cariñitos a mamá

Esta mañana he tenido un dulce despertar.

He abierto los ojos y, tumbado a mi lado, con una mirada entre curiosa y tierna, Héctor me acariciaba la cara con su manita.

Luego, mientras escribía esta anécdota en un cuaderno, me he acordado de las voces que critican que duerma con mi hijo. Realmente, este es un motivo más para desoírlas.

Laura,

Ahh es maravilloso, Natalia desde que empezo el invierno duerme, otra vez, con nosotros. Y me despierta unas veces con besos y otras con mordidillas en nariz, jajajaja. Claro que hay noche que nos empuja hacia las orillas pero es hermoso cuando nos despierta, por la manana.

Qué ternura díos. Esto sana hasta una noche sin dormir... Son tan lindos y tan tiernos. A veces, cuando me planteo el "descolecho" pienso en la ternura que me perdería y digo "vaaaa, quiero unas sonrisetas más al despertar".

Y... ¿llevas un cuaderno con anécdotas? Me parece genial y te animo a seguir. Años después cuando descubra el cuaderno (¿te imaginas que por casualidad?), imagínate qué tierno, qué bonito... Mi cuaderno está en mi facebook, y últimamente aquí

Cuando nació Ulise yo recuerdo que reclamaba "nadie me había dicho lo bonito que es". Y me refiero a que normalmente se te dice "ya verás lo bonito que es tener un bebé, ser madre, etc., etc." Pero suelen ser comentarios como generales, vagos. No había oído decir (y mira que mi madre es la persona más cariñosa del mundo): "No te puedes imaginar lo que te he querido desde que naciste, cuando viniste me hiciste tan feliz". No sé si es el día a día o qué, que luego con todos los rollos de la adolescencia y preadolescencia, etc. se nos olvidan todos estos momentos. Por eso chapó al cuaderno y guárdalo bien en los traslados.

Muacccc

Laura, cuando Ulises tenía unos cuatro meses escribí esto que tu post me ha hecho recordar. Permíteme que lo ponga en tu post, pues me lo ha recordado tanto... y quería compartirlo ahora con vosotras, especialmente contigo.

Besos,

"Es un lunes cualquiera. 8 de la mañana. He dormido cuatro horas y con interrupciones. Como ya no quiere dormir más (de momento) me llevo a Ulises a la cocina y lo coloco en su hamaquita. Lo tapo. Está tranquilo. Yo no me he peinado ni me he lavado la cara. Voy en pijama y mis zapatillas de estar por casa lucen dos agujeros soberanos. Me estoy comiendo un kiwi, absorta, dormida, de pie en la cocina, estoy lejos. De repente miro hacia abajo y descubro a Ulises mirándome con absoluta dedicación, admiración y empeño. Descubro que nadie antes me había mirado con tanto amor. Me emociono y le doy el beso más tierno que sé inventar. ¿Para qué dormir?"

Vanesa, hace tiempo que llevo pensando en hacer un blog, pero nunca lo hago. Siempre digo: hoy me pongo a hacerlo, y al final, cojo el cuaderno y sigo escribiendo en plan tradicional. Y eso que mi marido es programador y podría ayudarme en cualquier dudilla...

Nuria, me ha emocionado tu relato. Yo también he pasado por ese abandono de zapatillas, pelánganos y cara sin lavar pero eso sí, con la sonrisa de mi peque como recompensa.

Tienes razón, ¿para qué dormir?

besos
laura

Querida Laura,

Precioso post.

Es de verdad lo más bonito que hay, cuando empiezan a interactuar de esta manera con nosotros es ya de locura...

Precioso post también el tuyo, Nuria. Es cierto que no dormimos bien, entre otras muchas cosas que han cambiado en nuestras vidas pero nuestros pequeños tesoros nos miran, nos sonríen, nos acarician y todo eso se olvida.

Que tengas muchos despertares como el de hoy, Laura!

Besotes,

Elena.

Si lo hubiésemos sabido habríamos comprado desde primera hora una cama de 2 metros!!!!porque a veces el problema es la falta de espacio

La cama de dos metros: mi sueño dorado

Si lo hubiésemos sabido habríamos comprado desde primera hora una cama de 2 metros!!!!porque a veces el problema es la falta de espacio

Qué gran verdad. Y lo peor es que nosotros compramos la cama pocas semanas antes que naciera Bruno, en que nos mudamos a la nueva habitación -o sea al living-. Hasta entonces dormíamos en un colchón, en el entrepiso.

Me encantó lo que escribieron Laura y Nuria. La verdad es que yo intenté muchas veces llevar un diario y la cotidianeidad me pasó por encima, nunca fui capaz de hacerlo. En el blog hace meses que no posteo nada. Aunque no es un diario exactamente sino una mezcla de reflexiones, recuerdos, de todo un poco.

Acá va mi disculpa por no haber escrito lo suficiente: http://blogs.clarin.com/hayunasola/2009/05/03/escribir-maternidad/

Y esta del "descolecho" que en realidad duró poco:
http://blogs.clarin.com/hayunasola/2008/11/04/y-sin-embargo-cuando-duermo-sin-t/

Besos, Romina

La verdad es que yo intenté muchas veces llevar un diario y la cotidianeidad me pasó por encima, nunca fui capaz de hacerlo.

En el día a día es muy difícil sacar tiempo. Cuando pienso en abrir un blog no lo hago porque sé que no le daría el contenido suficiente. Me conformo con postear cositas cortas en mi facebook. Comentar alguna foto, hacer alguna reflexión. Pero no comprometerme con un diario o un blog, sé que me agobiaría más que otra cosa. Ya tengo bastante curro.

Respecto al descolecho que dices en tu blog. Yo sé que me voy a sentir exactamente igual que tú. Sé que no voy a colechar a largo plazo. Lo sé. No me veo durmiendo con Ulises a los cuatro años. Respeto que lo hagan los demás pero yo sé que no lo voy a hacer. Y, a veces pienso: vale, él se acostumbrará, se quedará roque sin mí, se sabrá estar toda la noche dormido. Pero yo... ¿sabré dormirme sin él? y peor ¿sabré despertarme sin él? Sí, también me acostumbraré. Pero lo echaré muucho de menos. Y me quito el descolecho de la cabeza y me duermo...

Besos!!