¿Alguna receta infalible para que coman garbanzos?

Hola,

no consigo que mis bajitos se coman los garbanzos. El bajito mayor, cuando empezó a comer devoró durante meses un potaje de garbanzos que solía hacer y que llevaba un poco de todo (¡se tomaba raciones incluso más grandes que la mía!) pero un día no quiso... y hasta hoy.

Ya he probado unas cuantas recetas y no hay manera de "colarles" los garbanzos. Los he pelado -no les gusta la piel-, los he hecho con tomate, he probado con varias recetas de potajes, con sal y sin sal, viudos del todo, con puerro, zanahoria y patata, en puré y en entero, los he camuflado con "kilos" de zanahoria y/o calabaza, los he hecho con diferentes combinaciones de verduras... Una vez hicimos paté de garbanzos y creyendo que era paté de pato -le dijimos que era otro tipo de "paté", a secas-, que le encanta, el bajito mayor lo probó y los descubrió al instante. Me falta por probar el falafel. ¿Alguna receta de las que no fallan nunca con niños? Por quemar los últimos cartuchos antes de rendirme a la evidencia...

Un abrazo.

Mayra, me he acordado de probar con el falafel al ver tu post sobre San Valentín (ya lo conocía pero no se me había ocurrido hacérselos a ellos), mil gracias.

Hellen, te agradezco el consejo porque es cierto que echando el ajo y la cebolla en crudo, el sabor puede hacerse muy fuerte. Creo que probaré echándole a una porción de los garbanzos ajo y cebolla pochados y a otra sólo cebolla (al bajito menor el sabor del ajo le disgusta y el mayor sólo lo tolera cuando come gulas    ).

Medalidd, en el caso del bajito mayor,  ¡ya han pasado más de tres años desde que no quiso más garbanzos! Lo mismo nos ocurrió con los pimientos verdes del país, que el verano en que había cumplido tres años los comió hasta hartarse y ahora los rechaza. Cuando se los ofrecí el verano siguiente, me dijo que a él nunca le habían gustado. Le recordé que el año anterior se había hinchado a pimientos y la respuesta fue "Sí, pero ya no me gustan..." De las lentejas (que es la única legumbre que le gusta), en cambio, nunca se ha cansado, aunque trato de combinar varias recetas para no cansarlos.

Mi bajito menor sólo toma de legumbres, lentejas -bueno, el mayor también- y estoy cruzando los dedos para que no me ocurra como con el mayor y no rechace después las lentejas (¡menudo panorama en casa!).

El problema para mí es que el papá de los bajitos es de tan mal comer como sus hijos y estoy harta de cocinar mil platos, tener mil restos distintos en la nevera y andar pensando qué poner. Como educar el paladar del papá a estas alturas no creo que sea factible (o sí, que mi suegra ha empezado a diversificar su alimentación en la vejez   , pero a mí no me compensa el esfuerzo de estar obligando al papá), trato de intentarlo con los bajitos. Sé que el mayor está en mala época en lo que a la alimentación se refiere y en el caso del menor, sus alergias nos limitan mucho aún (por eso no puedo probar con el huevo con el peque y con el mayor, conociéndole, se comería el huevo y apartaría los garbanzos, aunque lo voy a intentar -que no sea por no probar    -).

S., voy a probar con tu receta pero sustituyendo la panceta y la carne por pollo porque el bajito menor no puede probar el cerdo y la ternera aún, y minimizando la cantidad de pimiento -que no son plato de gusto para los bajitos pero que toleran en pequeñas cantidades si los camuflo en los potajes-. Al bajito mayor el queso le encanta, pero no sé si lograré que se los tome sin laaaargas negociaciones antes; al bajito menor no puedo ponerle lácteos aún. Si no resulta, haré tu receta tal cual y lo intentaré con el bajito mayor sólo. Ya te contaré el resultado.

Te dejo un enlace para que veas qué es el falafel: http://es.wikipedia.org/wiki/Fal%C3%A1fel

En fin, deseadme suerte, a ver si lo logro.

Un abrazo y mil gracias a todas.

Isabel, con tomate probé porque de pequeña mi madre los hizo alguna vez así, aunque en casa nos gustaba más el cocido tal cual (¡ay, qué rica la sopa de cocido y berza -col- con garbanzos!) y como el bajito mayor es fan de la salsa de tomate -y alguna vez he conseguido que se coma algo que no le gusta mucho así- parecía la mejor opción, pero no hubo manera... A mí me gusta hacer una vez a la semana con recetas distintas cada vez alternándolas pero los niños no se lo comen y al papá de los bajitos le gusta sólo el cocido típico con mucha carne (y a mí sin... si es que...    ), así que en este último intento cocí los garbanzos solos y después hice varios platos sin éxito entre los bajitos.

Noa, si el marido es muy melindroso -como es mi caso- no hay diferencia en camuflar comidas.     Conozco las recetas pero no se me había ocurrido. Me parecen muy distintas a los sabores a los que están acostumbrados -casi que desde ya con el papá no va a funcionar- pero voy a probar con los bajitos. Quizá me sorprendan y quizá el papá también. Compraré el tahini en cuanto pueda. El bajito mayor se comía las berenjenas con poco más de un año, para sorpresa de quien le veía, pero ahora no las quiere ni oler. Yo las solía hacer rebozadas o directamente en rodajas con una gota de aceite en la sartén tras dejarlas escurrir media hora con sal y lavarlas después. Las he hecho al horno también algunas veces, pero nada, en mi casa eso son verduras "exóticas" y si ya las habituales no tienen buena prensa...

Macedonia, la antigüa pediatra de mis peques ya me advirtió que a partir de los 4 años empezaría a comer fatal (tampoco es que antes fuera para echar cohetes, pero mejor...) y se cumplió tal cual; y no sólo eso, sino que ahora se queja de la comida que le gusta también como si de un adolescente se tratara (claro que esto ya he aprendido a manejarlo). Creo que hay esperanza más adelante.   

Mi bajito menor también empezó siendo más tragoncete pero como con las alergias hemos estado muy limitados, algunas comidas le han sentado mal -y se acuerda- y como copia muchas de las actitudes de su hermano, estoy más o menos igual que con el mayor. El "eso no me gusta" entonado a dos voces es el acompañamiento musical habitual en las comidas por aquí.    

Mil gracias a todas y ya os contaré qué tal nos va.

Un abrazo.

Isabel, la receta de paté de garbanzos a la que hacía referencia era sin tahini y con comino.   

Un abrazo.

Pues si antes lo digo: el bajito menor acaba de pedirle a su padre garbanzos de los de su plato -quedaban unos pocos con patata, puerro y zanahoria en el frigorífico- y se los está comiendo con piel y todo.       Eso sí, el bajito mayor dice que a él no le gustan y que sólo quiere zanahoria del plato...

Un abrazo.

Medalidd,

mi suegra piensa que en eso soy muy mala porque su filosofía de vida era cocinar únicamente lo que les gustaba a todos en casa -y ella es especialmente melindrosa y así han salido todos que no saben comer- y se espantó un día cuando, cansada, le contesté que la vida no me daba para hacer comida a la carta para cada uno como si se tratara de un restaurante. De cuando en cuando, le envía a casa con platos que le gustan: él feliz y yo también porque no tengo que estar pendiente de sus comidas. Pero obligar a comer algo que no gusta no voy a hacérselo a nadie, ni siquiera al papá de los bajitos -y eso que ganas a veces no me faltan    -: yo recuerdo con horror verme obligada a comer castañas asadas, sopa de ajo y ajos fritos (en mi casa a todos les encantaban el ajo y las castañas menos a mí), así que no se lo deseo a nadie. Eso sí, en cuanto le oigo sermonear al bajito mayor con que hay que comer de todo, si tras fulminarle con la mirada insiste, inmediatamente le sirvo un plato igual también a él para que dé ejemplo.    

Dejar cocinar al papá ni me lo planteo, que aparte de freír y hacer una tortilla francesa, no sabe hacer nada más. En el postparto del bajito mayor me atiborró a leche con cacao, plátanos, tortilla francesa, ensalada y ternera.

Ya os contaré qué tal vamos.

Un abrazo.

Hola, de nuevo,

rescato este post del año de la polca para contar el final del cuento: los dos bajitos ya se comen los garbanzos Aún algún día en que anda un tanto revoltoso, el bajito menor se queja y dice que no le gustan o me pide que se los pele pero, otros, se los come igual; eso sí, lo que ninguno se come es si se los hago con carne, no sé si serán recuerdos inconscientes de los primeros años o qué pero, con carne, no los quieren.

El bajito mayor se los comenzó a comer no muchos meses después del comienzo de este post. El bajito menor dejó de comerlos de nuevo al cumplir los cuatro (¡dichosa etapa! ¡qué mal lo pasamos las madres sin saber qué hacer de comer!) y, recientemente, ha vuelto a comérselos para alegría mía porque es tan poco amigo de las verduras como su progenitor aunque me queda la esperanza de que termine por tomárselas en puré, al menos, como su hermano, que alguno ya se toma bien cargadito de zanahoria y/o calabaza (si bien a éste las verduras le cuestan más que a su hermano).

La receta estrella sigue siendo la misma, sin embargo: garbanzos, zanahoria, cebolla y puerro (alguna vez, alguna patata también). El bajito menor sólo quiere los garbanzos y el caldo; el mayor, odia la cebolla y el puerro en entero (pero se las come sin problemas si van en puré fino y generosa cantidad de zanahoria y/o calabaza). En puré los odian, así que si sobran, me los como yo.

Lo que sí sigo sin saber es por qué narices quedan con la piel dura (más allá de si te olvidas de que los pusiste al fuego mientras te vas a hacer otra cosa y se te pasan, que la piel se cae a trozos y resulta desagradable encontrársela, que eso sí que logré identificarlo): he probado como mandan los cánones -es decir, ponerlos a hervir en agua hirviendo-, en agua fría, en agua tibia, con menos remojo o con más remojo, con sal al principio/sin sal hasta casi el final... No sé si asumir que es el tipo de agua o qué (porque no pienso echarles bicabornato como hacen aún algunas señoras mayores, que mis ñajos notarían en seguida el sabor)... Si alguien tiene alguna explicación o sugerencia, soy toda oídos...

Un abrazo,

Atenea.