su infancia. Hay un concepto que preocupa a muchos estudiosos y que habla del relativo asedio de la infancia, Philippe Ariés es uno de ellos, uno de los grandes historiadores de la infancia quien afirma que: “Los niños siempre han existido, pero la infancia no”. Una frase muy apropiada para lo que se está viviendo actualmente en nuestra sociedad, que refleja la ausencia de percepción de la infancia como tal a medida que la historia ha venido cambiando.

La infancia es una concepción social, y por lo tanto ha tenido profundos cambios, y claro el mundo ha venido cambiado en todos los aspectos y, por supuesto, el ser humano como tal, pero esto no significa que por ello debamos dejar pasar una de las épocas más valiosas e importantes de la vida del ser humano, que por ser la primera etapa de la vida es fundamental en el desarrollo del mismo, por cuanto de ella depende su evolución posterior, características físicas, motrices, capacidades lingüísticas y socio-afectivas, entre otras, que determinarán lo que será en su vida adulta.

Algunos autores, como Ignacio Lewkowicz, se han referido muy bien acerca de este tema, en su obra “¿Se acabó la infancia?” en la que dice que: “La infancia solo tiene sentido cuando la vida del hombre es un devenir reglado hacia etapas más complejas como la adolescencia, la juventud, la adultez y la vejez”, es decir, que se hace necesaria una secuenciación gradual y progresiva, no traumática, sino lenta y presente en el recorrido de estas distintas etapas de la vida y que es ahí donde la infancia debería tener sentido, como así lo explica el Dr. Juan Fernando Gómez, pediatra y puericultor.

El papel de los medios de comunicación

En una reciente conferencia sobre “El niño del Siglo XXI”, el Dr. Gómez nos cuenta que hace algunos años en los Estados Unidos se escribió un obra llamada “La desaparición de la infancia”, escrita por Neil Postman, un docente de la Universidad de New York, en donde postula como fundamento que hay un riesgo inmenso de que la infancia como tal vaya a desaparecer y que en este riesgo juegan un papel muy importante los medios masivos de comunicación, como la televisión fundamentalmente, y todos aquellos otros medios magnéticos e interactivos. Debemos tener en cuenta que los niños de hoy son nativos digitales, a diferencia de los adultos que somos inmigrantes digitales.

De acuerdo con Postman, la sociedad moderna no distingue claramente entre el mundo del adulto y el del niño, lo cual resulta ser muy peligroso, pues el niño necesita descubrir los misterios de la vida adulta muy lentamente y de una manera psicológicamente aceptable, pero esto no es lo que se está dando realmente en la actualidad.

Postman indica que la gran diferencia entre el adulto y el niño siempre se había basado en el conocimiento, y que el niño durante su infancia descubría lentamente los secretos de la vida adulta, ahí era cuando el concepto de inocencia, de conocimiento progresivo, de abordaje y de capacidad de asombro creciente se iba dando, pero desafortunadamente esto está muy lejos de ocurrir en el niño actual, al que ya no le quedan secretos por descubrir, puesto que lo sabe casi todo, y es que aquí sí cabría el famoso comentario de muchos cuando nos referimos a más de un niño o adolescente y decimos que “antes ellos nos enseñan a nosotros” o “ellos saben más que nosotros”, en fin, hoy en día sí es real que hay una disminución en la diferencia el adulto-niño.

La influencia que tienen los medios de comunicación, en especial la televisión, sobre los niños y adolescentes es preocupante, pues ellos toman como prototipo o ejemplo de lo que quieren ser a esos chicos y chicas que aparecen consumiendo alcohol, cigarrillo o drogas, o que llevados por la obsesión de la delgadez extrema terminan padeciendo trastornos en la alimentación como la bulimia o anorexia.

Según el Dr. Gómez, la televisión es un medio que no requiere de ninguna instrucción para captar su forma, no plantea una demanda compleja a la mente ni a la conducta, por eso es peligroso, pues solo basta sentarse ahí y mirarla sin tener ningún tipo de restricción ni control, pues esta no segrega su audiencia, lo cual es aún más preocupante porque la puede ver toda aquella persona que se sienta frente al televisor, sea alfabeta o analfabeta, anciana, adulto, o niño.

De esta forma, a través de la televisión el mundo de los adultos ha irrumpido con toda su crudeza en el de los niños, haciendo que la infancia misma como la hemos concebido hasta ahora vaya desapareciendo.

Uno de los efectos de este mismo fenómeno es lo que actualmente también se está viendo en nuestra niñez, que es la adultización de los niños, y dentro de esta misma algo muy preocupante como es la erotización precoz. La Academia Americana de Psicología publicó recientemente un documento donde llama la atención sobre los riesgos de esta adultización temprana, donde la erotización es uno de los problemas fundamentales. Es así como ya podemos encontrar modelos famosas que hoy tienen 12 ó 13 años, o niños cantantes famosos que cuentan con manager y tan solo tienen 8 y 9 años. Este contexto adultizante con un componente preocupantemente erotizador va a ser un elemento muy determinante en el deterioro de esta etapa tan crucial en la vida como es la infancia.

Pero lo alarmante es no solo que esta erotización está inducida fundamentalmente por los medios masivos de comunicación, sino que también ocurre en forma ocasional por parte de los padres que ponen frente a sus hijos una serie de elementos que los inducen a una adultización temprana junto con un concepto erotizador, y un ejemplo de ello son aquellas madres que quieren tener niñas reinas rápidamente, o un cantante famoso, etc.

Según la Academia Americana de Psicología, los niños no cuentan con los recursos cognitivos y emocionales para asumir estos procesos de adultización, lo que les genera alteraciones físicas y psíquicas a mediano y largo plazo.

Es así como la adultización con frecuencia retarda tareas importantes de la infancia, como el juego con todas las implicaciones que tiene para el desarrollo, además del desempeño de otras habilidades sociales que se van a trastornar dentro de este proceso adultizante, indica el Dr. Gómez.

Y es que nosotros mismos, y a veces sin darnos cuenta, en nuestro afán de ver a nuestros hijos grandes y realizando tareas de grandes, los llevamos a que modifiquen su comportamiento para que asuman responsabilidades de adultos. Los mismos pediatras lo ven en sus consultorios, cómo los padres les indican que están felices porque sus hijos ya están grandes y manejan toda serie de aparatos tecnológicos, lo que nos hace ver que la adultización temprana se está volviendo como una connotación “deseable” con todas las implicaciones que esto conlleva.

Por su parte, Ángela Marulanda, estudiosa de la familia en nuestro medio, dice que: “Los niños de hoy son más precoces, pero más inmaduros, es decir, son capaces de asumir riesgos más grandes, pero con menor sensatez para afrontar sus consecuencias”. En otras palabras, los niños no están preparados todavía para ese proceso de adultización y mucho menos aún para un contexto de erotización temprana, que entre muchas de las desventajas que tiene, se acompaña con alarmante frecuencia de la tragedia del abuso sexual. Según el Dr. Gómez, ocurre más abuso sexual en estas niñas adultizadas prematuramente que en aquellas otras niñas que se han mantenido todavía en lo que hemos pensado que es el curso usual y normal de la evolución de la infancia.

La eterna adolescencia

Pero si nuestra querida niñez ahora se está adultizando, otra cosa muy diferente pasa con los jóvenes que no quieren salir de la adolescencia y asumir su rol de adultos como debe ser. Aquellas personas que se sienten incapaces de crecer y de asumir responsabilidades propias de la edad adulta.

Este es un fenómeno bien interesante que se conoce actualmente como el síndrome de la eterna adolescencia, tipificado en la literatura como el ‘Síndrome de Peter Pan’, aquel niño que nunca quiso crecer y que siempre quería ser niño, y que se aprecia ahora con mucha frecuencia en la sociedad en jóvenes de 25, 28, 29 años que no tienen ningún interés en contraer matrimonio o en irse a otra parte para organizar su vida, no tienen afán y están felices de tener todo en la casa, que les laven la ropa, les den la alimentación y los fines de semana sí los aprovechan para sus actividades sexuales, sus salidas, su programas, etc., pero todavía manteniéndose pegados al cordón umbilical de la familia.

Este fenómeno, que algunos expertos llaman la “moratoria adolescente” y que otros denominan “juvenilia”, en la mujer se le conoce como “Síndrome de Wendy”, que no es tan frecuente como en los hombres, pero también se da, aunque la mujer tiene más angustias en torno al envejecimiento y en lo que determina como la pérdida de calidad de vida, indica el Dr. Gómez.

La eterna adolescencia, según los expertos, está enmarcada por una educación sin responsabilidades, ni exigencias, rodeada de mimos y sobreprotección, pero en el contexto de una profunda soledad. Y es precisamente esta soledad, como lo indican los expertos, la que acompaña a los niños de hoy convirtiéndose en uno de los elementos que está influyendo de manera notoria para que estas moratorias se den y tengan las implicaciones que aún no conocemos, pero que de todas maneras van a generar un cambio importantísimo en nuestra estructura social.

Lina María Martínez Fonseca
Editora revista Crianza & Salud
Con la asesoría de Juan Fernando Gómez Ramírez
Pediatra y puericultor
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