Pablo y sus momentos

Hola, pues yo soy de las que odio ponerle etiquetas a los niños, pero ultimamente me he visto tentada a hacerlo con Pablo y ahora empiezo a entender la necesidad de algunos padres de ponerles adjetivos a sus hijos. Aunque aún me resisto a ello no puedo evitar que por mi cabeza pasen algunos y además tempoco he podido evitar compararlo con su hermano mayor .

Pues resulta que nos fuimos de vacaciones, Pablo no dejó de llorar en el avión, pensé tal vez le duelen los oídos, y la mejor forma de evitarlo era darle teta, pero no quería teta , no quería agua no quería nada, solo lloraba. Después ya en el hotel, tenía buenos momentos, pero los malos momentos se hacían eternos, si no hacíamos su voluntad lloraba, lo cargaba y me empujaba para bajarse, lo bajaba y pedía que lo cargara. Yo ya tenía miedo de salir del cuarto, porque no sabía como se iba a comportar. En la alberca sí que se comportaba, porque es algo que él disfruta muchísimo, pero en los restaurantes uff! que difícil se ponía, al grado de que casi me peleo con un mesero que estaba encima de mi, interpretando lo que le podría pasar al niño en cada momento. "tal vez tiene sueño, tal vez quiere comer, tal vez no quiere sentarse, tal vez no quiere que lo carguen" Ya me tenía mareada el hombre

Después Pablo me sorprendió, como al cuarto día de nuestra estancia se comenzó a portar muy bien, y así hasta que regresamos, en el avión de regreso, no puedo decir que se convirtió en un angelito, pero se portó bastante decente. Pero desgraciadamente no puedo olvidarme de los primeros días intensos .

Mi marido suele decirme, este niño nos va a sacar canas verdes, este niño es un... bla bla bla. Yo siempre le digo, no digas eso porque lo programas, pero él insiste y yo la verdad aunque prefiero no hacer esos comentarios a veces sí los pienso y no lo puedo evitar.

También suelo acordarme de cuando DIego era un bebé, y pienso Diego era un bebé más feliz, sonreía mucho más y lloraba mucho menos, se adaptaba fácilmente a todo y lo disfrutaba, no era de berrinches etc. Y yo pienso, ¿y yo cómo era de mamá? ¿en qué he cambado y que estoy haciendo mal ahora? ¿por qué siento que no estoy tan conectada con Pablo? Yo recuerdo que yo ya sabía que onda con Diego, sabía a qué hora tenía que dormir y qué pasaría si no lo hacía, si él estaba necio o llorón, yo sabía la razón, sabía cuál era la solución etc. Recuerdo que sí me tenía agotada, pero no me sentía tan perdida como me siento ahora con Pablo.

Yo siento que he sido una buena mamá con mis dos hijos, (aunque con los dos me he equivocado) pero si he cambiado algunas cosas. Por ejemplo a mi nunca me gustó ignorarlos cuando están llorando, pero con Pablo me siento muy empeñada en que todo esté perfecto y en que nada lo moleste y la verdad es que parece que logro todo lo contrario. Por ejemplo, en un restaurante, él comienza a llorar, yo no entiendo que le pasa, lo cargo, me empuja y me patea, lo dejo en el suelo, llora más fuerte, así que lo vuelvo a cargar, lo saco para ver si se distrae en un ambiente diferente, no logro nada, intento darle de comer, no hay respuesta, la teta se la acabo de dar así que eso tampoco es, después de intentarlo todo, lo dejé en el piso y él comenzó a llorar más fuerte y yo me fuí a la mesa, me senté y empecé a comer con el corazón retorcido, escuchándolo llorar. Pues parece que eso era lo que él buscaba, que lo dejara ahí llorar,´porque lloró un momento más y después automáticamente apareció el Pablo del que estoy enamorada, un bebé encantador juguetón y sonriente y de buen humor. Me pregunto ¿qué pasó?, me dice mi marido "es que hay que dejarlo llorar", le digo a ver no te confundas, "una cosa es esto, donde ya intenté de todo y nada funcionó y otra cosa es que desde un principio no haga caso de su llanto".

Pero bueno, creo que simplemente con los niños no hay recetas y hay que valorar momento a momento cada situación. También creo que debo aceptar que mis hijos son diferentes y que cada uno tiene un encanto distinto, así como también tienen un lado no tan encantador distinto.

Espero no haberlas mareado con todo esto, pero es lo que día a día me cuestiono con mis hijos y me encanta compartirlo con ustedes y que me compartan sus opiniones.

Un abrazo!

Pues si Desi, yo también he tenido momentos en que quiero estar sola y quiero llorar y que nadie me consuele. Supongo que a ellos les pasa igual, solo que tal vez les pase más seguido, porque como están limitados en su lenguaje, supongo que deben sentirse muy frustrados cuando no logran comunicar lo que necesitan o tal vez ni siquiera ellos se entienden.

También estoy de acuerdo en lo que me dices sobre los viajes, para algunos chiquitines debe ser una experiencia estresante, y de verdad creo que fué lo que le pasó a Pablo porque al cabo de unos días mejoró y creo que lo hizo porque se familiarizó con la situación.

Y reflexionando un poco sobre las diferencias entre Diego y Pablo, creo que simplemente Pablo vive sus sentimientos con mucha más fuerza, si está contento de verdad se ve contento, corre ríe juega y grita de contento. Pero cuando está enojado, realmente te lo hace saber, protesta con muchísima energía y cuando te pide algo no te lo pide realmente, te lo exige. Así es él simplemente, y tengo que aceptarlo con sus propias cualidades y no esperar que se parezca a Diego.

Gracias por responder, te deseo un buen viaje y que te vaya super bien en todo!

Un abrazo!